El presidente de Argentina, Javier Milei, ha generado una fuerte oposición entre los ciudadanos debido a su intento de implementar cambios en el régimen laboral mediante decretos presidenciales. Estas modificaciones abarcan la eliminación de indemnizaciones por despidos sin justa causa, la reducción de cargas patronales e impuestos al trabajador, la limitación de mandatos sindicales y la restricción del derecho a la huelga. Como consecuencia de estas medidas, tras 28 años, La Central de Trabajadores de Argentina (CTA) y los gremios que la conforman han retornado a la Confederación General del Trabajo (CGT).
Lo que hace el presidente Milei y que tiene a la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Central de Trabajadores de Argentina (CTA) en huelga en Argentina, sería impensable que el presidente Petro hiciera lo mismo; seguramente enfrentaría una fuerte condena mediática, críticas de empresarios y oposición. Cuando nuestro presidente habló de “esperanza o barbarie” durante la campaña argentina, no se refería a Milei, sino al proyecto político que estaba por venir, y el tiempo le ha dado la razón. Lo que propone Javier Milei por medio de Decreto de Necesidad y Urgencia es:
– Modificar 366 leyes por decreto presidencial. ¿Se imaginan la senadora Cabal donde lo proponga presidente Petro?
– Ley Ómnibus, 600 artículos que modifican 20 leyes, y se pretende votar 500 artículos en bloque. Para nosotros en el congreso de Colombia, votar 5 artículos en bloque de la reforma a la salud, fue un escándalo; sin embargo, la oposición en Colombia no se ha levantado a denunciar este hecho.
A esto hay que agregarle que su ministra de seguridad, Patricia Bullrich, a poco de comenzar el primer paro general convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) expreso: “todos defendiendo sus privilegios, resistiendo el cambio que decidió la sociedad democráticamente y que lidera con determinación el presidente Milei. No hay paro que nos detenga, no hay amenaza que nos amedrente”, además de tratar a los sindicalistas de mafiosos, a los jueces de cómplices corruptos. Lo que nos hace preguntar: ¿Dónde están algunos medios del país pidiendo garantías para la justicia e independencia de poderes?
Pero que se puede esperar de un presidente que llamó imbécil al Papa Francisco (quien es argentino), desconoce el cambio climático, pide que la gente pueda vender libremente sus órganos y dijo que la moneda argentina no servía ni de abono, hundiendo aún más su valor, que tiene el dólar blue en más de 1.200 pesos.
Me duele el país, su gente hermosa, sus luchas ganadas, su educación ejemplar y su futuro. ¡Adelante Argentina!