El pasado lunes 19 de septiembre se aprobó en sesión plenaria del Concejo de Bogotá un Proyecto de Acuerdo que le otorga a la Empresa Metro un cupo de endeudamiento por un valor de $9.4 billones, el cual será utilizado para financiar la segunda línea del metro de Bogotá.
Hace tres meses (07 de junio de 2022) el Concejo de Bogotá aprobó otro cupo de endeudamiento, el cual incorporaba $2.8 billones para financiar también la segunda línea del metro de Bogotá. Al igual que en ese momento, esta semana nos opusimos a ese proyecto por resultar inconveniente para las finanzas del distrito y porque sacrificará la inversión social presente y futura de la ciudad.
En ese momento evidenciábamos que con ese nuevo cupo de endeudamiento Bogotá pasaría de tener una deuda de $6 billones en 2022 a una deuda de $24 billones en 2032, lo que representa un pago de intereses por $10 billones en los próximos 10 años.
Pues ahora, con este nuevo cupo de endeudamiento, la ciudad tendrá que pagar casi $6 billones adicionales de intereses de deuda, para poder financiar las necesidades de inversión de corto plazo del proyecto de la segunda línea del metro.
Esto se traduce en algo muy concreto: la ciudad tendrá que renunciar a $16 billones del presupuesto de inversión social en los próximos años para pagar el costo de adquirir deudas que en su mayoría irán a financiar las líneas de metro de Bogotá.
Renunciar a esos $16 billones es un costo de oportunidad muy alto, teniendo en cuenta que posterior a la pandemia las necesidades sociales en la ciudad son y serán enormes: la desigualdad en Bogotá es de las más altas en los últimos 15 años y el desempleo y la pobreza en la ciudad son de los más altos en los últimos 10 años.
¿Vale la pena asumir este costo social tan alto? ¿Vale la pena dejar a la ciudad en los niveles de endeudamiento más altos de su historia y al límite permitido por Ley?
Nuestra respuesta tajante ha sido y es NO, especialmente porque la Alcaldía de Claudia López con este enorme endeudamiento le sigue apostando a un modelo de transporte operado por privados, que genera enormes ganancias a los operadores y un enorme hueco fiscal a la ciudad.
Así opera hoy el Transmilenio en la ciudad y así operará el Metro. La Empresa Metro tiene previsto realizar el proyecto de la 2da línea del Metro mediante el modelo de concesión, para que privados construyan y operen el Metro en la ciudad.
Con esto se está tomando una decisión que a mediano plazo nos puede costar mucho. Perdemos capacidad de inversión social y autonomía en el gasto, nos endeudamos al límite, y así perdemos capacidad de maniobra para encarar los problemas sociales y económicos de la ciudad en un futuro cercano.
Todo por la prolongación de un modelo de transporte que desangra las finanzas de la ciudad y que enriquece a unos pocos. Por eso reitero, No al cupo de endeudamiento.