Existen diferentes formas de discriminación que afectan a un gran número de personas en el mundo por razones de condiciones de diversidad, ya sean étnicas, generacionales, de capacidades, entre muchas otras.
La homofobia, transfobia y bifobia, no son opiniones personales, son situaciones de discriminación que conllevan múltiples formas de vulneración de derechos humanos, desde las más leves como los chistes, comentarios y miradas incomodas; hasta la violencia psicológica, física e incluso la muerte de personas por razón de su identidad de género y/o su orientación sexual. En Colombia según la ley 1482 de 2011 estas conductas están tipificadas como delito.
Actualmente existen aproximadamente 205 países en el mundo, incluyendo aquellos que no están reconocidos por la ONU. En 64 países es ilegal ser homosexual y en 12 de ellos existe la pena de muerte por este cargo.
Aunque en la gran mayoría del mundo existen políticas y leyes que protegen los derechos de las personas sexo- genero diversas; las condiciones de vida básicas como el acceso a servicios de salud y educación, siguen siendo precarios, limitados e insuficientes; la convivencia social con las personas LGBTIQ+ en muchos entornos está cargada de sesgos y prejuicios, de miedos, cuestionamientos, rechazo y amenazas frente a su existencia.
Para garantizar el pleno ejercicio de derechos de las personas que se reconocen como homosexuales, bisexuales y con experiencia de vida trans, no es suficiente la existencia de un marco jurídico y normativo; es esencial y prioritario poder avanzar también en transformaciones culturales que salvaguarden su integridad física y mental.
Que se incrementen así mismo las oportunidades de ejercer sus derechos políticos y económicos, que existan canales de denuncia y procesos judiciales confiables y eficientes frente a los casos de homofobia, transfobia y bifobia, para que estos no queden impunes o sean justificados desde argumentos incluso algunas veces religiosos.
Estos cambios empiezan por cada persona, desde lo individual, al ser conscientes de nuestros prejuicios, y de trabajar en ellos; de no ser cómplices de situaciones de discriminación por leves que parezcan, de fortalecer nuestro relacionamiento dentro de paramentos de respeto y empatía.
¿Y si fueras tú, o alguien a quién amas, tu hijo o hija, o tu mamá o papá? … Preguntarnos esto nos ubica en una perspectiva más cercana a la situación y nos ayuda a tener más objetividad y solidaridad con las personas que día a día son víctimas de este terrible flagelo que cobra en muchas ocasiones hasta sus vidas.
Al responder esta pregunta quizás podrían aparecer otras: ¿cómo quisiera que fuera el trato de los demás hacia ti o a hacia tus familiares? ¿cómo esperarías que fueran los sistemas de denuncia y sanciones si tu familiar o tú fueran la víctima? Seguro aparecen muchas otras cosas en que pensar y eso tal vez, nos ayuda a encontrar nuevas y mejores formas de realmente ver a las demás personas como lo que somos, simplemente seres humanos.
De esta manera nos unimos a la conmemoración del día internacional contra la homofobia, transfobia y bifobia con un llamado no solo a la reflexión sino aún más importante a la acción transformadora.
Andrea Hernández León
Directora Ejecutiva y CEO de DiversidadEs Gestión – Inclusión – Equidad SAS

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