La Cooperativa de Caficultores de Andes, fundada en 1961 como una organización dedicada a la producción y comercialización de café en Antioquia, abarca municipios importantes como Betania, Andes, Jardín, Ciudad de Bolívar e Hispania, donde residen aproximadamente 100,000 habitantes.
En el 2019 la Cooperativa entró en un proceso de intervención para administrar por parte de la Superintendencia de la Economía Solidaria, el cual derivó en el 2022 en la liquidación forzada de la cooperativa a causa de, entre otras razones, deudas con acreedores.
La Cooperativa ha logrado generar acuerdos de pago con la mayoría de sus acreedores, excepto con uno: la Federación Nacional de Cafeteros. El agente interventor nombrado para el proceso, Alejandro Revollo, creó una figura antes inexistente en la Cooperativa, la de directora ejecutiva, nombrando a la señora María Claudia Pérez Vergara.
La señora Pérez Vergara venía desempeñando funciones en el Comité Departamental de Cafeteros de Antioquia, dependencia de la Federación Nacional de Cafeteros, y para asumir el cargo de Directora Ejecutiva ni siquiera renunció a la Federación sino que, tal como lo expresó en julio de 2020 el señor Revollo, tomó una licencia no remunerada. Sus funciones en el cargo creado por el agente interventor eran de toma de decisiones en aspectos financieros, como la compra y venta del café.
¿Cuáles fueron las decisiones financieras tomadas por la funcionaria en licencia de la Federación? Según caficultores de la región, se dedicó a doblar la deuda que tenía la Cooperativa de Andes con la FNC, la cual a la fecha está en aproximadamente 94 mil millones de pesos y que ha generado que se den 560 demandas y más de 600 embargos a campesinos del suroeste por parte de la Federación.
En pocas palabras, el agente interventor que tenía como misión tratar de salvar la Cooperativa, creó un cargo antes inexistente para una persona de la FNC, que tomó decisiones encaminadas a generar una gigantesca deuda de los miembros de la cooperativa a la Federación. Si el papel de la Federación es supuestamente velar por los intereses de quienes hacen parte del sector, ¿por qué querer acabar con una cooperativa que beneficia directamente a más de 16.000 personas?
Una posible respuesta es la amenaza que puede representar la Cooperativa Cafetera de Andes como la más grande de su tipo en el país, al ser la primera cooperativa en exportar de forma directa, sin la FNC. Otra, que la Federación desea quedarse con activos estratégicos de la Cooperativa, como la trilladora de café que tiene una ubicación privilegiada y es fundamental para producir el café de mayor calidad en el país.
Solicitamos al Gobierno Nacional, especialmente al Ministerio de Hacienda, que desde su rol como miembros del Comité Nacional de Cafeteros ayuden a mediar entre la Cooperativa de Cafeteros de Andes y la Federación Nacional de Cafeteros para generar una conciliación que permita la supervivencia de la cooperativa. El sector cafetero de Antioquia y el país no puede quedar sin una de sus organizaciones insignia por los intereses de quien se supone debe velar por el bienestar de los campesinos caficultores del país.