Por: Johann Benavides
Las preguntas que nos rondan la cabeza a los docentes de hora cátedra que justo hoy, 30 de mayo, finalizamos contrato por el fin del semestre académico, es: ¿cómo sobrevivirán las universidades en general a la pandemia? Y, ¿cómo subsistiremos nosotros los docentes universitarios nuevos, intermedios, antiguos, y los que están por retirarse? ¿Tendremos trabajo en agosto de 2020?
Las universidades privadas, siento yo que son las más afectadas con la coyuntura actual por la covid-19, en relación con las universidades públicas, las cuales vienen de sufrir otro tipo de crisis interna, a causa del número de paros estudiantiles que se llevaron a cabo en 2019 y que atrasaron su calendario estudiantil.
Por el coronavirus, que nos mandó a un modelo de educación virtual al que no estamos acostumbrados, instituciones educativas privadas han tenido que ingeniárselas para hacer rebajas en las inscripciones y crear otros descuentos con el fin de mantener el mismo número de matrículas con el que abrieron el 2020, pero eso, obviamente va a estar muy complicado porque las familias que costean los estudios de sus hijos, o cerraron sus empresas, están al borde de la quiebra económica o hay dificultades financieras en los hogares; y, en el caso de los alumnos que estudian y trabajan y se costean sus estudios, pero que han sido despedidos, pues, ¿cómo van a incurrir en un gasto tan elevado? -Siendo muy realistas de lo costosa que es la educación en Colombia-. Ahora, si se atrasaron en el pago de los créditos educativos, ¿los bancos les renovarán?
La cifra de deserción universitaria en 2020-II va a ser muy elevada, expertos han llegado a afirmar que sería hasta del 50%, y ahí siento que el Gobierno no está tomando medidas ni para las universidades públicas ni para las privadas. Pero obviamente, en cuanto una de las 7 universidades públicas que hay en Bogotá (Nacional, Pedagógica, Distrital, Colegio Mayor de Cundinamarca, Militar Nueva Granada, ESAP y UNAD), se declare en emergencia económica, ahí el Estado tendría que entrar, en teoría, a inyectar capital. Asociaciones le han pedido al presidente Duque doblar la base presupuestal con un desembolso adicional de 3.3 billones de pesos. ¿Eso será posible?
Obviamente, universidades privadas de élite en Colombia, como los Andes, Sabana, Javeriana, Externado, Sergio Arboleda; las de orden religiosa como Santo Tomás, Salle, Católica y un sinnúmero; más las fundaciones y corporaciones universitarias: Uninpahu, Área Andina, Uniminuto, Uniagustiniana, Claretiana, más un ciento de instituciones educativas nuevas, medianas y pequeñas, no están teniendo ninguna clase de apoyos de parte del Estado colombiano.
El panorama es peor, porque de continuar en confinamiento obligatorio sin poder regresar presencialmente, hace que haya desmotivación por parte de los estudiantes, quienes se han quejado de tener que aprender en el 100% en modo virtual durante estos tres meses (marzo, abril y mayo), cuando lo que se necesita es combinar ambas formas para que las universidades en general, privadas y públicas, sigan impartiendo educación de calidad. Por lo tanto, miles de funcionarios administrativos y de docentes estamos en riesgo de quedarnos sin empleo. S.O.S.