Se incumplen los ODS

Amylkar D. Acosta Medina1

En el año 2015, hace exactamente 8 años, la Asamblea General de la ONU adoptó la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y sus Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS), como solución de continuidad de los Objetivos de Desarrollo del del Milenio, también conocidos como Objetivos del Milenio, acordados en el año 2000. Es de destacar que los ODS fueron acogidos inicialmente por parte de la Cumbre Río + 20 que tuvo lugar en el año 2012 a iniciativa del Gobierno de Colombia. El propósito fundamental es mejorar la calidad de vida de los más de 7.000 millones de habitantes del planeta, sobre todo la de los más vulnerables.

El 7º de los objetivos tiene que ver con el acceso a la energía y que esta provenga de fuentes no convencionales de energías renovables (FNCER). Ello tiene que ver con la pobreza energética, que depende tanto de la oferta, de su disponibilidad como del ingreso y de la capacidad adquisitiva de la población. En ello converge con el Acuerdo de París, que se suscribió ese mismo año y que propende por la descarbonización de la economía, con miras a contrarrestar el Cambio climático y sus devastadores efectos. Así como Colombia adquirió el compromiso de cumplir

con los ODS, también lo hizo con el Acuerdo de París, de reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en un 51% hacia el año 2030, la meta volante para alcanzar la carbono – neutralidad en 2050.

En efecto, la Transición energética, que es una tendencia mundial busca migrar desde la generación y el uso de las energías de origen fósil hacia las energías limpias, con el objeto de reducir las emisiones de GEI y su concentración en la atmósfera, causante del aumento de la temperatura global, superando ya en 1.2 grados centígrados la que marcaban los termómetros en la era preindustrial.

Pues bien, la Agenda 2030 desplegó 17 objetivos de desarrollo sostenible y fijó 169 metas a alcanzar. El Secretario General de la ONU, en duro pronunciamiento sentenció que “a menos que actuemos ahora, la Agenda 2030 podría convertirse en el epitafio del mundo que pudo haber sido…a mitad de camino, esta promesa está en peligro…más de la mitad del mundo está rezagado. Los Objetivos del Desarrollo Sostenible desaparecen por el retrovisor, al igual que las esperanzas y los derechos de las generaciones actuales y futuras”.

Y no es para menos, dado que transcurridos 8 años más de 40 de las 160 6s a alcanzar no sólo no muestran avances sino que incluso se ha retrocedido con respecto a algunas de ellas. El resto de ellas acusa atrasos considerables, al punto que si el cumplimiento de las mismas sigue al ritmo actual, se prevé que para el 2030 575 millones de personas continuarán atrapadas en la pobreza extrema (US

$15/ día de ingreso), lo cual aunque significaría una reducción de la misma del 30% con respecto al 2015 estaría muy lejos de su erradicación, muy lejos del primer objetivo que es poner fin a la pobreza en el mundo. Sólo 15%, aproximadamente, de las 160 metas específicas se alcanzarían a cumplir al final de la década.

Y qué decir con respecto al 2º de los objetivos, Hambre cero. Según Antonio Guterres, “el mundo volvió a niveles de hambre desconocidos desde 2005”, atribuible en gran medida a dificultades de acceso a los alimentos, debido a que los precios de los mismos superan en muchos países los niveles del período 2015 – 2019. En efecto, el número de personas que sufría inseguridad alimentaria moderada o grave en 2021 se aproximó a las 2.300 millones, una de cada tres de ellas; entre tanto la desnutrición infantil sigue siendo un flagelo que azota a un gran conglomerado de la población a nivel mundial. A ello contribuyó mucho la crisis pandémica, que afecto el empleo y el ingreso, sobre todo en los países en desarrollo y de ingreso medio como Colombia.

Es más, en 2021 el número de personas que pasaban hambre estaba cerca de 800 millones, sobrepasando los niveles prepandémicos. En 2022 se estimaba que 45 millones de niños menores de cinco años sufría desnutrición grave y 148 millones

habían visto afectado su crecimiento, mientras que 37 millones de niños tenían sobrepeso. Esto es alarmante!

Colombia, particularmente, está muy retrasada en el cumplimiento de los ODS. Según el Informe de evaluación del DNP, transcurridos 8 años, al corte de abril de 2023, el avance global de la implementación de la Agenda 2030 era del 60.2%, siendo Hambre cero con el 23.9%, energía asequible y no contaminante con el 38.9% y el fin de la pobreza con el 43.2%, los objetivos más rezagados. La apuesta del actual Gobierno con su Plan Nacional de Desarrollo (2022 – 2026) es la consecución integral de los ODS.

Ante el peligro inminente del incumplimiento de la Agenda 2030 Antonio Guterres han planteado un “Plan rescate” de los ODS que pasa por la renovación del compromiso adquirido por los países signatario de los mismos, para lo cual se requiere la implementación de un plan de choque, con una inversión adicional a la ya comprometida de US 500.000 millones, para redoblar los esfuerzos y tratar de recuperar el tiempo perdido. De lo contrario, como lo afirma él “la falta de progresos supone que la desigualdad seguirá agravándose, aumentando el riesgo de un mundo fragmentado, con dos velocidades”.

En una conferencia de prensa para presentar el más reciente y sombrío reporte de las Naciones Unidas sobre el grado de cumplimiento de los ODS, el Subsecretario general de la ONU Li Junhua manifestó su deseo de que los líderes políticos del mundo tracen “una nueva hoja de ruta” en la Cumbre prevista para los días 19 y 20 de septiembre en Nueva York, con el fin de darle mayor celeridad y agilidad a las acciones tendientes a dar cumplimiento a sus metas. Sólo quedan siete años para agotar el plazo, acotó y “los esfuerzos por cumplir los objetivos están en graves problemas” y finalizó diciendo que “es hora de dar la alarma”. Para luego es tarde, como dijo bellamente el gran escritor Jorge Zalamea Borda en su poema Viento del Este, No hay tiempo qué perder, hay vidas por ganar!

Bogotá, diciembre 6 de 2023

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