La mezcolanza indiscriminada de opiniones está afectando la figura de las noticias. No sé si fue un cambio en la estrategia de enseñanza de las facultades de comunicación o una libre interpretación de quienes están más pendientes de ganar “clicks”. Lo cierto es que hay cubrimientos noticiosos que se han convertido, en una pasarela de ideas personales que no le aportan nada a la información y sí confunde al público.
Es impresionante la cantidad de imprudencias, juicios de valor, reclamaciones y sesgos que se les están “filtrando” a los periodistas en el momento de cubrir una noticia. Con el agravante de que muchas personas, ajenas a los medios, interpretan esas afirmaciones como hechos ciertos y las toman como verdades de los sucesos que están escuchando, viendo o leyendo en la gran multiplicidad de medios que consumimos hoy en día.
Siempre he coincidido con que un periodista no es impoluto. Claro que tiene posturas propias e ideales personales, así como valores que lo guían, pero es también cierto que cuando de noticia se trata, su cubrimiento debe centrarse en retratar un momento, informar de los hechos y traer la información necesaria para enriquecer la historia. Se deben contrastar fuentes e investigar, dando espacio a que se expongan las distintas posiciones de quienes están implicados en la información.
Sin duda su trabajo es complejo y uno de los de mayor compromiso, casi como el de un médico que debe entrar a la cirugía lo más desinfectado posible para no traer consigo elementos contaminantes que pongan en riesgo a su paciente. Mi visión del periodista y del periodismo ha sido siempre tan respetuosa que nunca me sentí en capacidad de dedicarme a esta rama de la comunicación, precisamente porque tiendo a emitir opiniones constantemente, y en estricto sentido, creo que hubiera sido pésimo retratando la realidad sin reflejarla desde mi esquina de pensamiento.
Entiendo que hacer noticias hoy es más complejo que antes, dada la velocidad en que los acontecimientos se dan a conocer y la masividad de fuentes que están emitiendo constantemente, pero tal vez, es precisamente ahora donde los mejores deberían brillar con todo su esplendor. Las reglas son conocidas, una noticia y una opinión son cosas distintas, es el momento para dibujar los espacios con mayor claridad y rescatar estilos que pueden no ser tan evidentes para las nuevas generaciones de consumidores de información, que se han acostumbrado a ver la realidad desde trinos, titulares y videos cortos que, en la mayoría de los casos, no son emitidos por fuentes oficiales.
En medio del caos se necesitan voces que ayuden a encontrar más zonas comunes y que promuevan informaciones basadas en hechos y datos. La sociedad requiere visibilizar a tantos que están sumando día a día para salir adelante y así acallar a los que quieren confundir y desestabilizar. Por ello es igualmente importante que, como sociedad, entendamos el rol clave que cumple un buen periodismo y fomentemos prácticas que les permitan acceder a fuentes oficiales con datos verificables.
Consumimos lo que permitimos y lo que premiamos con nuestros “likes”. Tenemos la responsabilidad de escuchar, seguir y ayudar a esos periodistas que lo están haciendo bien, para poder silenciar a tanto que solamente hace ruido y oscurece.
@AlfonsoCastrCid
Managing Partner
KREAB Colombia