Es asombroso observar cómo nuestro país, en medio de esta polarización, intenta confundir y estigmatizar un derecho fundamental como lo es la libre expresión. Desafiar al presidente, desacatar sus normas o enviar mensajes que desincentiven la participación en una marcha no solo es incorrecto, sino que también supone una forma de violencia laboral y estigmatización inaceptable.
No podemos ignorar la cantidad de bloqueos administrativos y las mayorías en el Congreso que buscan hundir todo lo que realmente hemos estado luchando por alcanzar. Voceros como Gustavo Petro, quien se formó en el M19, son prueba de que el cambio es posible, pero requiere valentía.
Esperamos ver en las calles a miles de personas: a quienes tienen empleo y a quienes no, a los contratistas, a aquellos que enfrentan requisitos absurdos para cualquier servicio, a los vendedores informales, a los pueblos indígenas, a la comunidad Romani, a las personas con discapacidad, a la población LGBTIQ+, a quienes cuidan y protegen a los animales, a abogados, bomberos, ingenieros, economistas, personal de salud, educadores, artistas, campesinos, migrantes, empresarios, taxistas, administradores de empresas, y a todos aquellos que defienden el agua y la naturaleza. Esta marcha es de todos y cada uno de nosotros.
Porque esta marcha tiene que ver con nuestra cotidianidad, con nuestras frustraciones y con ese peso que nunca parece alcanzar. Tiene que ver con el trabajo que queda lejos de casa y con el tiempo que perdemos en el camino. Tiene que ver con nuestro bienestar y con la calidad de vida que merecemos.
Grandes líderes de América reconocen el esfuerzo de Gustavo Petro para que su gobierno no sea solo un continuismo acomodado, sino el verdadero inicio del cambio. Entre ellos, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo; el expresidente de Uruguay, José Mujica; el presidente de Brasil, Lula Da Silva; el presidente de Chile, Gabriel Boric; el expresidente de Bolivia, Evo Morales; la expresidenta Michelle Bachelet, y muchos otros a nivel mundial.
Esta manifestación debe ser un carnaval de alegría y de colores, un espacio donde expresemos con felicidad nuestros reclamos. Cuidemos el patrimonio y el mobiliario público, que son de todos y todas. Y que la única consigna sea esta:
¡El pueblo manda! ¡Vamos, pueblo, a la calle! ¡Vamos a luchar! ¡A vencer! ¡Es por el poder!
PORTADA

Gustavo Petro reitera sus críticas al Congreso de la República y reitera el llamado a la consulta popular

Diego Guevara saldrá del Ministerio Hacienda

Peñalosa busca un partido político

María José Pizarro aspira llevar el toque femenino a la Casa de Nariño
