Seguramente, has enfrentado situaciones de llanto incontrolable, una pataleta en el centro comercial o un portazo de tu hijo adolescente. En esos momentos, debiste mantener la calma, consciente de que castigar, decir “no” o gritar solo agravaría el conflicto. Quizás te hayas cuestionado por qué mostrar amabilidad, escuchar y ofrecer compañía no mejora la situación, y por qué tu hijo o hija sigue escalando sus berrinches. Puede que incluso hayas llegado a pensar que el problema residía en ti, considerándote el error, la falla, sintiéndote una mala madre o un padre terrible.
Si alguna vez has participado en una clase de crianza positiva, asistido a talleres sobre aulas respetuosas, o mantenido conversaciones con tu círculo social acerca de cómo mejorar la conducta de tu hijo o hija, te invito a quedarte con este artículo. Vamos a explorar el origen del control conductual que has anhelado, ese que visualizas como el simple acto de presionar un botón para resolver instantáneamente la situación. Por supuesto, sin recurrir a la violencia.
Conductismo Clásico
En una escena de una película, la protagonista, quien es compradora compulsiva, lleva al límite sus tarjetas de crédito. Aunque es consciente de no contar con el dinero necesario, cree escuchar su voz interior, impulsada por el deseo de concederse o premiarse con lo que considera merecer. Esta voz la incita a satisfacer el impulso de adquirir y disfrutar para sí misma una nueva prenda que la hará lucir sofisticada, algo que su madre jamás aprobaría.
Ahora, vamos aplicar los principios del condicionamiento clásico de Ivan Pavlov, quien consideraba que el comportamiento de los seres vivos puede ser condicionado y modificado a través de la asociación entre estímulos y respuestas.
Situación Inicial
- Estímulo Incondicionado (EI): La satisfacción emocional y el placer que siente la protagonista al adquirir una nueva prenda.
- Respuesta Incondicionada (RI): La alegría o el sentimiento de realización que experimenta al comprar y poseer algo nuevo.
- Respuesta Incondicionada (RI): La alegría o el sentimiento de realización que experimenta al comprar y poseer algo nuevo.
Se introduce el Estímulo Neutro (Un estímulo que, inicialmente, no provoca ninguna respuesta específica en la protagonista hasta que se asocia con un estímulo incondicionado):
- Estímulo Neutro (EN): El acto de deslizar la tarjeta de crédito, que inicialmente no provoca la respuesta emocional de satisfacción por sí mismo.
Condicionamiento (Proceso por el cual un estímulo neutro genera una respuesta tras ser asociado con un estímulo incondicionado):
- Asociación del Estímulo Neutro con el Estímulo Incondicionado: Cada vez que la protagonista experimenta la satisfacción de comprar algo nuevo, está acompañada por estos estímulos neutros (el ambiente de la tienda, el sonido de la caja, el acto de deslizar la tarjeta de crédito).
Después del Condicionamiento:
- Estímulo Condicionado (EC): El acto de deslizar la tarjeta de crédito.
- Respuesta Condicionada (RC): La protagonista comienza a sentir anticipación, excitación o la necesidad de comprar, incluso antes de realizar una compra o sin tener la intención inicial de comprar.
Cambio de Comportamiento
En el análisis del comportamiento de la protagonista se desarrolló una asociación entre los estímulos de deslizar la tarjeta de crédito, el olor de la tienda o sonido de la caja, que originalmente eran neutros, con la satisfacción de adquirir algo nuevo. Por tanto, cada vez que la protagonista se encuentre en un entorno de compra, estos tres estímulos desencadenan el deseo de comprar, independientemente de su capacidad financiera o las consecuencias a largo plazo.
Además, el deseo de la protagonista de satisfacer un impulso personal que va en contra de las conductas de su madre, esto puede ser visto como un refuerzo de su comportamiento, donde el acto de comprar se convierte en una forma de afirmación personal y aprecio de sí misma, contra las normas maternas.
Conductismo Clásico en las Pataletas
Ya hemos abordado las definiciones principales del conductismo clásico; ahora, entremos a la situación que se vive día a día en cientos de hogares: las pataletas. Es claro que desesperan y, por supuesto, llega un punto en el que como adultos pueden no saber qué hacer. Esas sensaciones de cansancio, unidas a emociones de agotamiento y estrés en la crianza, llevan a pensar que mantener procesos de crianza respetuosa no sirve para los desafíos de conducta.
Intentar construir espacios inclusivos y diversos, es un completo desafío. En medio de la creciente exigencia de igualdad en las aulas escolares y la demanda por la adaptación de los maestros, se esconde un sigiloso pensamiento estereotipado y discriminatorio que pone a prueba los valores sociales y la capacidad de empatía social.
Vamos aplicar conductismo clásico
Lo primero: Identificar los Estímulos y Respuestas
- Estímulo Incondicionado (EI): La negativa a comprar algo deseado.
- Respuesta Incondicionada (RI): La frustración del niño que naturalmente conduce a una pataleta.
- Estímulo Neutro (EN) que se convierte en Condicionado (EC): El contexto del centro comercial y la posibilidad de llevar en el mercado lo que quiera como lo hace mamá o papá.
Lo segundo: Introducción de un Nuevo Estímulo Condicionado (EC) y Respuesta Condicionada (RC)
- Estrategia: Crear una “tarjeta de comportamiento adecuado” que el niño lleve consigo en el centro comercial o el supermercado. Esta tarjeta simboliza el compromiso del niño de mantener un comportamiento adecuado durante el tiempo que esté allí. La tarjeta actúa como un estímulo condicionado, recordando al niño la importancia de su comportamiento y la expectativa de autocontrol.
- Implementación: Es un refuerzo positivo. Si el niño logra mantener el comportamiento acordado y no recurre a pataletas, al final del tiempo que estén allí puede recibir una recompensa no material, el niño elegirá entre dos opciones que mamá o papá previamente le han dado en casa y que por tanto, ya conoce. La recompensa se asocia con el uso exitoso de la tarjeta y el buen comportamiento, reforzando positivamente la conducta deseada.
Seguramente la pregunta es: ¿Qué pasa si no sirve, si continúa con el comportamiento indeseado?
El condicionamiento clásico es un entrenamiento de adquisición por experimentación, basado en el refuerzo positivo y no en el castigo. Repetir este proceso varias veces logrará un efecto similar al sonido de la tarjeta de crédito para la protagonista de la película. Los niños mantendrán el comportamiento adecuado en espera de la recompensa previamente acordada. El éxito es la repetición y entrega de esa recompensa, cuando no se ejecuta de forma sistemática, el niño aprenderá que el estímulo no produce respuesta y lo descartará, incrementando el comportamiento indeseado.
¿Por qué no se considera crianza respetuosa a las estrategias del condicionamiento clásico?: La modificación del comportamiento mediante el condicionamiento clásico se basa en un estímulo de refuerzo positivo a través de una recompensa, dejando de lado la maduración del cerebro y el análisis de la situación por parte del adulto.
Es fundamental identificar que el condicionamiento clásico se utiliza mucho más frecuentemente de forma casi imperceptible para modificar los comportamientos de compra, consumo de redes, amistad, aceptación de las personas, entre otros; en especial, en los casos de inflexibilidad cognitiva en los niños y niñas, se suele utilizar el condicionamiento clásico a través de las rutinas, sobre todo las visuales que son populares entre los preescolares.
Neuropsicóloga y pedagoga