Hay algo que es clave entender y es que el dólar o cualquier divisa se comportan en el mercado como cualquier producto. A mayor cantidad en el mercado baja el precio y a menor cantidad sube, como cuando hay cosecha de aguacate y en las calles hay más carretilleros vendiendo el producto, se genera competencia de precios y naturalmente hay variación en sus valores.
Colombia enfrenta hoy varios problemas fruto de su misma estructura económica, y hoy se evidencia que con la coyuntura internacional el problema se vuelve aún más serio. El país tiene una balanza comercial deficitaria, es decir, importamos más de lo que exportamos, y eso se traduce en que para el pago de importaciones, empresarios necesiten ir al mercado nacional de divisas a comprar dólares para el pago de sus proveedores internacionales, acción cotidiana que hace escasear el dólar y por ende el incremento de su valor con respecto al peso colombiano, ese ha sido el comportamiento en los últimos años.
A esto se suma que, producto de la recesión que causó la pandemia, y luego la posterior reactivación económica mundial, un sinnúmero de productos aumentaron de precio por la cantidad de la demanda del mundo: el transporte de carga, los automóviles, pero también el acero, el cemento, el cobre y los productos agrícolas han ido al alza de manera alarmante.
Estados Unidos tiene como propósito enfriar o desacelerar su economía en función de contener la inflación, por esta razón como política monetaria ha incrementado la tasa de interés de referencia de la Reserva Federal en un rango del 3% al 3,25% anual, esta cifra representa la más alta desde la crisis financiera mundial de 2008. Esta acción del Banco Federal conlleva a que los bancos comerciales incrementen sus tasas, y con esto, inversiones de todo el mundo lleguen a Estados Unidos por los rendimientos que ofrecen los productos en dólares, lo que supone a que las fugas de capitales de países no dolarizados se vayan a Estados Unidos. Por supuesto la guerra entre Rusia, Ucrania y aliados, ha hecho también que capitales de la región se refugien en Estados Unidos.
La inflación de Colombia acumulada para este año se sitúa en 11,4 % según los datos presentados por el DANE y el Banco de la República a septiembre de 2022. Según la encuesta de opinión financiera, Fedesarrollo – BVC, se estima que finalizaría el año 2022 con una tasa de 11,88 puntos porcentuales, en consecuencia, implicaría que el mismo Banco de la República siga pensando en incrementar aún más las tasas de referencia y con ello ralentizar la economía para combatir el alza del costo de vida.
La incertidumbre para el país continuará en la medida que la Reserva Federal mantenga su política monetaria, además, si la guerra de Rusia y Ucrania se mantiene o eleve su nivel de tensión, y si la industria mundial de los productos con mayor demanda no crezca. Cabe también la posibilidad que el dólar con respecto al peso colombiano se aprecie o revalúe más de lo que conocemos hoy. Por esto, los mensajes del gobierno nacional y de los jefes de cartera tan importantes como el del sector minero energético deben estar en concordancia con la realidad de los actuales mercados hoy estresados y con enfocar esfuerzos en impulsar la inversión extranjera que traiga la tan apreciada divisa al país.