Es muy curioso, paradójico y hasta chistoso ver al Centro Democrático acudir ante organismo internacional que vela por el cumplimiento de la democracia y protección de los derechos humanos en América como lo es la Organización de Estados Americanos (OEA)
Y pienso que es curioso porque según ellos, el presidente, Gustavo Petro, maltrata la democracia colombiana al pedirle a la Corte Suprema de Justicia, la pronta elección de quien ocupará el cargo de fiscal general de la Nación, que en este caso sería una de las tres mujeres ternadas por el primer mandatario.
Según ellos, el presidente de Colombia no está respetando la separación de poderes y de acuerdo a sus declaraciones, estaría acorralando a los magistrados.
Pedir una pronta elección de un fiscal general de la Nación es una cuestión de sentido común, porque esta persona es quien estará a cargo de una entidad que maneja investigaciones judiciales supremamente sensibles, que necesitan resolverse y que no pueden estar a la deriva por mucho tiempo.
Esto no es un capricho personal de Gustavo Petro. Ahora, sí lo que no les gusta es que sea el presidente de la república, quien proponga los nombres de quien ocupará el cargo, es bueno que lo digan, pero que además digan también, ¿cuál es temor? Y sobre todo, ¿por qué el miedo a que el ente investigador sea manejado por una persona que no les es cercana como si lo fue Francisco Barbosa?
Por otro lado, es bastante particular que sean precisamente los miembros de un partido como el Centro Democrático, quienes asistan a una reunión con la cabeza de un organismo internacional a defender a la Corte Suprema de Justicia, una entidad que fue perseguida por el gobierno del jefe de este grupo político, es decir, el expresidente Álvaro Uribe Vélez.
Supondría que en aras de la sinceridad que acompañó esa visita ante el secretario de la OEA, Luis Almagro, expresarían también su preocupación por las investigaciones de los falsos positivos que se cometieron en el gobierno Uribe y que hoy se encuentran sin resolver; supongo además, que también expresaron sus dolencias por la barbarie cometida por efectivos de la Policía en el gobierno de Iván Duque, que dispararon sin control en medio de una noche de protesta en Bogotá y donde murieron civiles que nada tenían que ver con los desórdenes.
Sería bastante extraño que no explicaran las razones por las cuales Iván Duque, presidente de un gobierno del Centro Democrático, en lugar de hacerse al lado de una ciudadanía víctima del abuso policial en medio de un estallido social, se fue a una estación de Policía de Bogotá a disfrazarse de Policía.
Por supuesto, espero no hayan olvidado las explicaciones por las presiones que recibieron en su momento quienes integraban la Sala Plena de la Corte Suprema de Justicia para que eligieran al fiscal que el entonces presidente Álvaro Uribe Vélez, quería, es decir, a Camilo Ospina, el mismo que ideó los premios a los militares que terminaron incentivando los Falsos Positivos. Por ese entonces, Uribe los insultaba y los tildaba de aliados de la guerrilla, recuerdo.
Ese doble racero del Centro Democrático lo único que provoca es que la ciudadanía se decepcione muchísimo más de la política e incentiva en gran medida la desconfianza hacia los políticos, una comunidad de personas donde no todos somos iguales ni pensamos ni actuamos de esa manera tan… uribista.
Oscar Sevillano
@sevillanoscar