La revolución del COVID-19

Por: Jaime Acosta Puertas


“Un virus está haciendo la revolución que la humanidad no fue capaz de hacer”.


Mi cuarta columna del coronavirus, como las anteriores, al comienzo posiciones y luego soluciones.

Por qué el covid19 en América Latina no tiene la magnitud que ha tenido en Asia, Europa y en Estados Unidos

Es un virus de la globalización por eso es un viajero invisible que lo transporta el ser humano. Los flujos de personas por negocios, turismo y otras actividades, son infinitamente mayores entre las economías más avanzadas que entre estas y los países en desarrollo.

El virus viaja por los países desarrollados de Asia y Europa y también por Norte América, por eso en América Latina las ciudades donde hay más contagiados son aquellas donde los nexos con la globalización son más intensos: Sao Paulo, Buenos Aires, Bogotá, Santiago, para citar unos ejemplos.

Si el covid se concentra en los más globalizados, se puede inferir que América Latina lo pasará menos mal que los continentes desarrollados. Sin embargo, tiene un problema: si el covid no se controla, combinando cuarentena, sistema de salud, y rápida reacción del estado ante cambios inevitables que ocurrirán en la sociedad y en la economía, se desbordará la pobreza monetaria, el desempleo de los más vulnerables, los ingresos de los informales, y sus condiciones de vida porque el hacinamiento es estructural y mala su alimentación. En Nueva York el mayor número de contagiados y muertos son hispanoamericanos, y en todo Estados Unidos hispanos y afrodecendientes.

Si el problema se desborda en la región, la situación sería parecida a Europa. Brasil ya tiene más de 1.100 fallecidos, el resto de países 1.500, sin saber realmente cuantos son los muertos en Ecuador, y otros que han fallecido por enfermedades asociadas al covid pero que no estaban en la cadena de atención al virus, es decir, un subregistro continental.

Por eso, abrir la economía de Colombia el 27 de abril, hay que hacerlo con medidas inéditas, racionales e innovadoras porque puede ser peor si sólo se escuchan a quienes creen que el capitalismo será el mismo después del virus.

Nadie quiere vivir en cuarentena pero tampoco nadie quiere morir

En Colombia, las razones de las regiones, los argumentos y medidas de Claudia López en Bogotá, la opinión de responsables expertos en salud, y la ciudadanía desde las redes sociales, convencieron al presidente Iván Duque que era un error monumental el “confinamiento inteligente” a partir del 13 de abril, por eso extendió la cuarentena hasta el 27.

Pero ese día tampoco estará listo el sistema de salud de Colombia. Lo estará si en el transcurso de los siguientes dos a tres meses llegan equipos, dispositivos, insumos, si en el país se logra fabricar ventiladores, si los laboratorios alcanzan su plena capacidad para hacer pruebas, si aumenta la capacidad de las UCI y se protege con la mejor bioseguridad a los que trabajan en el sistema de salud porque su dotación es precaria según informe publicado por Noticias Caracol el 8 de abril, y por Noticias Uno el 9 de abril.

De esta manera, sin una masa grande de diagnósticos, sin una dotación de ventiladores y de ropa de bioseguridad para médicos y demás personas del sistema de salud, el presidente debe pensar muy bien qué hará a partir del 27. Abrir la economía es necesario e inevitable así sea un arriesgado ejercicio colectivo porque será el primer taller de como se comportará la ciudadanía después del encierro, y el primer filtro de cuántas mipymes van a desaparecer, y al tiempo analizar los primeros emprendimientos de la sociedad que viene.

De este piloto resultarán nuevas decisiones de política y nuevas medidas para los siguientes aislamientos.

Las medidas económicas de Duque

Hay un camión de decretos con fuerza de ley para aliviar la situación de la población y distribuir billones en cuatro frentes: sociedad vulnerable, sistema de salud, mipymes y bancos.

Sin embargo, estamos a la espera de cómo se hará un manejo transparente y eficiente de esos inmensos recursos porque están apareciendo los primeros casos de corrupción.

Tampoco hay estrategia, criterios, resultados cuantificables y plan de monitoreo, de los recursos que se entregarán a las empresas. Nada han dicho los ministros de la economía ni el DNP, pero una estrategia que vaya más allá de mitigar necesidades inmediatas, dará tranquilidad para enfrentar la contingencia. Por eso, inyectar indiscriminadamente plata al sistema productivo, es un error, porque la gente está pensando que va para otra sociedad. Así, la economía que regirá el mundo posvirus, reinventará políticas y estrategias, y las empresas, nuevos emprendedores e innovadores, y las universidades, desarrollarán nuevos conocimientos, productos y servicios.

Se acabará el dominio de la especulación financiera y del consumo irracional para darle paso a la producción y al consumo inteligente y sostenible.

El 27 la gente no se lanzará a comprar ropa, carros, relojes, televisores, llenar cafés y restaurantes, reservar hoteles y comprar pasajes para un viaje que no saben si harán.

La gente quiere protegerse y prepararse para un nuevo vivir, pensar y construir nuevas oportunidades y visiones del mundo, del trabajo y la vida.

Llevar tapabocas durante meses, no acercarse a la gente, cerrarle espacio a los encuentros, al amor y a los afectos, estudiar virtualmente sin preparación previa de la educación, sin redes ni computadores para los estudiantes pobres, es una nueva aventura para los ciudadanos y sus países.

La estrategia del acordeón en la cual se inspira el “confinamiento inteligente” de Duque no se ha visto en la realidad ni en Europa ni en América Latina, porque Holanda y Suecia no han hecho aislamientos rigurosos y luego aperturas flexibles. Asia ha sido diferente producto de su acción inmediata, asombroso desarrollo científico, tecnológico y productivo, mejores sistemas de salud, y comportamientos culturales muy diferentes a los de occidente.

A Duque le correspondió esta contingencia y debe responder con inteligencia, responsabilidad y creatividad, escuchando a los gobiernos territoriales, porque viven el día a día de la pandemia.

La Colombia inmediata

Desarrollo rural sostenible e inteligente. El campo debe ser espacio de vida, trabajo y oportunidades que incluye a quienes perderán espacio en las ciudades. Esto requiere de una potente y duradera estrategia de desarrollo rural que integre en un sistema: desarrollo productivo, ciencia, tecnología, educación, infraestructura, energías alternativas, y cultura, con el factor adicional de salvaguardar la vida, lo cual significa dos cosas: la ruralidad como un mundo inteligente y sujeción al acuerdo de paz como condición necesaria.

Desarrollo de la Salud. Debe convertirse en un sistema productivo, de investigación, y desarrollo tecnológico para la prestación de servicios de calidad para todos. La contingencia ha desnudado sus debilidades como servicio sin encadenamientos con la industria y con el cambio tecnológico endógeno, porque todo lo importa.

La salud tiene inagotables posibilidades para desarrollos e innovaciones de largo plazo, como lo mostró el MinCiencia con la MinCienciaton, la cual arrojó importantes proyectos científicos y tecnológicos de pronta aplicación.

El MinCiencias y el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, deben trabajar conjuntamente para hacer la mejor integración entre desarrollo productivo e investigación de lo contrario es como tener una UCI sin ventilador.

Las dos estrategias que propongo priorizar de inmediato: el agrícola rural, y el urbano de la salud, jalonarán muchas actividades ligadas a las industrias 4.0, energías alternativas, agroindustria, electrónica, materiales, entre otros. Además, están relacionados porque la buena salud está asociada a la buena alimentación.

Otros sectores. La construcción, no será en estas circunstancias un reactivador inmediato. Pero sí las infraestructuras del sistema de movilidad en ciudades y las autopistas 4G que deben seguir su dinámica. Si el covid atrasa la movilidad en las ciudades y desconecta a Colombia será más difícil conectarlas después.

Educación. ¿Cómo se va a financiar la matricula de los dos siguientes semestres a los estratos tres y cuatro en las universidades privadas?. El valor de las matrículas deben bajar, condonarse una parte y financiarse otra. Un desempleo del 20% o más y un crecimiento por debajo de 0, apretará a la clase media, destruyendo tejido y capital social. A los estudiantes hay que progerlos por encima de todo. Si hay billones para los milmillonarios y para las mipymes debe haber billones para los niños y los jóvenes. El fortalecimiento de la educación pública tiene que venir, porque la educación privada en Colombia es ante todo un negocio, la calidad no es su mayor prioridad, y la cobertura no es su preocupación.

Nueva política macroeconómica. Para que la reinvención productiva sea posible, deberá acabar la tembladera de la política macroeconómica ante los organismos multilaterales, las calificadoras de riesgo que son un amenazante instrumento de los bancos, y ante algunos mandatos de la OMC (organización mundial del comercio) y de la OMPI (organización mundial de la propiedad intelectual). En Colombia nadie puede morir porque un proveedor internacional le niega tecnología por atender primero a otros clientes. Si Colombia puede solucionar problemas apelando a capacidades endógenas, lo debe hacer. La OMC y la OMPI nada podrán decir.

El futuro global

El cambio tecnológico y cultural será asombroso, la economía y la sociedad girarán en torno a nuevas necesidades, emprendimientos y actividades. Será muy duro para los segmentos menos calificados, duro para la clase media pero es la que aportar el pensamiento para el cambio social, productivo y tecnológico. Y muchas preguntas y nuevos retos tendrán que responder y asumir los milmillonarios.

Esta pandemia no destruirá la humanidad, aunque enterrará la sociedad superficial. Vendrá una sociedad inteligente, consciente, austera, y una economía más humana, sostenible, alrededor de la ciencia y la tecnología, el bienestar, el humanismo y la naturaleza, dotada de un nuevo sistema productivo, que no vivirá del supremo PIB, ni de las calificadoras de riesgos, ni del FMI, ni del déficit fiscal y la regla que lo monitorea.

Los trillones para la reinvención están. Son los que se acumularon en los últimos treinta años en el sistema financiero abierto y en el oculto.