Los prejuicios naturalizados de la sociedad colombiana frente a las personas Trans, posibilitan el ejercicio de actos violentos en su contra, activan las violencias estructurales, familiares, interpersonales, socioeconómicas y simbólicas que conducen a que sean excluidos de los escenarios familiares, escolares, sociales, culturales, económicos, políticos y de la salud convirtiéndolos en una población muy vulnerable.
Las violencias ejercidas sobre las personas trans, son un reflejo de la no aceptación de lo diferente por parte de la sociedad, son un reflejo de la intolerancia y la discriminación de una sociedad que aún les juzga como si tuvieran una enfermedad o estuvieran cometiendo un delito como históricamente se les ha etiquetado enfermos o delincuentes.
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No son solo los prejuicios sociales, desafortunadamente algunas áreas de especialidades como la sociología, la psicología, la psiquiatría, la medicina, el derecho, la religión y la política han llevado, en algunos momentos de la historia, a la marginación de esta población, etiquetándoles como enfermos y delincuentes, esto se estableció como norma durante mucho tiempo y en la actualidad en algunos países se sigue presentando.
Esta denominación sobre las personas Trans ha propiciado que se instale un imaginario equivocado y sobre la base de estas percepciones se origine violencia, expulsión y rechazo. Por lo tanto, resulta complejo romper con los ciclos de violencia, por falta de otro tipo de reconocimiento en relación con sus vidas. Lo que las personas Trans sienten y viven por estas formas de señalamiento ha significado vulneración para sus vidas y el no reconocimiento de sus derechos.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos- CIDH, el promedio de vida Trans no supera los 35 años, este dato proviene de un registro de violencia, es decir el 80% de las víctimas de violencia Trans fueron asesinadas en promedio a los 35 años o antes. El homicidio es la materialización de las violencias que se ejerce sobre las personas con experiencia de vida Trans. En la siguiente tabla se identifican algunas de estas violencias en Colombia durante el año 2023.
El Informe Sobre la Situación de los Derechos Humanos de Personas LGBTIQ+ en Colombia en 2023 encontró en ese año que fueron asesinados 44 personas, amenazadas 191, se realizaron 32 denuncias sobre violencia policial y 188 actos de discriminación y hostigamientos a personas Trans. El mismo informo reportó que el año 2022 fueron asesinadas 49 personas Trans.
Las personas Trans son muy vulnerables a la muerte, y esto se debe a que en un alto porcentaje de los casos son expulsados de sus hogares por la no aceptación de sus familias de cómo se identifican y por lo tanto son forzados a vivir en círculos de pobreza, exclusión, marginación y violencia que les hace aún más vulnerables a las agresiones físicas y la muerte. Son muy pocas las familias que están abiertas a la aceptación y respeto de su identidad.
En general en todo el país, las personas Trans son objeto permanente de discriminación, exclusión y exposición a actos de violencia. Por lo tanto, es importante mencionar que las distintas violencias que sufren las personas Trans tienen que ver con estereotipos morales, sociales y culturales, así como prejuicios e información distorsionada por los medios de comunicación, algunas instituciones y disciplinas.
No es solo la violencia física, sino también la violencia simbólica, el gesto, la mirada, las palabras de quienes no aceptan su identidad. Los mismos actos de discriminación, exclusión y no aceptación que niegan la identidad, y la existencia, desdibujan la realidad y configuran unos imaginarios sociales y representaciones únicas que no responden a la realidad de las personas con experiencia de vida Trans. Son tratados con poco respeto, señalamientos, la atención es discriminatoria en los sitios públicos y comerciales, tales como almacenes, restaurantes y centros de salud. Es una población rechazada por su apariencia, su forma de vestir y sus expresiones.
Es así como estos estereotipos fomentan comportamientos discriminatorios en el contexto familiar, social e institucional, (escolar y educativo, laboral, sector salud y policial), en el espacio público, representadas en la no aceptación y negación de su identidad, provocando marcas y heridas en el ser, aniquilando lo que son y quieren ser, afectando su salud mental por la negación del ser y la existencia.
Las personas Trans son agredidas constantemente en todas las situaciones de la vida cotidiana, tanto así que cuando se les pregunta que es ser una persona Trans su respuesta es: “vivir con violencia”. Son objeto de burlas, agresiones físicas, abuso sexual, expulsión de sus hogares, discriminación en espacios públicos, robos, asaltos, extorción y homicidio.
Como sociedad, aun nos falta por aprender y construir sobre la diversidad de género, la protección de los derechos de las personas Trans, el reconocimiento de su identidad y la aceptación de la diferencia, porque a pesar de los múltiples esfuerzos de organizaciones, instituciones, comunidades, colectivos y las mismas personas Trans, por reivindicar sus derechos y que sea reconocida su identidad, seguimos cometiendo atropellos y ejerciendo violencias en su contra. De aquí parte la importancia de desarrollar este tipo de reflexiones, ya que nos acerca un poco más a otras realidades, nos ayudan a ponernos en los zapatos de los otros seres con los que habitamos.
Como sociedad debemos construir nuevas narrativas que no violenten a esta población y preguntarnos ¿Qué pasa si mi hijo, hemano, padre, tío, sobrino, amigo, compañero de trabajo es violentado o asesinado solo por el hecho de ser una persona con experiencia de vida Trans?
Las personas Trans no quieren que los miremos o tratemos como enfermos, delincuentes o víctimas, sino como seres humanos que tienen los mismos derechos que todos; el derecho a la vida, a la educación, a la salud, al trabajo digno, a las oportunidades, a la aceptación, a la calidad de vida, a ocupar un espacio en la sociedad.
*Este artículo es posible por la investigación realizada por Mabel Cristina Quiroz Jiménez para la tesis de maestría “Memorias colectivas sobre las violencias y violencias simbólicas que experimentan las personas Trans en Bogotá”
https://repository.javeriana.edu.co/handle/10554/63445
**Consultora internacional en temas de seguridad y convivencia ciudadana. Profesional en Ciencias de la Información, Magistra en Archivística, Histórica y Memoria y estudiante del Master en Terrorismo, Seguridad y Defensa. Con más de 15 años de experiencia profesional en gestión pública nacional y territorial de la seguridad y la convivencia.
Mabel Cristina Quiroz Jiménez