En Antioquia son 203 líderes y lideresas sociales y 41 los firmantes asesinados desde la firma del Acuerdo de Paz. En Colombia padecemos una violencia estructural que también cobra la vida de las mujeres: ocurrieron 410 feminicidios el año pasado y van 21 en lo corrido de este año. Lo del año pasado es escandaloso: 34 feminicidios mensuales, más de 1 caso diario. Y solo el 3 % de esos casos tienen ejecución de penas. Esa impunidad hace parte de nuestras violencias históricas. Una hecatombe que nos debe movilizar permanentemente.
Por eso nos convocamos este mes en un duelo colectivo por esta pérdida de vidas humanas y proyectos políticos, ambientales y sociales que sigue en aumento. Se le exige a los actores armados el respeto por la vida y hacemos un llamamiento de urgencia de acciones al Estado colombiano para proteger efectivamente la vida de las mujeres, de los liderazgos y de las y los firmantes.
Es triste que tras siete años de la firma del Acuerdo de paz aún sigamos aumentando la cifra de asesinatos de firmantes, líderes sociales y feminicidios en los territorios. Van 419 firmantes de paz asesinados en todo el país. Una cultura de la guerra se ha arraigado no solamente con ocasión del conflicto armado sino con la violencia simbólica instaurada en las relaciones cotidianas.
Por todo lo anterior es que convocamos a un duelo colectivo contra esta tragedia que nos debe movilizar como pueblo que merece la paz.
La Nueva Área de Reincorporación (NAR) de Medellín está integrada por más de 300 hombres y mujeres que dejaron las armas y adelantan su regreso a la vida civil en la capital antioqueña, y son un colectivo que junto a organizaciones como Defendamos La Paz quiere movilizarse y dejar un mensaje claro: el primer bien de la paz es la vida, de firmantes y de liderazgos sociales y ambientales.
Juntémonos en este grito colectivo por la Vida y la Paz.