La incultura ciudadana en TransMilenio

La opinión de Óscar Sevillano


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Óscar Sevillano

Es hora de que los bogotanos nos preguntemos si cuando se construya el metro en la ciudad que tanto hemos deseado, lo vamos a convertir en el escenario ideal para que la incultura y el mal comportamiento de la población que habita en la capital de la república salga a flote, así como sucede hoy en el TransMilenio.

La escena difundida en redes sociales y noticieros en donde se observó a ciudadanos venezolanos introduciendo una nevera a una estación de TransMilenio para luego transportarla a su destino final en uno de los buses articulados, se repite todos los días.

Constantemente se puede observar a ciudadanos colombianos residentes en Bogotá, subir a los buses de TransMilenio con objetos grandes y pesados. También los vemos acostarse en la articulación de los buses; ingerir perros calientes, hamburguesas, pizzas, etc.; arreglarse el cabello mientras se desplazan de un lugar a otro, arrojar basura en su interior, etc.

Todo este mal comportamiento de parte del ciudadano bogotano es el que se debe cambiar, y no es precisamente responsabilidad de la Administración Distrital que estos malos hábitos dejen de verse todos los días. Los únicos que deben ser conscientes de que son hechos que no deben seguir presentándose son los habitantes de la ciudad.

En varias ocasiones he dicho que, si la ciudadanía no colabora, el sistema de buses rojos en la capital no podrá funcionar de la manera en como todos quisiéramos. La Alcaldía de Bogotá hace su mayor esfuerzo en reestablecer la estructura del sistema TransMilenio, pero cuidarlo es algo que nos corresponde hacer a los bogotanos.

La ciudadanía no puede continuar mirando al TransMilenio con desprecio, dejándose usar por la oposición política quien le convertido en el enemigo público de los bogotanos y le utiliza como el instrumento perfecto para conseguir votos a base de despotricar y pisotearlo moralmente, sin tener en cuenta la utilidad que presta a una mayoría de bogotanos que requieren desplazarse de un lugar a otro al interior de la capital.

Utilizar a los articulados como vehículos de acarreos y como el lugar perfecto para mostrarle al mundo entero hasta donde llega la incultura ciudadana, es una escena que se repite en el día a día y si los bogotanos no nos concientizamos a tiempo de lo que estamos haciendo y cambiamos nuestros malos hábitos, vamos a llevar este comportamiento al sistema metro y su imagen terminará tan pisoteada, como actualmente está la de TransMilenio, por cuenta del mal comportamiento e incultura de los bogotanos.

Cambiando de tema: El desprecio que mostraron las víctimas de las Farc por la congresista Ángela María Robledo en la reciente Comisión de Paz, demostró que poco saben apreciar a una persona que ha trabajo en pro de quienes se han visto afectados por el conflicto armado en Colombia. Toda mi solidaridad con la representante a la Cámara.