Aproximadamente la mitad de las emisiones globales de CO2 están vinculadas a la producción y el consumo de bienes como alimentos, empaques, edificios y textiles. Acelerar la descarbonización requerirá que repensemos los materiales y servicios obtenidos de los proveedores, la distribución y el uso de productos por parte de los clientes, y lo que sucede con los productos al final de su vida útil.
Los miles de millones de dólares que los fondos de capital de riesgo han venido invirtiendo en startups que desarrollan productos, o servicios, que buscan contribuir a mitigar el cambio climático en muchos casos apuntan a solucionar los efectos del mismo que a realizar los cambios que nos han traído hasta este punto.
En este marco, la economía circular ha emergido como una respuesta necesaria a los desafíos ambientales y económicos del siglo XXI. A diferencia del modelo económico tradicional, que opera bajo un esquema lineal de “tomar, hacer, desechar”, los modelos circulares tienen como objetivo optimizar el uso de los recursos materiales en las organizaciones, lo que ayuda a reducir las emisiones de carbono y a mitigar la presión sobre los sistemas naturales. A pesar de sus ventajas convincentes, los negocios circulares siguen siendo poco comunes, en gran parte debido al desafío de identificar y operacionalizar modelos adecuados que se alineen con la estrategia y las capacidades generales de una empresa. En el artículo de la revista MIT Sloan Management Review, Find a circular strategy to fit your business model, se explican cuatro rutas diferentes hacia la circularidad y las consideraciones clave para implementarlas de manera efectiva.
Extender la vida útil del producto. La reutilización, reventa, reparación o renovación son algunas de las tácticas de uso prolongado que ayudan a las empresas a maximizar la vida útil de los productos, reduciendo tanto el desperdicio como el consumo de nuevos recursos. El desafío para las empresas que siguen este enfoque es preservar los beneficios que los clientes obtienen de los productos recién fabricados. Algunas formas de operacionalizar esto incluyen: diseñar productos para la longevidad, establecer capacidades de reparación y renovación, y aprovechar los datos y la digitalización.
Recuperar y regenerar recursos. Para las empresas que siguen el enfoque de reutilizar para capturar valor de los materiales de desecho, la distinción entre recursos técnicos y biológicos es clave. Estos dos requieren diferentes enfoques. Así que, remanufacturar o reciclar materiales técnicos, convertir el desperdicio en ingresos, diseñar productos pensando en el reciclaje, y establecer sistemas de logística inversa y asociaciones.
Maximizar el uso del producto. En muchos casos, los consumidores pueden no sentir la necesidad de poseer un producto. Las empresas pueden vender acceso en lugar de propiedad; enfoques basados en compartir, alquilar y en servicios pueden reemplazar la venta de productos. Estos modelos impulsan la circularidad al aumentar la utilización de los activos y alinear los incentivos para alentar a los clientes a adquirir menos, usar por más tiempo y reutilizar. El enfoque de uso diferente también puede ampliar el acceso a productos que de otro modo estarían fuera del alcance de algunos consumidores. Para esto, las organizaciones necesitan: diseñar servicios basados en las tareas que el cliente necesita realizar, aprovechar las plataformas digitales y alinear los incentivos.
Minimizar el uso de recursos. Descubrir cómo usar menos de cualquier recurso siempre debe ser una prioridad cuando la conservación es el objetivo. Con este fin, las organizaciones pueden pensar de manera amplia sobre cómo pueden minimizar el uso de energía, materiales y agua en sus operaciones. Las organizaciones necesitan enfocarse en: eficiencia, diseñar para evitar el desperdicio y aprovechar el análisis de datos.
Esta transformación, no solo promueve la sostenibilidad, sino que también abre un vasto campo de oportunidades para el emprendimiento, permitiendo que las startups se posicionen como actores clave en la transición hacia un sistema económico más resiliente y equitativo debido a su agilidad y capacidad para innovar. Al centrarse en la economía circular, los emprendedores pueden crear valor económico a la vez que responden a la creciente demanda de soluciones sostenibles por parte de los consumidores y las empresas.
Actualmente, existen numerosos ejemplos de emprendimientos que han adoptado con éxito los principios de la economía circular. Un caso destacado es el de Pentatonic, una startup que fabrica muebles y accesorios a partir de residuos reciclados, incluyendo plásticos y textiles. Pentatonic no solo transforma residuos en productos útiles y de alta calidad, sino que también permite a los consumidores devolver sus productos al final de su vida útil, para ser reciclados de nuevo, creando un ciclo cerrado.
Otro ejemplo es Circular Systems, que utiliza residuos agrícolas y textiles para producir nuevas fibras sostenibles para la industria de la moda. Su tecnología Agraloop convierte desechos de cultivos, como el tallo de banano y la paja de arroz, en fibras textiles, reduciendo la dependencia de materias primas vírgenes y minimizando los residuos.
Un caso de estudio interesante de maximizar el uso del producto es la plataforma Hello Tractor, que permite a los agricultores alquilar equipos a otros pequeños agricultores que pueden utilizar la maquinaria para mejorar el rendimiento de sus cosechas y que podría ser implementada en varias regiones de América Latina.
Estas startups demuestran que la economía circular no es solo un ideal sostenible, sino rentable, convirtiéndose en un motor viable de innovación y crecimiento económico. Sin embargo, para que estas iniciativas prosperen, es esencial contar con un marco regulatorio que promueva y facilite la adopción de prácticas circulares como el que viene adelantando la Unión Europea desde 2015.
En conclusión, la economía circular representa un cambio paradigmático que está redefiniendo la forma en que concebimos la producción y el consumo. Las startups y empresas que adopten este modelo no solo estarán contribuyendo a la sostenibilidad del planeta, sino que también se posicionarán como líderes en un mercado global que valora la innovación responsable. Con el apoyo de un marco regulatorio robusto y una creciente demanda de productos sostenibles, el futuro del emprendimiento circular es prometedor, y aquellos que lideren esta transición estarán en el centro de la economía del mañana.