Por: Mateo Salazar*
La humanidad se encuentra en una encrucijada, y las decisiones tomadas en los próximos meses tendrán consecuencias durante décadas por venir. Los gobiernos de 11 de las economías más grandes del mundo tienen como objetivo inyectar USD 7,1 billones (21 veces el PIB de Colombia) en paquetes de estímulo económico que probablemente causarán profundos cambios en nuestra forma de vida. Esto abre una oportunidad única para invertir hoy en un modelo económico más sostenible, seguro y resiliente.
Sin embargo, el índice de Vivid Economics* que mide la sostenibilidad ambiental de los estímulos económicos descubrió que varios países están desaprovechando esta oportunidad. De los USD 840 mil millones que actualmente fluyen hacia sectores relacionados con el medio ambiente, más del 80% empeoran la contaminación, las emisiones de gases efecto invernadero y la biodiversidad. El caso más dramático es el de Estados Unidos, que ha invertido USD 150 mil millones para rescatar a la industria de la aviación sin exigirle, a cambio, disminuciones en sus emisiones de gases de efecto invernadero. De manera adicional, el gobierno federal decidió relajar la regulación ambiental relacionada con la polución. China y Corea del Sur muestran también preocupantes medidas similares. Por otro lado, Francia accedió a rescatar a AirFrance siempre y cuando no compitiera en rutas con modos más limpios de transporte, por ejemplo, recorridos cortos que se pueden hacer en tren. Un ejemplo a seguir.
Las grandes corporaciones rescatadas deberían devolver beneficios directos a los contribuyentes y hay opciones factibles para que los gobiernos garanticen exactamente eso. Los gobiernos podrían elegir los instrumentos de rescate, como compra de acciones o préstamos directos, que aseguren que los rescates corporativos no solo brinden beneficios privados, sino busquen beneficios públicos. Es una oportunidad única para que el gobierno utilice su creciente influencia en el sector privado para empujar sus ambiciones medioambientales impulsando compensaciones de gases de efecto invernadero (offsets), mejorando el reporte de impactos de la actividad económica en la naturaleza, controlando mejor la sostenibilidad de las cadenas de suministro, entre otros. Esto es particularmente importante en el rescate a los sectores intensivos en recursos naturales con un bajo desempeño ambiental (por ejemplo, aerolíneas y petróleo y gas).
Al actuar con decisión ahora, la sociedad tiene la oportunidad de mitigar el daño a la naturaleza y reducir de manera drástica el costo de cumplir con los objetivos ambientales a largo plazo. Las grandes inyecciones de capital condicionadas a un comportamiento corporativo sostenible nos ayudarían a sobrellevar la crisis del COVID y al mismo a transformar el modelo económico actual.
*Economista de la Universidad de Los Andes y MPA de la London School of Economics. Actualmente trabaja como economista senior para la consultora británica Vivid Economics.