Por: Marcial Muñoz
Hoy se cumple la cuarentena. 40 días encerrados desde que la alcaldesa, Claudia López, se adelantó tres días al presidente en echar el candado a nuestras vidas. Y en este tiempo todos hemos aprendido muchas cosas de medicina, de bacteriología, de curvas, de economía, de vacunas, de fake news, de egos-cuchillos políticos y, sobre todo, de la vida y de sus incertidumbres. No es mi intención añadir más de esto último a sus vidas así que intentaré aportar números más que ideas ante la gran decisión que está por venir: el desconfinamiento sin que eso implique un crecimiento significativo de muertes por coronavirus.
Me llama poderosamente la atención la actitud de nuestros dirigentes. No entiendo su estrategia (si es que la tienen) además de encerrar a 45 millones de personas esperando que la tempestad pase. Recordemos que en Colombia se cumplieron 53 días desde el primer caso positivo y 38 desde el primer fallecido. Con un nivel de contagios relativamente bajo en comparación con la media mundial. En España o Italia, por ejemplo, en el día 38 desde su primer fallecido, ya habían enterrado a más de ¡¡16.000 personas!!, aquí en Colombia vamos en 263.
Mirando al mundo: es una pandemia mundial
¿Por qué Alemania, Israel, Portugal, Grecia, Austria, Holanda, por citar solo algunos países, en tiempos similares desde los primeros contagios, y con miles de afectados y fallecidos ya están intentando volver a una cierta cotidianidad? ¿Por qué una tienda de Berlín puede abrir y una en Pereira no? ¿Por qué en Colombia, en el día 53 desde el primer caso estamos pensando en llenar un formulario por Internet para que la autoridad nos permita (gracias) ir trabajar a una obra y en medio mundo ya salen a pasear o trabajar con ese distanciamiento social al que debemos acostumbrarnos al coronavirus?
Hace unos días escribía en estas mismas líneas que nadie tiene ni idea de lo que va a pasar con certeza. Y sigo creyendo que es así. Pero tenemos que enfrentarnos a la realidad, conocer a nuestro enemigo, confrontarlo con inteligencia ya que vamos sabiendo cosas sobre él. Y, sobre todo, es imprescindible saber quien está infectado, quién ya pasó la enfermedad… quien es inmune o quien contagia sin saber. Eso lo sabremos con un estudio seriológico representativo del país. Clave para que podemos empezar a hacer vida más o menos normal.
En ese punto tendremos la información ajustada para saber como y quién se puede mover. Encerrar a la gente es fácil, estudiar el comportamiento y expansión de virus es lo complejo. La ventaja que tenemos es que ya sabemos que ha funcionado y qué no en el mundo. Copiemos a Corea del Sur o a Grecia, hagamos las pruebas como en Alemania y dejémonos de inventar soluciones, que la pandemia del coronavirus es mundial. Si no empezamos a hacer test masivos iremos a ciegas.
Ganamos la primera batalla
Afortunadamente, la primera fase de contagio en Colombia está estable. Estamos en alerta sanitaria, pero no en crisis sanitaria. La curva de contagios y muertes nunca entró en fase exponencial. Por eso estamos en cientos de muertos y no miles o decenas de miles de muertos. Y eso sí es un éxito del presidente y de los dirigentes locales y departamentales, todo hay que decirlo.
Les daré un dato que pasó casi inadvertido y que a mi me desconcierta respecto al clima pre apocalíptico que quieren imponer en el relato. En Bogotá hay disponibles 1.555 UCI’s, de las que 546 son nuevas para el operativo especial de la crisis de Covid-19. Únicamente 38 están en uso hoy para pacientes con coronavirus, el 6,9% de las que en teoría se destinaron para afrontar la crisis, y un 2% del total de las que existen en al capital. Datos, no palabras. Llevamos 3 semanas en las que, tanto el nivel de contagios, como el de fallecidos apenas ha aumentado (180 contagios promedio por día y 1o fallecidos). Podemos seguir esperando semanas o meses a que la curva crezca… y seguir esperando.
La desescalada
Pueden consultar y comparar todos los datos del coronavirus en el mundo en este enlace: https://www.worldometers.info/coronavirus/, Se darán cuenta de que la primera fase de la ‘batalla’ en Colombia se ganó. Ahora se viene una segunda batalla no menos importante, la desescalada de las medidas y una integración social hacia la (nueva) normalidad sin que haya grandes repuntes.
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¿Entonces a qué juegan nuestros dirigentes? entiendo que hay que ser muy prudentes ante el enemigo casi desconocido, pero es más cierto aún que la crisis económica que nos viene posiblemente cause más muertos que la enfermedad si no recuperamos la economía. Repartan millones de guantes y tapabocas, pongan a toda la policía y al ejército en la calle para asegurar que se mantiene la distancia social y vayamos midiendo los resultados de este proceso. Dejen de inventar la gaseosa, copien los casos exitoso del mundo. Aparten los egos, el figurar o querer ser el sheriff más implacable del far west. Piensen más bien cómo nos van a sacar de este lío que el virus nos metió. Es la hora de las decisiones trascendentes sobre nuestro futuro. La hora de los líderes. No de los que se esconden.
Marcial Muñoz es director de Confidencial Colombia