He tenido la oportunidad de conocer diferentes candidatos a distintos cargos de elección popular en medio de mi oficio como periodista, y puedo decir con toda seguridad que nunca antes había visto o leído alguna frase llena de arrogancia y petulancia como la que pronuncia el actual aspirante al senado Ariel Ávila, cuando asegura que envió una “decenas de políticos a la cárcel”.
Cuando uno trabaja por una causa de país, lo peor que puede hacer es enrostrarle a los demás lo que hizo con alta dosis de soberbia como lo hace el joven Ávila, quien escribió esta frase en sus dos últimas columnas de opinión, y en ocasiones lo repite en su cuenta de twitter.
Entiendo que por ser novato en unas elecciones comete errores, pero no puede ser que alguien no le diga que no se puede conseguir votos cuando se vive cargado de arrogancia, petulancia y soberbia, características que deben quedar guardadas en el armario de la casa, para en cambio ponerse las camisetas de sencillez y humildad, así sea mientras saluda a la gente.
Tampoco está bien que exagere las cosas, porque si es cierto que envió a decenas de políticos a la cárcel, sería bueno que nos diga el número exacto, con los nombres además, y sobre todo, ¿cómo le hizo para tal logro?, porque hasta donde entiendo esa es tarea de los jueces y fiscales, no de un investigador académico.
Si el contribuir con determinada investigación académica, social o periodística, equivale a enviar a una persona tras las rejas, entonces yo también podría decir que gracias a los trabajos que como periodista hice sobre el carrusel de la contratación, Samuel e Iván Moreno están en la cárcel.
Cuando se ejecuta este tipo de labor, se hace con el ánimo de contribuir a que hechos oscuros no sigan pasando de agache, y es la justicia la encargada de establecer si quienes se prestan a este tipo de actuaciones en la política y en la administración pública, merecen estar en prisión. En ningún momento puede uno atribuirse estos logros, que insisto, le pertenecen a los jueces y fiscales.
Ahora, por qué pregunto por el inventario de la “decenas de políticos” que se supone Ariel Ávila envió a la cárcel, sencillo, porque él no puede decir que esto fue gracias a la investigación de la parapolítica que desde la Corporación Nuevo Arco Iris, dirigió León Valencia, porque el (Ariel Ávila) no hizo parte de ese equipo de trabajo, como sí lo hicieron Laura Bonilla, Priscila Zúñiga, Mauricio Romero, Claudia López, Angélica Arias, Bernardo Pérez e incluso yo mismo, y ninguno de nosotros anda pregonando a los cuatro vientos que metimos a la cárcel a Álvaro García, Rocío Arias, Rubén Darío Quintero, Erick Morris, etc., todos estos condenados por vínculos con paramilitares. Este fue posible gracias al trabajo de los magistrados de la Corte Suprema de Justicia. Mal haríamos nosotros en pretender apropiarnos de este logro.
No se puede desconocer el trabajo de Ávila que se derivó de esta investigación, que fue posterior a esta y que tiene que ver con las estructuras de familiares de políticos que de una u otra forma se han prestado a diferentes sucesos relacionados con temas de corrupción, que por supuesto ha contribuido a que la justicia investigue, juzgue y les ponga en prisión cuando el hecho lo amerita, pero una cosa es contribuir y otra decir que gracias a esto, él, (Ariel Ávila), los envío a prisión. Eso sí que es pasarse de pretencioso.
Le recuerdo al candidato que mientras esté en campaña política debe tener un poquito de humildad, porque la gente no es bobita ni come cuenta fácil.
@sevillanoscar
