Españoles contra indios, campesinos contra feudales, liberales contra conservadores, guerrilleros contra paramilitares, narcotraficantes contra policías, civiles contra militares, paisas contra cachacos, ricos contra pobres, derecha contra izquierda, hombres contra mujeres, todos colombianos, uno en contra del otro. 60 años de conflicto en Colombia no han sido suficientes para vivir en un cementerio de crímenes atroces y miles de ellos continúan impunes.

En el Paro Nacional el Periódico Rutas del conflicto ha registrado 35 víctimas mortales, en su mayoría jóvenes estudiantes entre los 17 y 26 años. El abuso y brutalidad policial fueron los protagonistas de las marchas. Los vándalos hicieron lo suyo dañando las manifestaciones legítimas y pacíficas de miles de personas que alzaron su voz para exigirle al Gobierno el retiro de la Reforma Tributaria.

La masacre en Calí en el barrio Siloé, fue el inicio del odio de los manifestantes contra la policía por los abusos que se presentaron en la ciudad, y la quema de los CAI en Bogotá con fuertes agresiones contra los agentes, con tanta sevicia y crueldad para querer quemar 10 policías vivos en el CAI de la Aurora.

Fue el coctel perfecto de violencia, “todos pescando en río revuelto”, policías contra manifestantes, vándalos saqueando y dañando bienes públicos y privados. Políticos mostrando discursos mentirosos jugando con el sufrimiento de las personas, un Gobierno alejado de la realidad, congelado en un país en medio del caos social.

Los diferentes gremios del país se unieron, ahora que ya se retiró la reforma tributaria, y con ella a su autor Carrasquilla. El pliego de peticiones se amplía a las reformas de la salud, pensional y laboral con esto continúa el paro, no sabemos ¿Hasta cuándo?

Los hechos de violencia que se han desatado en el Paro Nacional son tan graves que nos recuerda el alto que se debe hacer para sepultar el odio de un lado y del otro. A todos nos duelen las víctimas que deja, no hay dinero que pueda reparar una vida. Muchos lloramos por aquellos colombianos extraños, pero hermanos de patria que cayeron en medio de las manifestaciones. El clamor es general NO MÁS VIOLENCIA. Las redes sociales tuvieron el pico más alto en publicaciones de vídeos de cada lugar donde se cometían abusos policiales o donde los policías eran también víctimas. Los manifestantes salieron a la calle de manera pacífica con arte, música y alegría que se posteriormente se convirtió en luto nacional.

Tenemos los ojos del mundo puestos en Colombia, tristemente visibilizando una violencia absurda de muertos y heridos que jamás debieron suceder. Las acciones tardías del Gobierno no pudieron evitar la tragedia, prefiriendo salvar desde el inicio de la pandemia a los bancos que a las personas. Vivimos en tiempo de desamparo social, se une la pandemia, la pobreza, el hambre y un sistema económico y político que ya no daba para más.

La desigualdad, la indiferencia, la falta de oportunidades laborales y los sueños a la deriva que los jóvenes reclaman en nuestro país, son detonantes sociales que continúan en el ambiente patrio. Lloramos amargamente, pero es hora de que se haga justicia, la mejor manera debe ser dejar el rencor, el discurso del odio, aprovechar el sentir nacional de vivir en paz, con actores que desde el Gobierno, la institucionalidad, la academia, las agremiaciones, los campesinos, los trabajadores de los diferentes sectores, busquemos una nueva generación donde hayan acciones de perdón, donde nunca olvidemos que nuestra nación es de vivos y no de muertos, aquí lo único que debe morir es el odio y la muerte. La indignación que sentimos como colombianos debe servir para tener una nueva generación que tenga la valentía de levantar la voz contra los violentos y poner fin a la horrible noche en nuestro país.

@JazminBaronC