Por: Andrea Nieto, columnista invitada
Intenso dolor sintió Colombia y Latinoamérica cuando nos enteramos de la desgarradora noticia del suicidio de esta madre que de paso se llevó la vida de su hijito 10 añitos.
Les confieso que lloré varios días de esa semana. También sentí rabia porque en las noticias se registró un supuesto doble suicidio cuando en los videos se veía las manitos del niño aferrándose al puente y suplicándole a su mamá que le diera la mano al policía porque él no se quería morir.
¿Qué o quién falló en la vida de Jessy para que no pudiera encontrar una salida distinta a la tragedia de la que fuimos testigos?. Nunca lo sabremos, pero las investigaciones apuntan a que desesperada con deudas, acudió al mecanismo ilegal de la usura que la tenía ahogada. A Jessy los usureros la amenazaron. Atormentada y sin la posibilidad de pedir ayuda en el sistema financiero legal, sin apoyo familiar, sintió pánico y quedó encerrada en una sin salida situación que de paso se llevó por delante a su hijo.
Pero ¿dónde estaba el papá del pequeño?, ¿los abuelos?, ¿los tíos?, ¿los familiares cercanos?.
La depresión es una enfermedad que es más complejo que sentirse triste. Las personas afectadas, se sienten vacías, no les provoca hacer nada, pierden el apetito, no duermen o por el contrario, duermen demasiado, el cansancio es una constante, hay pocas esperanzas, irritabilidad, ansiedad, sentimientos constantes de culpa, dolores en el cuerpo e ideas de muerte y suicidio. ¿Las causas? Puede haber un origen biológico, genético, pero también psicológico. Puede empezar en la juventud y tiende a ser más común en las mujeres. El tratamiento es terapia emocional y en casos severos, la medicación de antidepresivos.
En el mundo, los suicidios ocupan una de las 10 primeras causas de muertes, según la Organización Mundial de la Salud, cada 30 segundos en el planeta una persona se quita la vida y la depresión, una de sus principales causas.
En Colombia para el año 2018 hasta el mes de Junio se habían presentado cerca de dos mil suicidios con una mayor incidencia en los hombres.
Ante esta realidad hay que seguir insistir en una política de salud emocional enfocada en la prevención con campañas robustas de pedagogía. Pero lo más importante es el actuar en el mundo privado de las familias, donde hay que revisar la forma como nos tratamos, apoyamos, amamos y el cuidado con que observamos los comportamientos de nuestros seres queridos. Los psicólogos clínicos han demostrado con un sinnúmero de investigaciones que es en la primera infancia donde se siembran las semillas de la buena o mala condición emocional para el resto de la vida. Los padres tenemos una alta responsabilidad en criar a los adultos del futuro y si hay problemas, hay que revisarlos con especialistas, sin sentir vergüenza por pedir ayuda.
Las redes de apoyo estatales parecen no ser suficientes. La línea 106 de la Alcaldía Mayor de Bogotá (en donde no me contestaron después de varios intentos) debe tener mayor difusión entre la ciudadanía para que conozca los servicios que ofrece en cuanto a apoyo y acompañamiento psicosocial. Y sorprende mucho que no haya una línea de apoyo a nivel nacional para casos de salud mental.
Después de varias semanas del suicidio de Jessy y de la muerte de su niño, ya pasamos como sociedad a otro tema y olvidamos estas muertes que pasan a ser parte de la estadística y solo nos despelucamos cuando vuelve a ocurrir otra tragedia. Ojalá las autoridades den con los usureros que llevaron a la desesperación a Jessy, ¿será que pasa?. Sin embargo, desde acá mi solidaridad con todas aquellas personas que están viviendo una situación difícil. Siempre hay alguien en quien apoyarse, luchen por favor, no se dejen vencer.