Nos sorprendió gratamente la sala plena del Consejo de Estado al elegir una terna de lujo de donde saldrá el magistrado que reemplazará al togado Alberto Rojas Ríos, en la Corte Constitucional, quien cumple su período en febrero próximo.

Después de mucho análisis, el Consejo de Estado consensuo en tres brillantes hojas de vidas de ilustres colombianos que gozan de todas las capacidades, el reconocimiento y trayectoria jurídica para llegar a la máxima instancia de la rama. Es una terna liberal y progresista que estará a la altura de las grandes decisiones al interior de la Corte.

Entre los ternados se encuentran Natalia Ángel, Luis Manuel Lasso y Héctor Riveros, y será el Senado de la República quien elija al nuevo magistrado que hará parte de la Corte Constitucional por los próximos ocho años a partir del 2022.

Sin lugar a dudas, la decisión del Alto Tribunal, es una buena noticia, porque trasmite entusiasmo, es prenda de garantía y le envía un claro mensaje al gobierno nacional que a toda costa quería imponer un candidato de sus afectos para tener el control de la Corte.

Los ternados son personas con el suficiente mérito académico y profesional para estar ahí, además producen tranquilidad, son garantía de seriedad, compromiso, entrega, profundo conocimiento, y sobre todo independencia. Los tres, son prenda de garantía para la defensa del Estado Social de derecho, el equilibrio de poderes y la sana democracia. Así que fue una decisión loable la del Consejo de Estado.

Entendiendo que ha sido una acertada terna, también debemos tener claro que en cualquiera de las circunstancias en las cuales se configura el devenir político del país, pudiera generarse una intervención del ejecutivo dentro de las decisiones del Senado para elegir al nuevo magistrado o magistrada. Pudiera darse que, el gobierno en busca de su conformismo y en el afán de seguir controlando los altos mecanismos de participación y control democrático del Estado pueda generar en el Congreso una de las tantas “jugaditas” que le ha permitido mantener el control de todas las ramas del poder público.

En ese mismo orden de ideas, a pesar de ser una buena noticia y una decisión que nos alegra a quienes participamos de la democracia, también debemos entender que en cualquier momento esa elección es frágil y pudiera perderse sí en el Senado para la elección de la misma no se establece el quorum necesario y tuvieran de nuevo que ternarse otros nombres para ocupar esa dignidad.

También hay que tener en claro que, la Corte Constitucional en lo que resta de este año y para 2022 tendrá que definir claramente cuales son los lineamientos de la Jurisdicción Especial de Paz en cuanto a lo que tiene que ver con el reconocimiento de las víctimas dentro de estos procesos de reparación integral, pero también es cierto el papel que tiene que jugar la Corte a la hora de reconocer la personería jurídica de partidos nuevos que están en el ambiente político, como es el Movimiento de Salvación Nacional que ha resurgido y reconocer también al Nuevo Liberalismo y fuera de eso tener que resolver de fondo los entuertos que día tras día se presentan en el camino de la candidatura de Gustavo Petro y la decisión que se pretende demostrar de sus adversarios entre la Colombia Humana y el Pacto Histórico.

Son tres elementos que, atraviesan definitivamente el panorama político para el 2022 y que necesariamente redundan en el fortalecimiento o en el debilitamiento de las instituciones democráticas en el país, por lo tanto, la Corte Constitucional tiene grandes retos, que son definir los lineamientos sobre la base del reconocimiento de los partidos y de las víctimas en el país.

De todas formas, insisto que, es una terna de lujo, todos brillantes profesionales, bien formados en la ciencia jurídica y con ética profesional que es lo que necesita la justicia en Colombia.

Con esta terna ganamos todos, está a salvo el Estado Social de Derecho y los derechos fundamentales de los colombianos. Éxitos a los tres.