La administración de Claudia López en Bogotá ha representado un enorme retroceso para los principios que el Partido Verde defiende y por los cuales ha sido acompañado por la ciudadanía. La incoherencia del actual gobierno de la capital entre lo prometido en campaña y lo ejecutado es abismal, y se aleja a todas luces de la razón de ser del partido.
En primer lugar, en Bogotá se dejó de respetar el principal principio del partido verde: la vida es sagrada. Esta administración consideró que la juventud a la que se le negaron sus derechos, la que fue asesinada y reprimida por alzar la voz, era poco más que una “horda violenta”. Por poco dicen que se merecían su suerte. Fue bajo esta administración que los jóvenes fueron encerrados en cuartos de Transmilenio para ser torturados. Nunca más una ciudad donde opere de facto la pena de muerte.
Y lo peor es que fue este gobierno, que se dice verde, el que negó que esos horribles hechos hubieran ocurrido cuando los denunciamos. Mientras el secretario de gobierno de la época -uno de tenis- negó la realidad, el gerente de Transmilenio admitió que hubo portales en los que personas “fueron conducidas al interior de las instalaciones del centro de control por parte del ESMAD” y que hubo hechos de maltrato “presuntamente ocurridos dentro del Portal Américas que son materia de investigación por parte de la Fiscalía”[1].
En segundo término, es necesario recuperar una premisa que parece haber sido olvidada por la administración actual: los recursos públicos son sagrados. No son para financiar operadores de Transmilenio que anualmente reportan ganancias multimillonarias; no son para financiar coimas de funcionarios, como habría ocurrido en la UAESP según el testimonio de un empresario corrupto que habló para la revista Cambio[2]; no son para ser despilfarrados en negocios mal estructurados como ocurrió en la ETB con el expresidente que antes que dar la cara y responder nuestras denuncias, renunció para seguir enriqueciendo multinacionales, mientras la ETB reportaba pérdidas por más de medio billón de pesos.
En tercer lugar, contrario a lo que promueve el partido verde, la actual alcaldía no muestra coherencia alguna entre medios y fines. Por eso prometió acabar Transmilenio por la séptima, para terminar cambiándole el nombre en un negocio de casi tres billones de pesos en el que sabemos quiénes pierden pero no quiénes ganan. Por eso incumplió su promesa de proteger el humedal Tibabuyes y hasta reprimió con el ESMAD a quienes le pedían cumplir la palabra pactada[3].
Finalmente, esta administración dejó a un lado uno de los principales legados de Antanas Mockus: la democracia deliberativa, que debe ser eje del diseño y la ejecución de la política pública. En su lugar, la alcaldesa abrazó el autoritarismo y le dio la espalda a los jóvenes que reclamaban diálogo; así como ignoró a la ciudadanía que exigía una Región Metropolitana que no estuviera al servicio de los constructores y los negociantes de la tierra, sino una que cuidara la vida y dignificara la producción; para expresar esos desacuerdos, cada ciudadano tenía dos minutos y medio, y a eso este gobierno, que se disfrazó de verde, le dice diálogo ciudadano. Lo mismo ocurrió en la discusión del POT y ocurre hoy con la imposición del corredor verde por la carrera séptima.
Por ello le pido a mi partido, al verde que cuida la vida y que supo llenar de esperanza a los colombianos y colombianas que se pronuncie; rechacemos el marchitamiento de nuestros principios, hoy encarnados en la alcaldía de Bogotá. Sólo así volveremos a ser una verdadera alternativa para la ciudadanía. Sólo así garantizamos que ninguna ambición personal esté por encima del colectivo y que quienes instrumentalizan al verde den un paso al costado. ¡Recuperemos el verde!
[1] Respuesta a derechos de petición con radicados 2021ER18017, 2021ER18364 y 2021ER19228.
[2] https://cambiocolombia.com/pais/piden-renuncia-de-la-directora-de-la-uaesp-por-irregularidades-en-cementerios-distritales
[3] https://www.las2orillas.co/la-ultima-incoherencia-de-claudia-lopez-meterle-cemento-al-humedal-tibabuyes/