Gustavo Petro, el hombre admirado por sus diferentes posturas en su modelo de desarrollo económico que buscar ser presidente, aquel que habla y que desde el año 2018 tiene la mentalidad de buscar el aprendizaje para llegar a la Casa de Nariño el próximo año.
Lo vemos de correrías por el país, de pueblo en pueblo, haciendo la tarea como aquel niño que quiere buscar en su navidad quizás unos zapatos de marca “Ferragamo” o irse para Disney a disfrutar con su familia. Eso no tiene nada de malo, uno puede gastarse la plata del sueldo que recibe en lo que quiera y darse sus gustos.
El tema es que esta semana sucedió algo impredecible para un político que dice ser de izquierda, de ideas reformistas, con un planteamiento de economía agroindustrial no extractivista y energías más limpias, fuera de las que nos tienen acostumbrados la política tradicional.
La reunión del senador Petro con el precandidato a la Presidencia Luis Pérez, que está en proceso de recolección de firmas y con ideas de derecha muy cercanas a la del expresidente Álvaro Uribe Vélez, no cayó nada bien en sus seguidores base y estructura fundamental de todo lo que se proclama cómo diferente.
Que Luis Pérez tenga origen político en Partido Liberal, no es lo malo, el tema está en que durante su alcaldía en la ciudad de Medellín se ejecutó la Operación Orión, en donde hubo desapariciones y asesinatos que no se han esclarecido y por los cuales no han dado respuesta ni el mandatario local de la época, es decir Luis Pérez, ni el Gobierno Nacional de aquel entonces encabezado por el expresidete Álvaro Uribe Vélez.
¿Cómo entonces justificar una unión con Luis Pérez?, quien se proclamó como de “autónomo” esta; que “nunca ha sido uribista”. Pues les quiero recordar, que en su salida como gobernador de Antioquia escribió y mando a imprimir un libro titulado: “Álvaro Uribe: un soldado de la Argumentación”, hágame el favor, “no lo admiro, no lo sigo, no soy uribista, pero le escribo un libro.” y me voy con la izquierda.
A mí no me sorprende que políticos busquen como acomodarse a los diferentes partidos cuando ya han perdido cierto protagonismo, eso es normal entre ellos. Lo que sí me sorprendió fue la respuesta de Gustavo Petro justificando su posible llegada, “Decir que al Pacto Histórico no entran quienes hayan sido uribistas es excluir la mayoría de la población. Los cambios políticos son exactamente eso, que las personas puedan variar apreciaciones anacrónicas y transformarlas en progresistas” manifestó el senador para Bluradio.
El problema no es quienes hayan sido uribistas, el problema es que muchos políticos caigan en este tipo de prácticas y las justifiquen y crean que los colombianos del común son tontos. Lo que puedo considerar es que cualquier persona de cualquier partido no importa su tendencia ideológica puede llegar al Pacto Histórico y bajo cualquier argumento se le acepte.
Pero bueno ya vemos que algo parecido sucedió también en el otro extremo, con la designación del exconcejal del Partido Liberal, Miguel Uribe Turbay, quien puede no tener ninguna tacha como tampoco tiene nada de uribista, así lleve el apellido Uribe.