Más de 25 años de vigencia tiene Mojiganga como banda. Los referentes y pioneros del hardcore ska en Colombia volverán al país para una serie de espectáculos. En Bogotá estarán el próximo 18 de marzo.
Los espectáculos tendrán como motivo de celebración los 20 años de No estamos solos, álbum que consolidó a la Mojiganga en el escenario internacional y que tuvo la producción del exitoso Ryan Greene, que ha producido para artistas de la talla de Megadeth, Jay Z o Usher.
Confidencial Colombia habló con Guillermo García, el guitarrista y vocalista de la agrupación. Habló de la concepción de No estamos solos, de la experiencia de grabar en Estados Unidos y de cómo era hacer música independiente hace dos décadas. A continuación lo que nos dijo.
¿Qué estaba pasando en la escena musical independiente hace 20 años?
Era una época muy bacana, muchas bandas saliendo, varios sonidos nuevos. En Medellín y Colombia había más que todo metal, punk, pop y rock. Luego empezaron a llegar nuevos ritmos como el ska y era la propuesta que teníamos como banda. Era muy nueva y había mucho entusiasmo con estas bandas: un sonido diferente y a la gente le gustaba mucho. Era muy difícil encontrar la aceptación. Había una tradición de con el punk y el metal. Era difícil producir cosas porque no teníamos las facilidades que tiene la gente ahora de grabar en la casa, todo es digital y era más difícil sacar CD’s, casetes y todo eso. Ya por diversión era muy bacano.
Desde la experiencia de la Mojiganga ¿Cómo ven el paralelo de lo que era sacar música hace 20 años y las facilidades que hay ahora con las redes sociales?
Es irónico porque ahora es mucho más fácil grabar alguna cosa. Lo pones en YouTube o en Facebook y ya está accesible a todo el mundo, pero eso ha hecho que haya tantas cosas que es difícil encontrar lo que sea de calidad, lo bueno. Ya es responsabilidad de cada uno investigar y que diga: ‘Ah, me gusta este estilo, este sonido, esta banda’ o ‘lo que suena en estos países está sonando bacano’. Es más iniciativa del oyente buscar qué es lo bueno. En esa época casi que lo encontrabas de amigos que te rotaban casetes o discos; o en las emisoras cuando colocaban música medio extraña. En MTV a veces colocaban videoclips de bandas que eran medio raras a lo que era la música comercial y ahí uno comenzaba a aprender. Mucha gente grabó un casete, pero nunca alcanzó a que saliera de una ciudad. Nosotros tuvimos unas conexiones que nos ayudaron a colocar canciones en la radio o el CD quizá gustaba más. Mandamos mucha música por correo a otros países y eso nos ayudó a ser más conocidos que otras bandas de la época. Tal vez nos movimos un poco más para darnos a conocer.
¿Qué testimonio querían dejar cuando empezaron a crear No estamos solos?
Habíamos grabado dos discos más ska-punk y para este trabajo queríamos algo más pesado. La tendencia estaba cambiando, estábamos más influenciados por el hardcore. Queríamos darle un toque más oscuro, no tan fiestero como eran los trabajos anteriores, sino mantener un sonido más pesado. Fue un trabajo de año y medio componiendo las canciones y arreglándolas. Estábamos por el tercer y cuarto semestre de la universidad y ya teníamos una visión diferente de cómo eran las cosas en el país y más cuidado con las letras. Queríamos que fuera grande y conseguir un productor que fuera bueno. Contactamos al man, ahorramos un montón de plata porque la producción de un disco de esos en Estados Unidos es muy cara. Al principio pensábamos que era imposible, que las bandas de Colombia no lo podían hacer, y nos dimos cuenta de que con ganas, organización y autogestión uno puede hacer cualquier cosa en la vida.
Cuando fueron a grabar en Estados Unidos ¿Buscaban ese sueño americano o simplemente tener una producción con una calidad superior?
Las dos cosas. Más que todo era el sueño de grabar con uno de esos productores porque Ryan Greene había grabado las bandas que a nosotros nos gustaban, como NOFX. Pensábamos ‘¿Qué es lo que queremos hacer con la Moji?’, y el sueño era grabar con un productor de esos y estando en Estados Unidos tocar allá. Y se hizo, también logramos una mini gira. Estoy haciendo unos videos de cómo fue ese paseo. Luego nos pusimos en la tarea de prensarlos, llevarlo a varias disqueras, hablar con gente y lo promocionamos en Colombia como los demás a nivel menos masivo, pero fue una experiencia muy bacana.
En Hasta que muera hablan de no querer envejecer nunca ¿Cómo creen que envejeció No estamos solos? ¿Se defiende?
Esa canción es de una grabación de un álbum que nunca salió, uno que vino antes de Estúpidas guerras. Había una canción que se llamaba Aspavientos y reencauchamos esa letra para utilizarla en esa canción. Todavía tiene cierta validez, porque como el cliché: uno envejece de mente más que todo. Y aún somos como niños en una banda donde la gente dice: ‘Uy, ustedes tan viejos y tocando punk’. Es algo que nos hace felices y se han mantenido cosas en el álbum porque 20 años después y seguimos aún con el Canal de la mentira, injusticias de la Policía y corrupción. La canción es algo más personal, pero el país y la sociedad no ha madurado mucho.
¿Qué se viene de ahora en adelante con Mojiganga?
Hemos estado activos 25 años. Por otras cuestiones no podemos estar tan constantes con toques, pero siempre hemos estado escribiendo. Queremos sacar una canción pronto. Hemos tratado de al menos sacar una canción cada año, tocar al menos dos veces al año. Tenemos tres conciertos en Colombia: uno en Bogotá, otro en Medellín y otro en Cali, tal vez un cuarto. Y tenemos la idea de ir a Europa para darnos un vueltón así como el que hicimos en Estados Unidos, rondando en aventuras y tocando si se puede. La Moji nunca ha tenido esta idea de volvernos famosos o competir con J Balvin, sino un parche que cambia cada año. En ese sentido es muy relajado, pero hay Moji pa’ rato.
*Foto: Cortesía
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