Cuando hace apenas unos días las encuestas daban un escasísimo casi nada por ciento a Germán Vargas Lleras como posible presidente de la República 2022, pese a que éste todavía no ha manifestado sus ganas de participar como candidato después de fallidos intentos por llevarse el premio mayor, emerge “el coscorronero” por obra y gracia de la reforma tributaria dando avisos de que tales presupuestos económicos no se le pueden trasladar al pueblo, el que angustiado por falta de trabajo y de oportunidades, sumado al covid, ve hoy su futuro cada vez más cerca del abismo.
Increíblemente Iván Duque Márquez ya gastó todo su capital político y este capital político le ha sido trasladado a los grandes banqueros y capitalistas, medios de comunicación y congresistas, quienes en adelante lo van a manejar.
Por ejemplo, los grandes capitalistas le están exigiendo una nueva reforma tributaria para que se la apliquen a los de la clase media y más abajo y sean estos los que tengan que pagar los gastos de este país, eso sí, todo a través de los bancos, lo que han llamado bancarizar, dizque para agilizar procesos en línea y dizque para que la gente no cargue plata en los bolsillos porque pueden ser atracados o robados en las esquinas. Ese impuesto del 4 por mil no se lo pueden perder los banqueros; ni más faltaba que el gobierno permita que sean otros los atracadores.
No hay que ser un apasionado seguidor de Vargas Lleras para decir con seguridad que en Colombia no hay una persona que conozca al dedillo las necesidades del país mejor que éste, inclusive supera a Iván Duque, y será así porque Vargas Lleras recorrió el país en su totalidad fumando, regañando y revisando la infraestructura de las carreteras, avenidas, interconexiones viales, puertos, aeropuertos y ni se diga de las necesidades de los pueblos en materia de servicios públicos. Nadie mejor que él. Solo que sus graves gestos de carepuño, malaleche y coscorronero han tapado su capacidad de trabajo que es mucha y su capacidad de análisis que es superior. Nos tocará que cambiar de opinión y decir entonces “que es mejor malo conocido que bueno por conocer”.
Otro ejemplo de quienes van a manejar a Duque y a cobrarle son los medios de comunicación, a los que ahora les ha dado por defender la reforma tributaria publicando todos los días informes de cómo mejorarla para que finalmente el pueblo diga que sí.
Es “vicio” de los gobernantes que desde sus sillones mandan mensajes de que “los impuestos subirán a los pensionados y jubilados y a los que ganan hasta tres millones de pesos y que los gravarán hasta un doce por ciento”; y luego de que se desata la protesta en todo el país y que los pensionados, jubilados y contratistas y empleados prometen grandes manifestaciones en contra por ese incremento sin misericordia, aparecen los salvadores congresistas a decir que “se estudia una fórmula intermedia para que no suban más del seis por ciento”. Y todos los pensionados y jubilados y contratistas y funcionarios celebran porque les rebajaron el seis por ciento. MENTIRAS, finalmente les están subiendo el seis por ciento, porque el primer incremento iba a ser del 12 por ciento. Habilidosos, mentirosos, patrañeros y finalmente los grandes dueños del capital, cuánto pagan?. Pues nada.
Eso es lo que ha dicho Vargas Lleras; que mientras el gobierno les esconde y guarda el capital de los ricos, a los pobres los mandan a aguantar hambre, no les dejan ahorrar y no les dejan educar a sus hijos porque no habrá plata para comer, para ahorrar y para estudiar. Y los grandes medios de comunicación felices recibiendo la plata de la publicidad del gobierno para que digan que la reforma es conveniente.
Esta reforma tributaria, como han sido casi todas las de los últimos veinte años, servirá para financiar asuntos distintos a los que el país necesita. Por ejemplo, que había que mantener la seguridad democrática y con ese tema se fue todo ese dinero para las fuerzas armadas y los falsos positivos y casi nada para las necesidades locales o de los pueblos; y luego para financiar el acuerdo de paz y esa plata se la han gastado en causas diferentes y ahora nos piden que para tapar el hueco fiscal que dejó la pandemia. Nada de eso es cierto. Los recursos de ahora son para pagarle a los congresistas sus campañas, los otros manejadores del presidente, para relegirse en el Congreso y de paso garantizar que gane la presidencia el que les diga el presidente.
Estamos en problemas inclusive jurisprudenciales.
El exmagistrado José Gregorio Hernández, nos cuenta en el diario El Colombiano de Medellín el 5 de abril de 2021, la enorme violación a la Constitución que se avecina con esta nueva reforma impulsada en el Congreso por los avarientos medios de comunicación, los banqueros, los grandes capitalistas, los congresistas y el presidente. Nos avisa de “mayor enriquecimiento de los ricos; gravámenes a pobres y pensionados; quiebra de independientes, empresarios medianos y pequeños, y extinción de la clase media a punta de tributos”.
Esta reforma según el expresidente de la Corte Constitucional es totalmente contraria a lo que se prevé en la Constitución sobre las facultades estatales en materia fiscal.
Dice que “El primer principio sentado por la Constitución de 1991 al respecto está plasmado en el preámbulo de la misma –que tiene fuerza vinculante–, según el cual ella se expidió con el objeto de asegurar “… la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz”, pero no de cualquier manera, sino “dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social justo”.
Si, según Ulpiano, la justicia consiste en la constante y perpetua voluntad de dar a cada cual lo suyo, en materia de tributos se traduce en la constante y perpetua voluntad de recibir de cada uno lo que puede dar (al Estado), según su capacidad.
En desarrollo de ese criterio básico, se señalan trascendentales principios en el artículo 363 de la Constitución: “El sistema tributario se funda en los principios de equidad, eficiencia y progresividad”. (Leer artículo completo, El Colombiano, 5 de abril de 2021). Termina José Gregorio manifestando su preocupación, porque esta reforma arrasa con los principios constitucionales que siempre han estado a favor del constituyente primario, que es el pueblo.
Los ciudadanos de este país quisiéramos atender las peticiones presidenciales y sería muy importante seguirlas y acatarlas, pero cuando estas son sensatas, importantes y necesarias.
Esas tres condiciones que le hubieran servido de escudo al presidente, son las que ahora no tiene: No son propuestas sensatas, porque simplemente se hacen para garantizar el pago de unas elecciones venideras; no son importantes porque el país tiene otros medios de financiación como por ejemplo eliminar las escandalosas exenciones tributarias que favorecen a los banqueros y grandes capitalistas y; no son necesarias para lo que él dice pedir y utilizar.
Volvemos al principio; Vargas Lleras tiene la palabra. Queremos escucharla.