¡Si tocan a una respondemos todas!

 Hace 67 años, Un primero de diciembre de 1957, las mujeres colombianas pudieron ejercer ese derecho por primera vez, al participar en el plebiscito que convocó al Frente Nacional.

El tan esperado día para ejercer el derecho al voto fue animado por la famosa orientación del sagrado corazón de la iglesia del voto nacional.

Los políticos liberales y conservadores aprovechándose de la fe y el pensamiento místico de nuestro país le dijeron al pueblo que podrían elegirse por medio de la alternancia del llamado frente nacional. Todo esto bajo las órdenes de un óleo en marcado en laminillas de oro de la iglesia del voto nacional. Pero como este es el país de Aureliano Buendia todo es posible, y pudo el sagrado corazón hacer lo que las mujeres sufragistas desde los años treinta iban luchando.

Detrás de esas conquistas del Sagrado Corazón también estuvo la lucha de cientos de mujeres que, a través de marchas, proyectos legislativos, presión en el Congreso y en las calles, lograron dos hechos significativos: que las mujeres fueran consideradas ciudadanas –antes solo los varones eran tenidos como tales– y, con ello, que pudiera votar.

Los nombres de Esmeralda Arboleda, Josefina Valencia de Hubach, Bertha Hernández de Ospina, Ofelia Uribe, María Currea, Lucila Rubio, Rosita Turizo, Mercedes Abadía y María Teresa Arizabaleta, entre otras, lideraron esta lucha que cambió la historia. Esmeralda Arboleda, una de las primeras abogadas del país, quien debió soportar ataques, descalificaciones y difíciles situaciones personales, pero que persistió en su demanda por los derechos, siendo además la primera mujer Senadora de la República en la historia de Colombia (de 1958 a 1961). Miembro del Partido Liberal. Lideró el movimiento sufragista en Colombia junto a su compañera Josefina Valencia Muñoz. Fue ministra de comunicaciones y volvío al senado luego fue embajadora de Austria y embajadora Alterna de la ONU, en el Gobierno de Lleras Restrepo.

La obra de Esmeralda Arboleda se encuentra en Bogotá, gracias a la ciencia de archivo y documentación de la Biblioteca Luis Ángel Arango tras la donación realizada por su hijo Sergio Uribe. Desde el año 2019 aproximadamente 2000 documentos seguían pendientes de catalogación, de los 4.800 documentos que se compone el archivo, se incluyen fotografías, proyectos de ley, correspondencia y prensa, tanto de su vida personal como pública, están pendientes de recibir el trato que amerita, documentos científicos que narran la historia de lucha de las mujeres, la memoria del proceso del sufragio femenino en Colombia.

Allí está consignada la narrativa y vida del activismo sufragista por la defensa de los derechos de las mujeres, estos manuscritos y documentos de trabajo entre ellos El Seminario sobre la condición de la mujer en el derecho de familia (1963), Asamblea de la Comisión Interamericana de Mujeres (1948), Año Internacional de la mujer (1975) y la Convención de mujeres parlamentarias de Colombia (1958) deben ser tratado con alto procedimiento de conservación y deben ser expuestos al público con orgullo y dignidad, para mostrarle al país lo absurdo que es el patriarcado que solo hace 67 años sumo y acepto el derecho al voto de la mujer en nuestro país.

Se avecinan las discusiones del 2026 y ya se vislumbran las candidaturas femeninas, mas no todas feministas, y ojo por que para decirse feminista hay que serlo y no basta el marketing y las redes, hay que serlo. Algunas de ellas son Claudia López, María José Pizarro, Carolina Corcho, Vicky Dávila, María Fernanda Cabal y Paloma Valencia. López es la primera mujer alcaldesa electa por Bogotá. Las otras senadoras y con liderazgo fuerte en sus colectividades y la periodista del momento. Que las mujeres están preparadas para gobernar si, ¿que cómo van a gobernar? Seguramente con una lente distinta por sus orillas políticas, lo cierto es que todo esto se da gracias a Esmeralda y su apuesta liberal por los derechos de las mujeres.

En estos 16 días de activismo del 25N rindo un homenaje a todas aquellas mujeres que hacen política y que como yo han padecido la violencia política, nadie dijo que era fácil, pudimos habernos quedado en la zona de confort, pero decidimos la lucha, la lucha por nuestros derechos los cuales al ser ejercidos bloquean la violencia ejercida en nuestra contra.

¡Si tocan a una respondemos todas!

Marcela Clavijo