La semana pasada el operador de Mercado XM, advirtió en su último análisis de riesgo financiero sobre el mercado energético, las dificultades financieras de 17 comercializadores de energía que abastecen a cerca del 40% del mercado nacional, donde se ha venido acumulando una deuda de financiamiento por pandemia, que supera los 5 billones de pesos por cuenta de la opción tarifaria.
De igual manera, el mismo operador del sistema interconectado eléctrico nacional, informó a través de un boletín que el precio de la energía en Bolsa, superó este el llamado de escasez, teniendo un sistema interconectado en máximo nivel de estrés y 25 empresas comercializadoras con mayor riesgo de exposición.
Sumado a esto, el atraso en los proyectos de transmisión nacional y regional ha conllevando al agotamiento de la red. Retrasos como la Colectora en la Guajira, obras de expansión planeadas desde hace más de una década como el norte de la Sabana de Bogotá, que no se ha podido licenciar, y otras, que hasta ahora están finalizando el proceso de licenciamiento ambiental y consultas con las comunidades.
Otro importante impacto, lo vemos en el alza del precio de la energía debido al fenómeno del niño, falta de planificación en el suministro del gas y deficiencias en la competencia técnica desde la CREG.
Esto ha ocasionado, que cualquier contingencia que se presente, podría abocarnos un colapso del sistema y un racionamiento.
Para hacernos una idea, desde el punto de vista energético, a corto y mediano plazo el sistema esta preparado, lo que sucede es que, para poder llevar la energía desde esas plantas de generación a los lugares donde se consume, se esta agotando la red que actualmente tenemos construida.
Después de que XM meses atrás, se vio precisada en alimentar el suministro de energía en la región Caribe y que hace varios meses están en racionamiento, la región Centro y Oriental como Boyacá, Cundinamarca y Meta, también podría verse afectada ante una demanda creciente y considerable, en Bogotá se vienen ejecutando proyectos muy importantes como el metro de Bogotá y de infraestructura vial, así como el meta y el piedemonte llanero en su demanda principalmente el sector hidrocarburos.
Para aliviar la crisis, se contempla la entrega de créditos y subsidios al riesgo financiero presentado, búsqueda de soluciones como baterías, que a mediano y largo plazo que podrían llegar a instalarse en promedio de entre 1 y 2 años, pero que, se debería tener en cuenta la finalización de las obras, que, de no hacerlo, seguirán los problemas de distribución desde las plantas de generación.
Indudablemente es un tema independiente del Gobierno Petro que viene de años atrás, pero el país debe pensar en su autonomía y sobre todo, por ejemplo, los costos que conllevan la importación de energéticos como el gas, y una transición energética planeada con los cuidados de seguridad energética, tecnología, de manera segura y confiable en un país con recursos naturales suficientes.
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