Lo que hace Uribe y lo que dice Duque

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Óscar Sevillano

Una cosa es el Gobierno y otra cosa es el Centro Democrático, dijo la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez en días previos a la posesión de Iván Duque como presidente de la república. Con esta frase quiso dejar claro que lo que expresara o hiciera el partido de Gobierno, no siempre iba a estar en línea con lo que se pensara desde el Palacio de Nariño.

En adelante se esperó que el primer mandatario se desligara del discurso de su partido y se expresara en favor de todos los colombianos hablando claro, en los momentos en que se presentaran diferencias entre él y los miembros de su colectividad. Sin embargo, esto no se ha visto. Quizás es esa la razón para que ante la opinión pública cada vez que el Centro Democrático proponga temas polémicos, surja la pregunta de si Duque está de acuerdo con dichas ideas o si por el contrario no lo está.

En los últimos días se dio inicio a la promoción de un referendo liderado por el periodista y activista político Herbin Hoyos que busca acabar con la Justicia Especial para la Paz, lo mismo que con las altas cortes (Corte Constitucional, Consejo de Estado, Consejo Superior de la Judicatura y Corte Suprema de Justicia), y conformar una única corte integrada por magistrados elegidos por concurso de mérito.

Es claro que, aunque esta iniciativa no la promueve el Centro Democrático, si cuenta con su venia. Tan es así, que el mismo senador y expresidente Álvaro Uribe la defendió en los micrófonos de la Wradio en días pasados. Lo particular y curioso de este asunto es que Duque propuso en campaña sustituir a los más altos tribunales de justicia para convertirlo en uno solo ¿es este el más claro indicador de que la idea cuenta también con la bendición del jefe de Estado o es solo una casualidad?

También es evidente que los promotores de este referendo aprovechan el disgusto de buena parte de los colombianos por la posesión de Jesús Santrich en la cámara de representantes y no me cabe la menor duda que este elemento será utilizado como caballito de batalla para llevar a la gente emberracada a las urnas.

En ocasiones como estas es donde se requiere sinceridad de parte del jefe de Estado quien debe decir al país si está de acuerdo con ideas como estas y si cuentan con su total respaldo. Iván Duque no puede seguir dejando la impresión de que sus ideas y su manera de gobernar está pensada únicamente para la militancia del Centro Democrático, que es lo que está sucediendo.

El silencio de Duque frente a hechos como estos no es sano, y a quien más perjudica es al mismo Duque, porque a su alrededor se genera un ambiente de desconfianza que afecta su gobernabilidad y desata un enfrentamiento verbal entre las diferentes ramas del poder.

Aunque el presidente no lo quiera, debe reconocer que este debate que se avecina y que deja claro las intenciones de Álvaro Uribe de capturar el poder judicial con base en la instauración del Estado de Opinión, el mismo que tiene a Venezuela en la más profunda crisis, no es sano. El primer mandatario, como máxima autoridad en el poder ejecutivo, debe preservar el orden institucional, que con todo y las fallas que tiene, funciona.

Twitter: @SevillanoOscar