Antes de que se llamaran comunas se hablaba solamente de La Comuna Nororiental o simplemente “la nororiental”. Allí empezó a llegar la población desde finales de los años 60, y fue a través del convite que se construyó la habitabilidad de esta ladera: vías, acueductos, casas comunales y parques los hizo la misma comunidad. En su momento fue muy valioso el acompañamiento de los curas de la teología de la liberación que realizaron en Santo Domingo el CELAM 68 y materializaron allí su consigna de “la opción preferente por los pobres”. Es importante el trabajo que hicieron personas como el Padre Federico Carrasquilla en dignificar a las familias empobrecidas de los barrios populares.
La zona nororiental de Medellín (Comunas 1, 2, 3 y 4) históricamente ha vivido las desigualdades de una Medellín que ha querido excluir lo popular en su relato de ciudad internacional. Es la zona que más desplazamiento forzado a recibido, y actualmente cuenta con más de un millón de habitantes. En su zona más alta habitan familias con prácticas campesinas y se conjugan culturas como la chocoana, la ribereña (Magdalena Medio y Bajo Cauca), y la campesina con población que fue desplazada del oriente antioqueño en los años más duros de la guerra allí (2002-2010).
Esta curul está en función de dignificar a las comunidades en campos y ciudades. Por eso el viernes 10 de mayo, desde las 10:00A.M, estaremos en el barrio Jardín de la Comuna 3 (Manrique) realizando una Audiencia Pública para tratar temas como el ordenamiento territorial, la legalización de predios y los servicios públicos. Allí podrán estar las voces de las comunidades y de la institucionalidad para tratar estos temas neurálgicos para la Medellín olvidada.
Para citar un caso de las problemáticas que viven estas comunidades allí, mencionemos el caso de la movilidad en el barrio La Cruz, vecino de La Honda y Bello Oriente, los más altos de la ladera.
La única vía que conduce al barrio La Cruz, con una población de cerca de 10 mil personas, se afecta cada que llueve. Al día de hoy la vía lleva 15 días cerrada, la mayoría de su población labora en el centro de la ciudad, en ventas ambulantes y el sector informal, afectando su desplazamiento y su derecho al trabajo. La gente que habita este barrio en su mayoría es víctima de desplazamiento forzado.
Este barrio está ubicado en el borde de la ciudad y junto a Bello Oriente y La Honda hace parta de esa Medellín olvidada, en frontera con el corregimiento de Santa Elena, y en un limbo haca casi 20 años en temas de legalización de predios, servicios públicos domiciliarios y ordenamiento democrático del territorio. Por esta razón propusimos la audiencia pública en la zona nororiental de Medellín.
La paz urbana más allá de un pacto con organizaciones delincuenciales pasa por el mejoramiento de las condiciones materiales de existencia en estos territorios, la gestión del riesgo, el saneamiento básico, vías que conecten y desembotellen estos barrios, la educación de calidad, oportunidades para las juventudes, espacios para las artes, saberes y culturas, protección de la niñez, entre otros temas.