Por estos días la atención sobre asuntos financieros de Bogotá se centra en el proyecto de acuerdo 622 de 2024 relativo a cupo de endeudamiento. Esta iniciativa, de la que resulté elegido ponente mediante sorteo, fue presentada por la administración distrital y, palabras más, palabras menos, lo que busca es que se autorice a la ciudad para endeudarse y así financiar proyectos de inversión contemplados en el Plan Distrital de Desarrollo.
Mediante esta fuente legítima de financiamiento, por un lado, se piden 9,59 billones de pesos para temas relacionados con movilidad, hábitat, seguridad, educación, cultura y salud. Por otro lado, se solicitan 3,5 billones de pesos para la empresa TransMilenio, específicamente para la construcción de la troncal de la Calle 13 que ya tiene adjudicados los dos primeros tramos de los siete que se contemplan.
Ahora bien, tras revisar detalladamente el proyecto, escuchar a la administración distrital y sostener reuniones con los secretarios y directores de cada sector para ahondar en las soluciones que se le están planteando a la ciudad ante tantas necesidades, surgen varios cuestionamientos.
El primero de ellos está relacionado con la capacidad de ejecución que tiene actualmente el Instituto de Desarrollo Urbano, IDU, ya que de los 13.1 billones de pesos solicitados, 8.7 billones los manejará esa entidad. Esto representa el 66.4 por ciento del monto.
Dicho lo anterior, me permito explicarlo. El IDU, que depende del sector movilidad, está solicitando 4.1 billones de pesos para diferentes obras; entre ellas: conservación de la malla vial, cicloinfraestructura, espacio público, la vía Suba Cota, la avenida Jorge Gaitán Cortés, la avenida Las Villas, entre otros proyectos.
Por otra parte, TransMilenio, dentro del paquete o cupo de los 9,59 billones, está pidiendo 1 billón para obras de infraestructura como la Av. 68, la conexión troncal Av. 68 con carrera Séptima, gestión predial y traslado de redes de la Séptima, troncal Av. Ciudad de Cali y Troncal Calle 13 (lotes 3 al 6 etapa de mantenimiento). Sin embargo, estas obras, vía contrato interadministrativo le correspondería hacerlas al IDU por competencia.
Además, todavía no está claro, y así lo han expresado las propias cabezas de las entidades, si 112 mil millones de pesos que también se solicitaron para el sector Movilidad serán ejecutados por el IDU o por la Unidad de Mantenimiento Vial.
Y los 3.5 billones solicitados por TransMilenio (que por primera vez se está endeudando por cupo), también los ejecutará el IDU. Estos recursos serán para las obras de la Troncal Calle 13 que va desde Las Américas hasta los límites con el río Bogotá.
En este sentido es claro que no es la inversión en seguridad el principal factor por el cual se endeudará el Distrito, pese a que es su bandera. La gran mayoría de recursos estarán destinados a proyectos de infraestructura que la ciudad necesita. Pero, ¿Puede con todo el IDU? ¿Cuántos frentes de obra activos tendrá la ciudad en los próximos años? ¿Cuál será el plan de movilidad en una Bogotá con obras y más obras? ¿La administración de Galán insistirá en reestructurar esa entidad como se quiso en el Plan de Desarrollo, pese a todas estas responsabilidades a cargo?
Considero que es importante revisar con lupa no solo las nuevas obras que se contemplan y que quedaron en el PDD Bogotá Camina Segura, sin dejar de centrarnos en las que están en curso y que de hecho presentan retrasos.
De hecho, me causa especial preocupación a la conexión troncal de la Av. 68 con carrera Séptima. ¿Del bolsillo de los ciudadanos se va a costear la obra que tenía que hacer un privado? Pues en el cupo se están solicitando $247,194,886,196 para realizarla. Sin embargo, esa construcción debía hacerla Aldea Proyectos y así se estipulaba en el Plan Parcial El Pedregal, que todos sabemos que está en veremos desde hace años, incluso la empresa entraría en proceso de reorganización.
Esto lo que quiere decir es que vamos a endeudar a la ciudad para hacer la obra, sin que haya una garantía de que ese dinero se recupere posteriormente.
Ahora bien, de no hacerse, estaría en riesgo la conexión operacional de TransMilenio en ese punto de la ciudad.
Esperemos que dentro de las exposiciones que actualmente hace el Distrito ante la Comisión de Hacienda del Concejo de Bogotá se sigan despejando estas y más dudas, en aras de que los ponentes podamos contar con la información suficiente para presentar a la ciudad y adoptar la mejor decisión en beneficio de todos.