Dentro de 615 días, el país estará eligiendo nuevo presidente de la república.
Como está hoy la situación administrativa y de orden público, es mejor mirar para allá.
Para gobernar, le dan de salida al presidente 208 semanas y media y por ahora le quedan 98 semanas para mejorar su imagen, empezar a ordenar las obras de su administración y lógicamente poner sucesor, siendo ésta última según los politólogos, su mayor responsabilidad.
Gobernar es muy difícil dicen todos los que han pasado por una alcaldía, una gobernación o una presidencia, pero para llegar allá, les parece todo tan fácil que se atreven a ofrecer una cantidad de cosas que la misma lengua les recrimina cuando están en el cargo y no logran salir del aprieto.
Hay presidentes que pasan a la historia y a otros la historia los deja pasar, pero la historia tiene claro que todos quieren seguir mandando a través de su sucesor y esa preocupación los empieza a matar justamente cuando la curva o el pico va doblando su permanencia en la casa de los presidentes. Duque ya gastó 773 días; le quedan entonces 687 días.
Y como “ya cantó la gallina” dirían los taurinos, pues se alistan preparativos para recibir a los nuevos candidatos.
Ya hay algunos mostrándose. Por ejemplo Rafael Nieto espera que Carlos Holmes se queme en el ministerio de Defensa para autoproclamarse por el Centro Democrático. Deberá ganarle a la experiencia de Holmes Trujillo y a la sonrisa de Paola Holguín y a él le faltan ambas.
Fajardo ya dijo otra vez que quiere, y según el país Sergio no ha decidido que es lo que quiere.
Petro inició su campaña presidencial en la misma fecha que Duque ganó la presidencia, junio de 2018.
Fernando Carrillo, liberal, llega con la publicidad de la Procuraduría y le dará duro a los alcaldes y gobernadores y funcionarios hasta que entregue el puesto porque todas esas noticias son gratuitas. Dice que no es candidato a nada, es decir que será candidato.
Faltan cuatro candidatos por resolver la incógnita rápido y hablaremos primero de dos; uno juega de posición centro izquierda en la oposición, se trata de Jorge Enrique Robledo; el otro jugaría para el gobierno como extremo derecho, es conservador y se llama Luis Alberto Moreno Mejía.
El primero, Robledo, nació en Ibagué el 11 de febrero de 1950, arquitecto y docente. Vivió en Manizales donde inició su carrera política al senado de la república, siendo elegido seguidamente desde el año 2002. Fue el congresista que más votos recibió en Colombia en el año 2014.
El segundo es Luis Alberto Moreno Mejía. Tiene 67 años y nació y estudió en Estados Unidos. Es hijo de colombianos. Es administrador de empresas y negocios y está matriculado en el partido Conservador colombiano. Andrés Pastrana lo nombró embajador de Colombia en Estados Unidos y dirigió por 15 años el Banco Interamericano de Desarrollo, la principal fuente de financiamiento para el desarrollo de América Latina y del Caribe. También es periodista.
Robledo es un aguerrido senador que recoge mucho aprecio de quienes le conocen, así no sigan su partido. Fuerte opositor a los gobiernos neoliberales que promueven los tratados de libre comercio, porque dice que estos desmejoran la mano de trabajo interna y la producción nacional; quiere una educación pública gratuita en todos los niveles y se hace matar por la mejor salud para los colombianos.
Sus debates no pasan inadvertidos por sus compañeros de Congreso y sus posturas no generan miedo ni pánico en la derecha.
Moreno cuenta con la bendición de la casa Pastrana siendo ésta la que se jugó sus cartas por “el que diga Uribe” en la elección de Duque, olvidando Pastrana sus palabras cuando años atrás trató de mafioso a Álvaro Uribe. Esa tragada de lengua debe tener reciprocidad y seguro la va a cobrar.
Cuando Moreno fue ministro de Desarrollo Económico tuvo una bullita siendo acusado de corrupto al desalojar familias afrocolombianas de gran pobreza para favorecer la construcción de un proyecto llamado “Chambacú” en Cartagena.
La investigación precluyó, no hubo sentencia. También fue asesor de Luis Carlos Sarmiento Angulo.
Tiene serias dudas del crecimiento económico de la región, considerando que los gobiernos pasarán dificultades para salir de sus deudas después de la pandemia.
Falta ver que hará Uribe para igualar los precandidatos de su partido ante estas dos figuras curtidas y con experiencia nacional sobre todo en lo económico y ante las cámaras y periodistas.
Todos reconocemos la extraordinaria facilidad que tiene Uribe para descartar sus candidatos y con una simple encuesta hecha con su dedo índice, anunciará cuál es el candidato preferido por “todo el país”. Ya Nieto Loaiza, Holmes Trujillo, la exsenadora Liliana Rendón y muchos más han tomado la cicuta servida por Uribe.
Rafael Nieto Loaiza, es abogado de la Javeriana, de 53 años y llegó hasta la precandidatura del Centro Democrático cuando Iván Duque lo derrotó. Con nueve meses en el viceministerio del interior y primer directivo de una compañía especializada en el manejo de entornos y estrategias sociopolíticos querrá ser presidente de Colombia. Eso no le alcanza para manejar un país con tantos problemas y tantos problemáticos.
Otros candidatos como Luis Pérez, Federico Gutiérrez y Alejandro Gaviria están dentro del closet esperando ver quien los saca de allí.
Paola Andrea Holguín Moreno, de Medellín, periodista y senadora desde el 2014 del partido de Uribe, le hace caritas y muy bellas por cierto a su jefe, a ver si la proyecta con la banda presidencial puesta, pero por ahora son imaginaciones.
Y cito los dos que me faltaban de los cuatro que deberán resolver la incógnita, Germán Vargas Lleras y Carlos Holmes Trujillo García.
Ambos preparados para el puesto, más manzanillo Vargas Lleras, con maltrato constante a los subordinados, no saluda ni en campaña y para colmo arrogante, soberbio, grosero y altanero. El país le cabe todo en su cabeza, lo conoce muy bien, las necesidades, su infraestructura, sus dirigentes y tiene gran capacidad de trabajo.
Carlos Holmes Trujillo García es diplomático en el trato, conoce también las necesidades de cada región del país, sus cargos le han hecho crecer sus capacidades y tiene el tacto y tino para manejar una situación fácil o difícil, pero puede ser. Holmes fue alcalde de Cali, ministro del Interior, de Educación y elegido Constituyente del año 1991. Hoy es ministro de Defensa.
Estos cuatro, Jorge Enrique Robledo, Luis Alberto Moreno, Vargas Lleras y Holmes Trujillo podrían ser los que por estas fechas y una vez terminado la vuelta a España, inicien la vuelta a Colombia en busca de ganar cada etapa de su carrera hacia la casa de los presidentes.
La convocatoria de Petro a una desobediencia civil en un país democrático pero sano, es una invitación a que no voten por él. Si como candidato sale con esas barbaridades, no creo que sus amigos lo aguanten de presidente.
Hoy y como desde hace 20 años atrás, todo depende de lo que diga Uribe y ahora de lo que diga Pastrana. Pero no se olviden de la casa Char en Barranquilla, porque aunque hoy tenemos candidatos que podrían ser presidentes, la próxima elección también dependerá de lo que diga Fuad Char que presentará a Alejandro (Alex) con un inmenso respaldo costeño para ser la cuota árabe en la presidencia después de Turbay Ayala.
Ya dieron el primer paso en esa dirección con la elección de la nueva procuradora General de la Nación, la que procurará lógicamente por la aspiración de don Fuad para su hijo Alex.
Por eso la suerte de todos, está para e´char.