Gracias a la sentencia T-622 de 2016, la Corte Constitucional declaró al Río Atrato como sujeto de derechos con el objetivo de protegerlo del flagelo de la minería ilegal que tanto lo azota. Esta decisión se tomó teniendo en cuenta los derechos fundamentales de las comunidades étnicas que conviven entorno del río y sus afluentes.
Este 7 de abril se estrenó El Bunde del Agua en el Teatro El Ensueño. Esta obra colombo-francesa hace parte de la programación del 17° FITB (Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá).
Precisamente, el argumento escrito por Sonia Ristic es una celebración de dicha sentencia, pero también una alerta para que como ciudadanos cuidemos del agua como recurso natural.
La obra es montada por Théatre du bout du monde y el Círculo de Estudios. Uno de los directores es el dramaturgo Miguel Borrás, quien desde 2012 lleva haciendo proyectos interculturales con grupos de distintas zonas. Comenzó con países africanos colindantes con el mar mediterráneo como Túnez, Argelia, Marruecos junto a otros europeos como Francia y Grecia. El bunde del agua es su tercer proyecto. “Nos empezamos a dar cuenta de que era muy interesante hacer proyectos interculturales. En el pasado hicimos otros con el Bronx y la ayuda de Germán Jaramillo”, expresa Borrás.
El bunde del agua tiene su génesis en 2018, cuando la ong del Círculo de Estudios invitó al dramaturgo a hacer un proyecto intercultural entre jóvenes del barrio Kennedy de Quibdó y jóvenes parisinos. “Hicimos un primer taller de trabajo que hizo que me dieran ganas de hacer ese proyecto y empezamos a buscar apoyos institucionales para hacerlo porque hay que traer mucha gente. Traer 17 personas de París no es fácil”, explica el dramaturgo.
Las embajadas de Francia y Colombia cooperaron para que el proyecto pudiera ser posible. Fueron varias semanas de preparación y la delegación de jóvenes chocoanos tuvo la oportunidad de llevar la obra a Francia y, de paso, conocer a sus compañeros en las tablas. “Primero ellos estaban tímidos porque no nos conocían y no sabían cómo comunicarse. Luego se acostumbraron y empezaron a dialogar y estaban muy contentos de estar con nosotros”, dice Leila, una de las jóvenes actrices francesas minutos previos a uno de sus ensayos días antes del debut de la obra en el FITB.
“Tuvimos la oportunidad de compartir. Se nos hizo difícil la comunicación y cuando empezamos los ensayos de la obra interactuamos más y nos conocimos más. En Francia se nos dificultó acostumbrarnos a la comida, pero cuando estábamos bailando ellos se arrimaban y bailaban con nosotros”, señala Liliana, una de las actrices del Chocó.
Fueron dos las funciones que el grupo de franceses y colombianos presentaron en Francia con éxito absoluto, al punto de conmover al público europeo con una obra que se vale de distintos recursos narrativos para hacerse entender en español y francés. “La gente estuvo conmovida y lloraba”, cuenta Miguel.
El hecho de que tuviera dos idiomas no fue impedimento. Durante la obra en algunas ocasiones un personaje es interpretado por un actor francés y otro colombiano. Cuando hay escenas únicamente en francés se valen del recurso de los subtítulos, así que es poco lo que finalmente se pierde el espectador mientras se introduce en esta historia.
Además, así como la música –denominado el lenguaje universal- el teatro, como todas las expresiones artísticas, estimulan los sentidos de su espectador hablándole no solamente con palabras, sino con gestos y acciones. Según Miguel Borrás “con el arte nos comunicamos de una manera global. Por ejemplo, un artista africano hace una obra pictórica y podemos entender qué quiere decir”.
El argumento de El bunde del agua se basa en dos hermanos que asediados por la injusticia social y el racismo estructural del que Chocó es víctima, abandonan su territorio para probar una suerte –que les es adversa- en Francia. Ambos cargan con el sentimiento vivo de la rivalidad fraternal, y en ese viaje a la riqueza encuentran en el camino el verdadero oro que está en sus raíces y con su gente. Si bien trata de lleno el tema ecológico, El bunde del agua también ofrece una perspectiva del problema de la migración en Europa, sin despegarse del realismo mágico una exaltación a Cien años de soledad de Gabriel García Márquez.
El bunde es una danza típica del Pacífico de Colombia. El baile es una de las expresiones humanas más sujetas a la libertad y la alegría, y en el caso de la obra es una celebración. Pero Miguel Borrás–uno de sus directores junto a Danny Suley Castro– va más allá con el trasfondo. “Es una obra muy humana y universal. Detrás de ese encuentro hay ideas universales y eso es lo que hace la magia del espectáculo. También es el homenaje a la posibilidad de que la gente se encuentre por medio del teatro, que es una fiesta, un evento grupal en el cual estamos juntos. Celebremos esta fiesta, la vida con el FITB, salir de la pandemia y poder estar juntos y compartir”, finaliza.
Después de atravesar varios minutos de más en el tráfico nocturno de una Bogotá gris y lluviosa (¿una manifestación especial del recurso natural?), varias personas disfrutaron de la primera función de El bunde del agua. La obra se presentará en el marco del FITB el 9 y 10 abril a las 7 de la noche en el Teatro el Ensueño, el único de amplia capacidad en el sur de Bogotá, ubicado en la localidad de Ciudad Bolívar. Las entradas se consiguen Tu Boleta.
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*Fotos: Cortesía FITB