En días pasados la derecha se dió garra con los selfis que se tomaron y circularon por sus redes altos funcionarios y funcionarias en El Plateado. Ocurrió en la visita de una numerosa delegación del Gobierno Nacional a este corregimiento del Municipio de Argelia (Cauca) en medio de la Operación Perseo ordenada por el Presidente Petro y desplegada por las Fuerzas Militares en cabeza del Ministro de Defensa Iván Velázquez y el alto mando militar. Las imágenes de Ministros, viceministros y directores de entidades estatales con cascos y uniformes impecables en medio de soldados y oficiales que exhibían el rigor de las acciones militares, fue un innecesario papayaso para los detractarores del gobierno. La puesta en escena parecía mas un safari que una estrategia integral de anclaje del Estado en este especialmente complejo territorio.
La operación militar y la acción integral del Estado que esta visita promete, tiene un especial significado para la estrategia de seguridad del actual gobierno. El Plateado, es una población situada en el núcleo del Cañón del río San Juan del Micay en la cordillera occidental. Es un corredor obligado de oriente a occidente entre Popayán-El Tambo con Belén de Guapí por donde está proyectada la vía al mar; y de sur a norte conectando a Argelia con Lopez de Micay. Este corregimiento se consolidó desde la década de los ochenta como un enclave de la economía cocalera y de otras actividades ilícitas asociadas a ella, como un corredor de circulación de la coca proveniente de Nariño y Cauca hasta las costas del Pacífico y como un sitio de control militar de estructuras armadas ilegales con una hegemonía hasta el 2016 de las FARC y ahora de las disidencias comandadas por “Ivan Mordiscos” y la “Segunda Marquetalia. Desde el Cañon del Micay, hoy “Mordisco” pretende desafiar al Estado, luego de la ruptura de las negociaciones con el sector de la banda disidente que Él comanda.
La presencia territorial del Estado en El Plateado ha sido tan accidentada como la geografía en la que se encuentra situada. Su desarrollo como un centro poblado de 8.000 habitantes que llega a los 12 mil los fines de semana, pero que tiene un área de influencia de 30 mil, ha ocurrido al ritmo de la coca. Además de su condición de corredor, la productividad de la coca puede ser tres veces superior a otras regiones, facilitada por la disponibilidad de servicios comerciales y mano de obra disponible. La presencia de la fuerza publica ha sido espasmódica y las expectativas del Acuerdo de Paz dejaron proyectos inconclusos y promesas incumplidas en un corto periodo entre el 2015 y el 2017, entre ellas el fracaso del Programa de Sustitución de Cultivos Ilícitos PNIS. Luego, en el gobierno que se propuso “hacer trizas La Paz”, se incrementó la economía ilegal y las disidencias se hicieron fuertes en la región. Hoy El Plateado exhibe una infraestructura publica precaria: un hospital en ciernes, una limitada oferta educativa alrededor del I.E.T Miguel Zapata, uno de los colegios mas grandes del departamento; un problema crítico de acueducto y alcantarillado, y un deplorable estado de las vías de acceso y la malla vial del corregimiento.
A excepción del Ministro de Defensa, algunos funcionarios y funcionarias que han asumido la vocería de esta operación no pasan de los lugares comunes y las explicaciones pandas. Más allá de esos discursos vacíos, el Gobierno Petro tiene entre manos una extraordinaria oportunidad para probar una estrategia novedosa en la intervención integral de territorios excluidos y conflictivos como El Plateado. La Fuerza Publica puede desplegar una acción militar que doblegue y reduzca a su mínima expresión estructuras armadas carentes de motivaciones políticas y ocupadas en la captura de rentas. Allí, el trabajo de inteligencia y contrainteligencia debe acompañar la presencia y acción de la tropa, rompiendo los canales de relación con estructuras y mercados ilegales de cobertura nacional e internacional. Como es una operación integral contra bandas armadas dedicadas a las economías ilegales, la estrategia económica de copamiento del territorio es fundamental, y será una prueba de fuego de la nueva política de sustitución de economías ilegales del Gobierno que sustituyó al PNIS. Y el paquete de inversiones que suman 40 mil millones de pesos, requieren acción demostrativa, sostenida en el tiempo y eficaz para romper el imaginario de las promesas incumplidas por parte del Estado.
La estrategia de El Plateado debe fundamentarse en una permanente, fluida, constructiva y transparente relación con las comunidades y ciudadanías. También debe poner a prueba una relación estable de concurrencia de los niveles locales, municipales, departamentales y nacionales de Gobierno. Y debe convocarse a la comunidad internacional para convertir este corregimiento en un referente de paz y seguridad territorial. Si hacemos todo ello, las selfis de estos días no parecerán las de un safari.