Cuando comenzó la guerra entre Rusia y Ucrania, el primer mecanismo utilizado por Occidente para castigar a Rusia fueron las sanciones económicas, bloqueando a los bancos rusos del sistema internacional de transacciones SWIFT y congelando las reservas en dólares que tenía el banco central del país. Dos años después del inicio de la guerra, vale la pena preguntarse si Occidente (entendido principalmente como Estados Unidos y la Unión Europea) en vez de castigar a Rusia abrió la puerta para una pérdida de su papel hegemónico al impulsar la desdolarización de la economía mundial.
Al bloquear a la banca rusa del sistema financiero mundial, está tuvo que recurrir a otras monedas para la realización de transacciones internacionales y para la reserva de divisas del país. Esto es lo que significa desdolarización, cuando un país deja de usar el dólar en su comercio exterior. Con las sanciones, no sólo se afianzó el vínculo comercial entre dos de las economías más grandes del mundo – Rusia y China – sino que se posibilitó que los acuerdos comerciales entre los dos países se dejaran de transar en dólares y pasaran a otra moneda, en este caso el renminbi chino.
En este momento las transacciones entre las dos potencias mundiales más representativas del mundo no occidental no se hacen en dólares. A esto se debe sumar que los BRICS, el bloque económico compuesto por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica al que se han sumado países como Emiratos Árabes Unidos llevan en los últimos años promoviendo el uso de monedas nacionales y de otros medios alternativos de pago distintos al dólar para el uso de sus transacciones. Por ejemplo, hace poco se realizó una transacción de petróleo entre India y Emiratos Árabes Unidos, donde India pagó la compra de Petróleo en su moneda local y mediante un sistema alterno al SWIFT, en el que se usan criptomonedas.
Las sanciones hacia Rusia han presentado al bloque económico que busca contraponerse a Occidente una oportunidad para profundizar en la independencia del dólar, ¿pero podemos afirmar que estamos ante un escenario de desdolarización de la economía mundial? En el corto plazo y mediano plazo, la respuesta es no.
El Dollar Dominance Monitor del Atlantic Council hace un seguimiento del uso del dólar para transacciones internacionales, así como reserva de divisas internacionales de los bancos centrales de los países del mundo. En sus datos actualizados para el 2024, muestran que el 88% de las transacciones del comercio internacional se hacen en dólares, mientras que el 7% se hacen usando el renminbi chino, por debajo del euro, la libra esterlina y el yen japonés.
En cuanto al uso del dólar para la reserva de divisas sí ha habido una disminución considerable en los últimos 20 años, cayendo de un 72% en el 2002 a un 58% en el 2024. No obstante, de acuerdo al análisis realizado por el Fondo Monetario Internacional sobre el fenómeno, la disminución no ha sido respondida con el surgimiento de una moneda que le arrebate la hegemonía al dólar sino más bien por un aumento en las reservas internacionales de lo que el FMI ha calificado como divisas de reserva no tradicionales, donde además del renminbi chino se incluye el dólar australiano, el dólar canadiense, el won surcoreano, entre otras.
El FMI destaca el aumento que ha tenido el renminbi en las reservas internacionales en comparación con la caída del dólar en este rubro, pero señala que los indicadores muestran un estancamiento, representando el 2.15% de las reservas de divisas a nivel mundial. Al fin y al cabo el precio de los bienes que mayor impacto tienen en la economía mundial, como el petróleo, se sigue tasando en dólares, lo que hace muy difícil un abandono del dólar como moneda primaria del comercio internacional.
Aunque hay un hecho que puede empezar a cambiar la balanza un poco más rápido. En 1973, para salir de la crisis del petróleo, Arabia Saudita y Estados Unidos llegaron a un acuerdo para que todas las ventas del petróleo del país árabe se hiciesen en dólares. Este año, Arabia Saudita ha confirmado que no renovará el acuerdo, abriendo la puerta para que su petróleo se empiece a negociar en otras monedas. Siendo el segundo productor de crudo más grande del mundo, estamos ante un escenario que puede empezar a profundizar la preferencia por divisas distintas al dólar no sólo en las reservas sino también en las transacciones.
La pregunta que se debe uno hacer es cómo afecta a Colombia un escenario de desdolarización de la economía. Elijo verlo como una oportunidad, si el país empieza a adquirir reservas de divisas como el renminbi abre sus posibilidades a nuevos socios comerciales estratégicos más allá de Estados Unidos, como China, lo que favorece a sectores económicos colombianos que tendrán mayor posibilidades de comercio y cooperación. De igual manera, adquirir nuevas monedas podría prevenir al país frente a efectos adversos asociados con la alta fluctuación del dólar. Un último aspecto que se hace necesario explorar como país es el del uso de monedas digitales, uso que viene en alta y con el cual no podemos quedarnos rezagados.