El pasado jueves 22 de agosto nos reunimos en el centro de memoria paz y reconciliación de Bogotá 36 organizaciones, y más de 600 activistas defensores y defensoras de los derechos humanos que le apuestan al mandato por La Paz.
Un trabajo que se ha hecho tejido en Red con las comunidades y con cientas instituciones cumple ya 37 años. Lo que empezó siendo una semana ahora desborda el mes de septiembre con cientos de actividades a lo largo de todo el territorio. Resulta muy interesante ver cómo el enfoque diferencial se toma la semana por la paz y dentro de las actividades las diferentes poblaciones impulsan su presencia.
Desde el canto inocente del coro de los hijas e hijos de La Paz, obras de teatro, rituales de armonización, conferencias, cine foros, canelazos y ollas comunitarias son las actividades que construyen la agenda de esta semana por La Paz. Una semana que inició con el firme propósito de promover y visibilizar los esfuerzos por firmar La Paz y la dejación de las armas, así como desmotivar la participación en el conflicto armado.
La Paz simbolizada en una palomita se ha trasformado en miles de voces que juntas continúan trabajando por la promoción y cumplimiento de los derechos humanos en nuestro país. Las y los firmantes de paz, comprometidos con este proceso expondrán sus proyectos productivos en una gran feria en la plaza de Bolivar alrededor de un concierto el 20 y 21 de septiembre con grandes artistas de todo el país, y un gran arropamiento al palacio de justicia.
Una mujer negra mayora menudita es la promotora de este acto, ella se llama Virgelina Chara, que con toda la fuerza de su voz canta y cose la memoria de las y los que no pueden quedar en el olvido. No podemos olvidar que pasó en el Palacio de Justicia, no puede quedar en el olvido que este país ha crecido y avanzado hacia un cambio y ha costado muchas vidas.
La guerra tiene sus estrategias, pero La Paz es el camino. Dar a conocer estas historias permite que no solo su lucha no sea en vano, sino que se recuerde y mantenga viva la historia de lo que sucedió, porque realmente se vivió el dolor en los campos, en esa Colombia profunda donde solo llega el camión de la cerveza, porque le ha tomado casi doscientos años al estado llegar, y es que hasta ahora está llegando.
Son grandes los retos de la agenda de la paz y el compromiso debe ser de todos, todas y todes, el enlazamiento debe ser fuerte y duradero y este tipo de proyectos no solo nos motiva, sino que nos lleva a hacer parte de esta memoria. Resulta desafiante y feliz poder incidir para que esta semana sea un proceso educativo formativo y cultural que motive un hecho político, la paz, y aunque la programación ya está pactada yo te hago una invitación, reúne tu gente tu cuadra tu barrio y motívate a hablar de esa paz para que sea contigo.
Que suenen los acordes que se iluminen los escenarios que nos vistamos de muchos colores porque esta paz es entre distintos, esta paz es entre contrarios, que vamos trasformando la palabra y respetando el sentir del uno y del otro para poder hacer llegar a cada colombiano a cada colombiana la necesidad de estar presente y en armonía para cumplir la palabra, dejar la guerra, no olvidar y sobre todo no repetir.
La no repetición es el compromiso que tenemos, es el que nos garantiza de manera positiva la creación de un estado nuevo, estamos viviendo una transición estamos aprendiendo ya se tiene el gobierno, ahora falta el poder, ¿para que? para que en nuestro país la injusticia cese y se cumplan los acuerdos.
¿Y tú qué compromiso tienes para la semana por La Paz?