“Ni maricas que fuéramos”

Muchas personas que hacen parte de los sectores sociales de lesbianas, gais, bisexuales, transgeneristas e intersexuales podemos ser víctimas de múltiples acciones y no contamos con el apoyo de instituciones territoriales para la atención de casos que van desde la violencia física, instrumentalización de algunas actoras y algunos actores hasta otro tipo de violencias que constriñen a la persona para realizar ciertos actos aprovechándose de la situación de indefensión física, mental, cognitiva y de otras índoles que padezca la víctima.

En el momento actual son víctimas de estos procesos en su mayoría hombres gais y mujeres transgeneristas. Los hombres gais adultos mayores así como a la mayoría de las personas adultas mayores se les niega el ejercicio del derecho a su sexualidad y, así como muchas mujeres transgeneristas adultas mayores sucumben a algunas características de hombres jóvenes y de otros hombres no tan jóvenes que fingen aceptación y comprensión demostrando afectos, talvez, por la situación de fama y fortuna que pudieren tener sus víctimas.

La Señorita María se hizo famosa por aquel documental de 2017 llamado “Señorita María, la falda de la montaña”, falda no precisamente por la parte de la montaña sino porque la Señorita María correspondía a esa taxonomía que se ha hecho de las mujeres con sexo masculino, mujeres con pene, a las que las ciencias sociales nos endilgaron la clasificación de mujeres transgeneristas, transgénero o en una simpleza de uso de lenguaje, “trans”.

Hoy, La Señorita María, instrumentalizada por muchos y aprovechada su imagen por pocas personas para visibilizar algunas vicisitudes de las mujeres “trans” campesinas en pueblos con profundos paradigmas católicos, conservadores y de una ortodoxia tal que no les permite la solidaridad y mucho menos la sororidad con Ellas, resulta víctima de tales aprovechamientos por quien fuera su pareja y a punto de perder la herencia de sus padres, las tierras en la Vereda Rio de Arriba sector Patiño del municipio de Boavita, departamento de Boyacá que habita y trabaja para obtener los recursos que le permiten vivir.

Solo se han movilizado para el apoyo algunas “maricas” y algunos “maricas” que realmente están comprometidos con la defensa de los derechos de quienes hacemos parte de esa población con identidades de género, expresiones de la identidad de género y orientaciones sexuales que no corresponden a la impuesta heterosexualidad y heterogeneidad con la que se supone debemos construirnos y relacionarnos afectiva y eróticamente. Las Redes Distrital y Nacional de Mujeres Trasngeneristas están dispuestas a llegar hasta las últimas consecuencias porque a las “maricas” se nos respeta y nos hacemos respetar.

¿Dónde está el accionar del Ministerio del Interior con su famoso plan de acción fantasma para la implementación de la supuesta política pública LGBTI nacional?¿Donde están los avances en cuanto a garantía de derecho y del ejercicio de derechos de las personas lesbianas, gais, bisexuales, transgeneristas, intersexuales identidades de género, expresiones de la identidad de género y orientaciones sexuales que no corresponden a la impuesta heterosexualidad y heterogeneidad en el Departamento de Boyacá?

Como siempre, contamos con algunas aliadas y aliados, la Clínica Jurídica de la Universidad Militar, sí… la Universidad Militar Nueva Granada, la Comisión de Derechos Humanos y Audiencias del Senado de la República y la Subdirección para Asuntos LGBTI, Dirección Poblacional de la Secretaría Distrital de Integración Social de Bogotá y, cual avanzada libertadora iremos a Vereda Rio de Arriba sector Patiño del municipio de Boavita a defender los derechos de nuestra compañera. Llamamos la atención a esa municipalidad y al gobierno nacional porque a las “maricas” no se nos puede seguir atropellando y dejando en la impunidad los crímenes que en contra de Nosotras se cometen porque no estamos dispuestas a permitirlo más…

¡Ni maricas que fuéramos!

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