Cuando escuchaba a Claudia López en campaña, me imaginaba la Bogotá de mis sueños: con metro, regiotram del norte, corredor verde por la séptima y una ciudad completamente diferente, que colocaba por delante una mejor calidad en movilidad, y no los mismos carros diesel.
Hoy, haciendo un balance, veo que todo está a medias, las obras continúan y esta ciudad esta echa un desastre por falta de planeación y sin vías que realmente no nos permitan durar 2 horas de ir de Bogotá a Bogotá.
Una de las medidas que ya se venían implementando era el pico y placa en horas de mayor congestión, que de cierta manera reducía el nivel de tráfico, esta fue una medida generada desde 1998 como un recurso temporal pero que incentivo la compra de un nuevo vehículo, lo que agravo el caos en que vivimos los bogotanos.
A pesar de que la alcaldesa en su momento manifestó que el pico y placa todo el día, incentivaba la compra de más vehículos, lo implementó con una excepción: aquellos que quieran circular tendrán que pagar en el llamado “pico y placa solidario”. Suena bonito, inteligente… pero que lo único que busca es mas recaudo para aquellos que tienen los modos y las formas.
Durante varias administraciones se ha escuchado soluciones como cobros por congestión, peajes urbanos, pico y placa para motocicletas, pago por kilómetros recorridos, pago por valor del vehículo, impuestos por contaminación como lo evidenciamos, etc., todo esto siempre con el factor económico por delante.
Lo que me hace pensar que a pesar del caos que tenemos, nos quedamos sin recursos para gestionar e implementar vías que lleven a una solución real. Acá simplemente se busca un bonito nombre maquillado en el recaudo, porque todo tiene que ser dinero para vender la solución.
Incentivar el uso de Transmilenio, alimentadores o buses con rutas especificas deberían estar ligadas a una mejora en el servicio, hoy día, aquel que tiene un vehículo particular, difícilmente se subirá a uno con todas las inseguridades, pésima prestación y sin motivación alguna más allá de las declaraciones populistas de mi querida alcaldesa; y bueno, esto no genera dinero, entonces, ¿qué le hacemos?
El factor económico no debería ser un elemento fundamental para desincentivar el uso del vehículo, Bogotá no tiene una solución real en el tráfico, somos una de las ciudades mas congestionadas en el mundo y al parecer, todo son pañitos de agua tibia para una ciudad que nos ha dado todo, que amamos y que cada vez que queremos recorrerla preferimos evitarnos el dolor de cabeza en el trancón que a sus maravillas.