La relativización de la ética

En la conferencia “Paradigmas en muros prefabricados” en el pasado congreso de ingeniería (Barranquilla, 2023) sobre el sistema de prefabricación de edificios de hasta seis pisos, desarrollado por Cementos Argos y presentado por el conocido profesor de la Universidad de los Andes, ingeniero Correal, PhD, abrió su explicación citando a Thomas Kuhn, filósofo de la ciencia, físico PhD, a quien se le recuerda en todo el mundo por su explicación de paradigma y cambio de paradigma (Kuhn T., 1962. La estructura de las revoluciones científicas). Kuhn le definió a la humanidad que un “paradigma es un conjunto de creencias, valores, técnicas, prácticas aceptadas y compartidas por una comunidad científica”; hablaba de los paradigmas científicos.

El expositor seguramente quería hacer hincapié en que había que afrontar un cambio de paradigma en la construcción de edificios con esta nueva tecnología. La prefabricación ha existido un desde 1897, año en que se construyó el primer edificio con elementos prefabricados (Vidal. A, Noticreto 133, nov-dic 2015, pag 42), pero este sistema industrializado podría representar importantes avances en costos y rapidez en la construcción de apartamentos que son bienvenidos en la industria, por supuesto.

Lo curioso, al citar a Kahn y asociarlo al nuevo paradigma, es que el sistema de prefabricación expuesto no es aún una práctica aceptada y compartida por la comunidad científica de los ingenieros estructurales en el país. Aún está en proceso de serlo. Para poderlo ser, entre otros, debería pasar por un proceso de homologación en la Comisión Asesora Permanente para el Régimen de Construcciones Sismo Resistentes -CAPPRCSR-, adscrita al Ministerio de Vivienda, cuya función es la de ejercer como el regulador de todo cuanto se refiera a construcciones sismo resistentes en el país.

Un regulador es una entidad gubernamental encargada de supervisar y regular un determinado sector de la actividad económica o social y tienen la responsabilidad de establecer y hacer cumplir normativas, políticas y estándares que garanticen el funcionamiento adecuado, seguro, justo y eficiente del sector que supervisa. En este caso, de la construcción de edificios para que sean seguros frente a la amenaza de sismos que tenemos en el país.

La CAPPRCSR fue creada por la Ley 400 de 1997 y es cuerpo consultivo del gobierno en asuntos de sismo resistencia, adscrita al Ministerio de Vivienda. Está conformada por representantes del gobierno y algunas asociaciones de constructores, arquitectos e ingenieros (ver integración CAPPRCSR). Es la encargada de revisar y actualizar las normas de sismo-resistencia como NSR-98, NSR-10 y sus actualizaciones y de aprobar los regímenes de excepción. Por sus funciones, debería ser una comisión de alto nivel técnico en ingeniería.

Cuando algún método de construcción se aparta de lo convencional, esta Comisión debe decidir si se le aplica un régimen de excepción. En 2021 acordaron en su seno que la construcción con muros prefabricados de concreto debería tenerlo; por este motivo, el sistema de Argos debería pasar por el procedimiento de homologación mediante el cual la CAPPRCSR le dé su aprobación (ver actas de la CAPPRCSR). El punto clave son las conexiones entre los muros y las placas, puesto que, no son conexiones fundidas en sitio y hay expertos, dentro de esa comunidad científica, que tienen dudas de que se logre un vínculo sólido y se conforme un nudo rígido en ellas, por lo que se deberían ensayar a escala uno a uno, que seguramente sería parte del régimen de homologación. Es decir, el sistema no tendría aprobación oficial según lo acordado en la Comisión hasta surtir este procedimiento.

Al mismo tiempo, se está adelantando un proyecto en Tocancipá desde marzo de 2023. Posiblemente, la interpretación de sus promotores, más jurídica que técnica en un tema puramente técnico de ingeniería, es que no se requiera este regimen de homologación, puesto que el sistema cuenta con ensayos en la Universidad de los Andes, llevados a cabo por el profesor Correal, y que mostró en su conferencia; sin embargo, entre el video del proyecto en construcción y el de los ensayos de la conferencia hay diferencias a simple vista en la cantidad de los aceros del muro, que inducen a pensar que no se trata del muro representativo del sistema que se quería probar, por lo que sería difícil entender esta interpretación. Lo más importante del régimen de homologación de la CAPPRCSR, como regulador, es que a nombre del Estado colombiano dará la garantía de que lo construido será seguro para quienes vivirán en los apartamentos. Esto debería bastar para que todos los involucrados estuvieran muy interesados en cumplir con este requisito para estar tranquilos, empezando por el mismo Cementos Argos. Cualquier evento desafortunado con un sismo, que generara una tragedia, y sin contar con este requisito, representaría un enorme costo monetario y reputacional para los promotores del proyecto y para Argos. Son riesgos que no se pueden correr.

Lo particular en todo esto es que a la CAPPRCSR asiste el ingeniero Correal desde hace 9 años: 4 a nombre de AIS[1] y los últimos 5 en nombre de ACIES[2]. Y al mismo tiempo, ha dirigido tesis en su universidad sobre el sistema específico de Argos. Lo malo es que, al parecer, tan solo unos meses atrás se declaró impedido en el tema reconociendo ser el asesor de Argos, y por consiguiente, habiendo estado inmerso en un grave conflicto de intereses, porque fue parte del regulador y al mismo tiempo fue parte del regulado.

También hay que referirse a Camacol, el gremio de los constructores de vivienda, que tiene asiento en la CAPPRCSR; no obstante, Cementos Argos tiene un puesto casi fijo en su junta, que a su vez es la que da instrucciones al presidente nacional del gremio económico, quien a su vez da instrucciones a su representante en la CAPPRCSR, lo cual significaría otro conflicto de intereses, que no refleja lo expresado en sus estatutos sobre la ética (artículo 8, Deberes, de sus estatutos).

El propio Cementos Argos, tan importante para el sector, orgullo para todos los colombianos por su expansión en América, puntal de empresa formal que le apuesta permanentemente al país, propicia estas fallas éticas: su relación con el gremio de constructores y por ese conducto su influencia directa en la CAPPRCSR, al igual que esa relación de asesorada por el ingeniero Correal que ha integrado la Comisión y que por ende ha sido su propio regulador, conformando lo que se conoce como una captura del regulador. Y al mismo tiempo, no esperándose a la aplicación de la norma, que conoce bien, para la expedición del régimen de homologación y posteriormente adelantar la comercialización de su sistema, que le garantizaría estar cumpliendo toda la normatividad y legalidad en Colombia. Es muy difícil comprender ¿para qué asumir estos riesgos tan altos?

Inexplicable. Todos hablan y promulgan la ética, pero ninguno actúa con verdadera ética en este caso. En su participación en la CAPPRCSR, Camacol debería declararse impedida en todo lo referente a Argos; el ingeniero Correal debería retirarse de la Comisión por haber tenido el doble papel, de juez y parte en el tema de Argos; la mismísima Universidad de los Andes debería revisar como ha sido su papel en todo este entramado que no apunta a los pilares éticos que promulga; y Argos, debería alejarse de cualquier práctica que se pueda tildar de captura del regulador; también debería parar la comercialización del sistema y esperar sabia y prudentemente la expedición del régimen especial de homologación, para actuar con máxima responsabilidad en un tema tan sensible, y demostrar de que sí apunta a sus ideales éticos empresariales.

Esta relativización con la que tomamos el comportamiento ético en Colombia no corresponde a profesionales, empresarios, gremios y academias leales con su patria. Lo de menos es que un artículo como éste se tome como afrenta, que no le interesa serlo, y en cambio se desperdicie la posibilidad de reflexionar desde la comprensión del dolor de país que se siente al observar a los que están llamados a ser miembros modelo, magníficos, de nuestra sociedad, actuando de mala manera.

Siempre se puede mejorar lo actuado, y de paso, permitirnos creer que aún tenemos esperanza.


[1] Asociación de Ingeniería Sísmica

[2] Asociación colombiana de ingenieros estructurales.

Rafael Fonseca Zarate

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