“Año nuevo, vida nueva”, clama el refrán decembrino. Yo diría año nuevo, alcalde nuevo para #Bogotá y los #Bogotanos. Esto porque desde el primero de enero de 2024 los capitalinos recibiremos nuestro regalo de feliz año con una nueva administración, en cabeza de Carlos Fernando Galán, un internacionalista, periodista, gestor público, político de apellido caudillista y líder del partido de centro Nuevo Liberalismo. Como siempre la “cosa política” pan nuestro de cada día.
Galán tendrá muchos editoriales en medios tradicionales y digitales desde el momento en que arranque su gobierno. Que inicie su trabajo sin presiones. La teoría dice que en sus primeros 100 días de mandato tendrá el rigor de ser evaluado para percibir cómo sigue funcionando esta maltratada, caótica e insegura ciudad, que en esencia queda en un completo desorden, en gran parte, por la saliente alcaldesa, Claudia López. Por esto último, cientos de ciudadanos y generadores de opinión aseguraron desde tiempo atrás cuándo se acabará esta “horrible noche”, o mejor, esta horrible administración.
Y es que en mi categoría de ciudadano tengo la obligación de opinar sobre cómo observé someramente durante cuatro años las acciones administrativas y discursivas de la primera mujer alcalde y abiertamente declarada lesbiana. Esto último, la verdad, nada me interesa. En primer lugar, se dedicó en sus últimos días de mandato a entregar resultados en entrevistas a medios masivos y en las redes sociales de (@Bogota). Por ejemplo, en (@CaracolRadio) ella, como buena política de la línea populista centró su discurso en: “…la obra del metro de Bogotá está en un 27% de ejecución. Además, aclaró que defendió la obra en todo su mandato…”.
Aclaremos que la necesidad de no solo una sino varias líneas de este sistema de transporte, según expertos, son de extrema urgencia para mejorar la movilidad de millones de capitalinos. Desde 1940 se viene tejiendo la idea hasta que por fin pareciera se hará realidad una primera fase. Primera fase que se convirtió en el “caballito de batalla” y eje programático de los últimos aspirantes a ser alcaldes e incluso del actual mandatario de los colombianos, Gustavo Petro, para poner un candidato de su línea ideológica, Gustavo Bolívar. Siempre el interés de llegar al poder y las verdaderas necesidades del pueblo a un carajo.
Seguramente, la saliente alcaldesa deja otras obras de infraestructura de importancia para la ciudad y los ciudadanos en ejecución. Eso lo recalcó en su último mes de mandato en sus apariciones mediáticas como estratégicamente lo hacen todos los gobernantes cuando van de salida. Pero esos mismos mandatarios deben entender que su tarea es velar por las necesidades de la gente; para eso buscan por todos los medios ser elegidos, para eso en ejercicio deben hacerlo con responsabilidad y para eso cuando terminen su gobernanza deben entender que sus decisiones son respaldadas con los votos e impuestos de cada persona. Pónganse serios!
En segundo lugar, el lenguaje verbal de Claudia López siempre acaparó la atención de la prensa tradicional y digital. “La alcaldesa le salió al paso a críticas sobre su gestión con frases desafortunadas: quedan en la memoria de los bogotanos que cuando la criticaron por la restricción de movilidad vehicular Pico y Placa y respondió “Venda el carro sumercé”, por lo que después salió a pedir disculpas. Y cuando una mujer la interpeló en la calle para hacerle un reclamo y su respuesta fue: “Trabaje juiciosa, sumercé”, un momento que se viralizó y recibió críticas”, dice un artículo en (@CNNEE).
En esa línea, (@RevistaSemana) escribe: “Si Luis Carlos Galán y Rodrigo Lara vieran la calaña de candidatos y prácticas a las que sus hijos le lavan la cara, morirían de tristeza”. También dijo: “Cambio Radical trafica votos por casas, puestos y contratos mientras Galán y Lara sirven de lavaperros”. Resumiendo, “Si hay una característica que define a Claudia López, la saliente alcaldesa de Bogotá, es la incoherencia política. La mandataria siempre estuvo navegando al vaivén de su conveniencia, y no propiamente al de los intereses de la ciudad. Un día pensaba una cosa y, días después, todo lo opuesto”, Recalca Revista Semana.
“En menos que cante un gallo”, la primera mujer alcaldesa gay de Bogotá será noticia porque anunciará con bombos y platillos su nuevo proyecto político para ser la “primera dama de hierro criolla” o presidenta. Su legado para bien o mal en la capital debe dejar en las mentes, ya no de los bogotanos sino de los colombianos un antecedente para empezar a capitalizarla en tan alto menester administrativo. “…indiscutiblemente, emprende su carrera hacia una candidatura presidencial en 2026. Aunque pondrá en marcha una estrategia para verse como le convenga ante el electorado, la gente ya sabe cómo es ella realmente. Si le toca, es de izquierda y petrista. Y si le toca, también se puede vestir de derecha y ser antipetrista.
Una prueba de su incoherencia en la política”, (@RevistaSemana).
Entre tanto, (@CarlosFGalan) ¡Ahora Sí?! Tendrá la gran oportunidad de trabajar con honestidad, compromiso y responsabilidad por la capital y los capitalinos. Temas gruesos como la #Inseguridad, la #Movilidad, las basuras, el desorden urbanístico, entre otros, pero trabajando sobre lo construido y generando acuerdos serios con el concejo, los representantes por Bogotá y el mismísimo presidente. A la vez dejando de pensar en ser presidenciable a cambio de administrar con toda a nuestra amada ciudad. Su futuro político depende de este reto.
#Parvizal, ¿El Presidente Gustavo Petro Dónde Celebra La Fiesta De Año Nuevo En La Fría Casa De Nariño O En Su Mansión Familiar ?
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(@PrensaArameoSAS)
Es Asesor, Estratega, Periodista, Reportero, Redactor Y Especialista En Diversas Formas De Comunicar