Una opinión falsa positiva

Como si fueran pocas las burlas que deben recordar y todavía hacen los partidarios del cambio de “un articulito” para promover el mayor tiempo en el poder extendiendo los períodos presidenciales por los años que a un exsenador y a la vez expresidiario le pareciera que le da la gana de poner la fecha, hoy los de su mismo grupo político quieren perpetuarse por otros medios con la prolongación de períodos presidenciales, siempre con el mismo argumento de cambiar un articulito, inflando y contando mentiras de supuestas necesidades gubernamentales y electorales.

Usurpando una mentirosa opinión favorable conseguida a través de falsos positivos que se traduce en la ejecución y matanza de personas inocentes, humildes y cogedoras de café, algunos de ellos con problemas de salud y deficiencias físicas, quiso el gobierno del “articulito” decirle al país, que lo mejor para Colombia era reelegirse por siempre, alterando la Constitución, pagando votos para presentar una supuesta mayoría y sin importar la alteración del equilibrio de poderes, pues al fín y al cabo resolver una demanda es mucho más demorado que el tiempo siguiente para el cual se reelegía; entonces manos a la obra, que cuando llegue el fallo en contra el gobierno ya el presidente ha entregado el cargo que la Constitución impone.

A diestra ese gobierno hizo cambiar en el Congreso normas fundamentales, cuyo resultado fue a siniestra.

Algunos años después de ese poder untado de sangre inocente y mentiras al viento, la Corte Constitucional debió poner la lupa en otra reforma que buscaba incrementar la misma necesidad de una mentira que ya se destapaba en verdades en el país y finalmente impidió que el poder siguiera en manos del verdugo.

Pero logró poner como relevo a Juan Manuel Santos, al que no felicito ni por lo bueno y tampoco me alegro de lo malo, aunque le reprocho su continuidad.

Con la elección de Iván Duque, el país se libró de que hubiera asumido la presidencia Gustavo Petro, pero no se liberó de otra posible prolongación presidencial del gobierno que le gusta cambiar “articulitos”.

Valiéndose de cualquier estrategia, el partido de gobierno, logró encontrar unos congresistas cuyo peso electoral se calcula en aire y en humo, para que llevaran al Congreso otra reforma a la Constitución, cambiando otro “articulito” para perpetuarse en el poder y eliminar cualquier posibilidad de cambio en la casa presidencial.
Y querían hacer nuevamente ese cambio de la Constitución, ahora en marzo del año 2021, acudiendo a la teoría del Estado de opinión, que consiste en hacer valer unas falsas mayorías nacionales a través de encuestas, pasándose por encima a un Estado de Derecho, constitucionalmente creado y aprobado y hacernos creer que hay una superioridad de opinión favorable que hace poner la constitución a sus pies. Otra vez con mentiras, esos congresistas están disfrazando por encargo la necesidad que ellos pregonan. Mentirosos. Irresponsables.

Esa petición de cambiar la Constitución dándole al presidente Duque dos años más sin ir a las elecciones y darle dos años más a los congresistas, pero también ampliar el período del actual fiscal, procuradora y contralor, y a la vez 5 años para gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles, es lo más parecido a una dictadura, pues la última vez que votamos nos dijeron que los períodos eran por cuatro años.

Lo que vemos es el deseo loco por deslegitimar, por acabar el Estado de Derecho para que se imponga la mentira de la opinión, aunque para ser francos, esa opinión hoy no favorece al partido de gobierno pues se le están viniendo encima todas las investigaciones (6.402) de los “falsos positivos ciertos”, de las investigaciones de elecciones con dineros prohibidos al partido de gobierno y del cansancio en la opinión por las mentiras y más engaños gubernamentales y para evitar perder el poder es mejor hacer una reforma que ir a las elecciones. Y lo que necesitan es que ese poder no se salga de esas manos, así no gane Gustavo Petro.

Los que quieren y están pidiendo la reforma constitucional les parece que la ley actual les estorba para sus protervas intenciones y por eso acuden a manipular la opinión para hacerle creer al país que existen unas mayorías que apoyan esos cambios y reformas, para que los promotores puedan superar todos los retenes que le impone la Constitución, constitución nuestra que lo que hace es impedir el ejercicio omnímodo el poder y la tendencia a concentrar el poder y por eso se les hace necesario cambiarla.

Lo que querían los congresistas era avalar el beneficio personalista de las minorías, a través de la inconciencia de los habitantes de este país, pues los residentes colombianos están tan aburridos de lo que hacen los congresistas, que poco les hubiera interesado a los ciudadanos lo que allá están cocinando algunos representantes a la Cámara, haciendo una cantidad de mezclas con perfecto olor de podredumbre y corrupción.

El gobierno, el partido de gobierno y el presidente Duque salieron a rechazar el proyecto sólo cuando una gran bola de nieve de rechazo, se les estaba volviendo una bola de fuego, pero mientras estaban inscribiendo el proyecto guardaron silencio a ver cómo reaccionaba el país. No queremos más “opiniones falsas positivas” hacia un gobierno y partido embaucador.

Esa reacción ciudadana le ha advertido a aquellos promotores que quieren inventarle cambios a la Constitución para quedarse nuevamente manejando el país desde el gobierno, que si se quieren mantener “por sécula en el poder”, esta Colombia que hoy despierta les dará un golpe de opinión seguramente por donde más les duela, “por el sécula y por el seculorum”.

@JotaDominguezG