Un verdadero tire y afloje como coloquialmente se dice, fue el que se vivió entre el Gobierno Nacional y los departamentos del país por cuenta del Proyecto que regula la organización y el funcionamiento del nuevo Sistema General de Regalías (SGR), iniciativa que debatimos en las Comisiones Quintas del Congreso de la República.
Este es un proyecto de suma importancia, especialmente para las regiones colombianas que verán reflejadas inversiones significativas en los entes territoriales por cuenta de grandes recursos que canalizarán a través de las regalías. El proyecto de ley radicado por el Gobierno, entre otras cosas, duplica la asignación para los territorios productores, pasando de un 11% a un 25%.
Sin embargo, hay muchas preocupaciones de por medio, entre ellas las que señalan que la autonomía regional podría verse afectada, situación que tras una serie de propuestas logró una concertación entre las partes.
Pero la iniciativa también trae enormes bondades como la protección a los municipios de quinta y sexta categoría que son la inmensa mayoría, para que sigan teniendo recursos directos de regalías. De igual forma, se concertó una nueva fórmula para la distribución de los recursos asignados para la inversión local, es decir el 15% del SGR, que beneficiará no sólo a 309 municipios, sino a más de mil. Es decir, el proyecto aumenta la asignación para los municipios más pobres del país dando continuidad a la regionalización como criterio de acceso a los recursos del SGR, como bien lo afirman desde el nivel central. Esto se dio gracias al debate en las Comisiones Quintas y a nuestros aportes en el enriquecimiento de la iniciativa.
El acuerdo entre gobierno nacional y departamentos, también estableció que el 2021 será un año de transición y que para 2022 los departamentos tendrán que garantizar el 40% en proyectos que impacten verdaderamente sus territorios. Asimismo, las regiones mantendrán su poder de decisión en los grandes proyectos de inversión. Así las cosas, la asignación para la inversión regional, que actualmente está en 34%, será ahora distribuida a las regiones para la ejecución de proyectos de gran impacto. Lo que, sin duda, se reflejará en desarrollo y progreso para los municipios colombianos.
Ahora, los componentes de población, necesidades básicas insatisfechas (NBI) y desempleo, tendrán una nueva fórmula que les permitirá a las regiones avanzar en minimizar esos factores, en ese orden tendrán el 40% población, 50% NBI y 10% desempleo para tal propósito, lo que sin duda favorecerá a los departamentos más pobres del país.
Esperamos que haya continuidad de las Secretarías Técnicas de los OCAD Regionales, así como se conservó el Órgano Colegiado de Administración y Decisión de Ciencia, Tecnología e Innovación como eje articulador para decidir y aprobar los proyectos financiados con la Asignación para la Ciencia, Tecnología e Innovación.
Las regalías y sus millonarios recursos deben ser uno de los grandes motores de la reactivación económica del país, deben convertirse en un apalancamiento efectivo de las regiones para superar la actual contingencia en el corto y mediano plazo. Colombia pasa actualmente por una profunda crisis en materia productiva y de empleabilidad, requerimos entonces que desde las regiones se articulen esfuerzos de ejecución de buenos proyectos que permitan generar fuentes de trabajo y vincular mano de obra calificada y no calificada para solventar en algo la actual coyuntura y para minimizar la curva de desempleo que tiene hoy a muchas familias colombianas en serias dificultades económicas.
Desde la Comisión Quinta, tan pronto recibimos por parte del Gobierno Nacional mensaje de urgencia para el tramite de esta iniciativa, hemos dado todas las garantías para que el debate se desarrolle de la manera más armónica y enriquecedora por el bien del país, esperamos que antes del 30 de agosto, el Congreso de la República dé luz verde y se apruebe, por supuesto, con los aportes de cada sector involucrado, para que al final salga una proyecto integral, útil a las regiones y que sea garantía para el desarrollo nacional.
Se requiere también que en las regiones se activen las veedurías ciudadanas como órganos de vigilancia efectivos, que sean garantes también de la ejecución de los proyectos, que emitan alertas tempranas cuando vean que algo irregular sucede con los recursos públicos para que así los organismo de control se activen y actúen de forma rápida y oportuna, no se puede dar el lujo Colombia de seguir presenciando monumentales obras que al final se perpetúan como elefantes blancos y verdaderos monumentos a la corrupción, eso lo tenemos que cambiar entre todos, pero necesitamos de veedurías fuertes y por supuesto de gobernantes transparentes cuyo único interés sea el bien general, el colectivo, el de la comunidad y no el bien particular e individual que tanto daño le hace al erario y a la imagen del país.