Hoy partiré de un hecho. Mientras Duque perdía tres meses en los que no logró acceso a vacunas, 107 trabajadores de la salud perdieron la vida.
Si Duque hubiera hecho su trabajo habríamos cerrado acuerdos de vacunas con las farmacéuticas en septiembre (como lo hizo Chile) y habríamos empezado a vacunar al personal de la salud en la primera línea de riesgo en diciembre (como lo hizo Chile). Pero como Duque cerró acuerdos en diciembre 16, tres meses después, comenzamos a vacunar al personal de la salud apenas el 17 de febrero con unas pocas miles de dosis que con la infraestructura de las grande capitales se agotaron en dos días, mejor dicho. Muchos meses perdidos y un inicio muy blandito.
Si Duque hubiera hecho su trabajo de manera proactiva y diligente no habríamos puesto todos los huevos en la misma canasta y también habríamos aceptado el ofrecimiento de la vacuna rusa en agosto (como lo hizo Argentina), vacuna que resultó siendo la mejor según la revista The Lancet.
¿Qué significa todo esto? Pues que en Colombia entre el 21 de diciembre y el 12 de febrero murieron por COVID 107 trabajadores y trabajadoras de la salud, que si se hubieran hecho las cosas bien debían estar vacunados para el momento en que la pandemia cobró sus vidas.
Según el Instituto Colombiano de Salud, entre el 21 de diciembre y el 12 de febrero, perdimos por COVID, 68 médicos, 35 auxiliares de enfermería, 21 tecnólogos en radiología e imágenes, 13 profesionales de enfermería, 12 trabajadores administrativos, ocho estudiantes, ocho auxiliares de otras áreas, siete químicos farmacéuticos, cinco conductores y cinco técnicos de farmacia, entre otros. No son números ni estadísticas, eran personas. Papás, mamás, hijos, hermanas que dejaron a familias que hoy los lloran y sienten el inmenso dolor del vacío en casa. Dolor que en buena medida se pudo evitar.
Mientras los países se pusieron las pilas, mientras Israel, Canadá, Reino Unido y Estados Unidos negociaron vacunas desde junio, Duque y su gobierno, ¿qué estaban haciendo?
Mientras Chile cerraba acuerdos el 22 de septiembre, Costa Rica el 1 de octubre, México el 13 y Ecuador el 21 de ese mismo mes, Duque y su gobierno, ¿qué estaban haciendo?
La preocupación del Gobierno Nacional por esos días era una placa descomunal para adjudicarse El Túnel de ‘La Línea’, alcahueteó que la Policía matara 13 personas en las protestas de Bogotá y no quiso sentarse con la Minga Indígena. Se fue a hacerse fotos como si descargara auxilios en Providencia y luego a dar vueltas en cuatrimoto (tres meses de Iota y la isla no ve la recuperación cerca); atacó a la JEP, se hizo el loco con la ñeñe política, su embajador en EEUU le hacía campaña a Trump, le subió apenas el 3,5% el salario a los trabajadores mientras permitió que se le subiera el 5,12% a los congresistas, ah y diariamente hacía Prevención y Acción.
Hizo de todo menos buscar la solución al problema del que hoy dependen todos los demás. Hizo de todo menos negociar rápido las vacunas con la urgencia que exige la crisis del COVID.
Todo se hizo mal. Parece que Colombia no tuviera cancillería, Francisco Santos, en lugar de hacer gestión con el Gobierno de EEUU para tener acceso a acuerdos prioritarios con las farmacéuticas de vacunas, estaba muy ocupado haciendo campaña a Trump. Duque en lugar de ponerse las pilas y negociar rápido con los rusos (como hizo Argentina) o con los chinos (como hizo Chile), montó un cuento de espías con Rusia y enrareció las relaciones con este país, finalmente, la Sputnik V llegó primero a Venezuela.
Es verdad que a la mayor parte de los países vecinos las primeras vacunas han llegado en cantidades reducidas, pero esas primeras centenares de miles de vacunas habrían servido para comenzar a vacunar al personal de la salud, pero como todo se hizo tan mal, en este segundo pico de la pandemia perdimos a otros 107 trabajadores y trabajadoras de la salud. ¿Se dan cuenta? el fracaso estrepitoso de la negociación de las vacunas ha costado vidas.
No olviden esto cuando Duque y el Ministro de Salud le llamen al personal sanitario, “nuestros héroes”.
Ahora que tenemos pocas vacunas el reto del Gobierno Nacional es facilitar a como dé lugar la agilidad en la aplicación de las dosis, las principales ciudades del país quedarán rápidamente desprovistas de vacunas porque hay que reconocer que se han preparado. No obstante, como ya pudimos ver a Duque las fotos y el protocolo lo mueven más que la vida de los colombianos a quienes gobierna.
Posdata: Si las primeras 50.000 vacunas hubieran llegado en diciembre se pudo haber vacunado a miembros del Gobierno Nacional, regional y local con preexistencias debido a su alta exposición pública, como, por ejemplo, el ministro de defensa Carlos Holmes Trujillo (q.e.p.d.)