En medio de un ambiente tan convulsionado que vive por estas semanas nuestro país, la Corte Constitucional nos dio buenas noticias, al fallar a favor una tutela interpuesta por el senador Roy Barreras, a quien le reconozco ese importante triunfo y cuyo objetivo fundamental era revivir las 16 curules para las víctimas.
Esto significa, nada más y nada menos, que los mandatos del Acuerdo de La Habana, establecidos en el punto 2.3.6 continúan inexorables, a pesar del ataque reiterado del uribismo. Celebramos la decisión de la Corte Constitucional, de amparar la representación de las víctimas y el territorio.
Continua de manera inexorable el cumplimiento de los mandatos del Acuerdo de Paz de La Habana, en un aspecto muy controvertido y que tuvo oposición del uribismo y de los partidos de la U y de otros sectores que se le voltearon a la paz, como los conservadores, pero a pesar de los ataques tan feroces, se va cumpliendo el Acuerdo de la Paz, porque tiene solidez legal y el respaldo de la comunidad internacional.
Ahora, hay que reconocerle a la Corte Constitucional que haya amparado los derechos de las víctimas, de los territorios y de las regiones que más duro impactó el conflicto, y ojalá se haga un proceso participativo, incluyente, pluralista, democrático; en asambleas populares, para que un derecho fundamental de las víctimas a ser representadas en los territorios, no vaya a quedar en manos de la politiquería que ha cooptado la política tradicional.
La Corte, al resolver esta tutela, avaló la votación que en su momento se dio en una sesión Plenaria del Senado del 2017, y los 50 votos que en su momento apoyaron el proyecto de reforma constitucional. La Corte señaló que, esa era la votación exigida, la cual era equivalente a la mitad más uno, aún cuando el Senado estaba conformado por 102 congresistas.
La decisión de la Corte es una muy buna noticia para el país y sobre todo para la otra Colombia, la Colombia profunda, marginal y excluida, esa que vivió los más grandes rigores del conflicto, es un triunfo para nueve millones de víctimas a las cuales se les garantiza representación en la Cámara de Representantes, asimismo, garantiza la reparación integral de los 16 territorios más afectados por la guerra en nuestro país, entre ellos, Chocó, Nariño, Cauca, Catatumbo, Urabá , Guaviare, entre otras y su período, aunque no está definido, estaría proyectado para los períodos del 2022 y 2030.
Serán 16 voces nuevas en el Congreso que muy seguramente ayudarán a consolidar la paz territorial y a reconstruir también el tejido social tan afectado en sus regiones por diferentes fenómenos que perturban la paz y la tranquilidad de sus gentes.
El fallo de la Corte, hace justicia con las víctimas, les dará la oportunidad de ocupar una silla en el Congreso de la República a sus mejores 16 hombres y mujeres que saldrán de un proceso democrático entre sus comunidades, cesará la revictimización y tendrán vocería directa en el escenario de la democracia nacional. Aplaudo y celebro esta importante noticia, serán estos nuevos congresistas los que alcen la voz por sus regiones, por sus gentes, tan excluidas y abandonadas históricamente. Son territorios que han sufrido con mayor rigor los efectos de la guerra y por ese motivo, catalogados al tiempo, como zonas rojas, lo que se tradujo automáticamente en abandono estatal.
Por eso, desde ya les auguró éxitos en su labor congresional y en las gestiones en favor de sus territorios, que tanto necesitan de inversión social, de la atención integral del Estado, es una valiosa oportunidad que tendrán estas zonas apartadas para equilibrar las cargas en materia de inversión, desarrollo y mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes.
Son 16 Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz que tendrán voz y voto en la Cámara de Representantes para los períodos 2022-2026 y 2026-2030, asimismo, tendrán todas las garantías, la Corte ha señalado que tendrán también financiación de campañas y acceso a medios regionales de comunicación.
Los candidatos solo pueden ser inscritos por organizaciones de víctimas, organizaciones campesinas u organizaciones sociales, incluyendo las de mujeres y grupos significativos de ciudadanos. También podrán inscribir candidatos los consejos comunitarios, los resguardos, las comunidades indígenas cuando la circunscripción coincida con territorios étnicos.
Así que, finalmente, sólo me resta desear los mejores éxitos, bienvenidos amigos y amigas voceros legítimos de las víctimas al Congreso. ¡Qué viva la pluralidad, la democracia y la Paz de Colombia!