‘Mudos testigos’, lo último de Luis Ospina, llega a cines nacionales

Mudos testigos se estrenará en el cine nacional el próximo 2 de marzo después de su paso por el Festival de Cine de Rotterdam. La película se estrena en el marco de Cine sin tiempo, ciclo que reúne una selección de obras del cine silente para el 22 de febrero con música en directo de Carlos Quebrada.

La historia sigue una trama de amor entre Efraín y Alicia, que tiene un compromiso con Uribe. La película es codirigida por Luis Ospina y Jerónimo Atehortúa.

Mara Meba (Alicia), Roberto Estrada Vergara (Efraín) y Rafael Burgos (Uribe) -actores de películas de cine de la primera mitad del siglo XX- serán los protagonistas. La idea original del filme fue de Ospina, pero la materializó Atehortúa tras la muerte del cineasta caleño en 2019.

Jerónimo Atehortúa tiene recorrido como crítico, profesor y es quien está detrás de obras como Los cines por venir y productor Pirotecnia y Como el cielo después de llover. Él continuó con lo que Luis Ospina ideó y, siguiendo la inspiración de los directores de la Nueva Ola francesa, decidió debutar en la dirección de un largometraje.

Mudos testigos “es la última película de Luis Ospina y es mi primera película”, dice Atehortúa. Además aclara que aunque está realizada con materiales que se filmaron hace más de 100 años y aún así es un filme contemporáneo.

Es una película de 2023, preocupada por el futuro del cine, aunque paradójicamente está armada a partir del material de archivo que existe de las películas mudas que se realizaron en Colombia”, sostiene el director.

Aura o las violetas (1924), El amor, el deber y el crimen (1926), Como los muertos (1925), María (1926), Manizales city (1925), El trágico final de Gardel, su última despedida (1935) o Los primeros ensayos del cine parlante nacional (1937) fueron algunos de los filmes que Luis Ospina seleccionó para dar ese arco narrativo que abarca el paso del cine mudo a las películas sonoras.

A partir de ahí, construyó un melodrama clásico a una historia, con lenguaje cinematográfico mucho más moderno,  en la que el protagonista empieza a hacerse consciente de la violencia estructural que lo rodea

“Fue una práctica poético-política que entiende que los archivos y la memoria fílmica no son objetos de mausoleo, sino objetos vivos en la medida en que sean utilizados una y otra vez para otorgarles nuevos e inusitados sentidos“, concluye Atehortúa.

Se podría decir que Mudos testigos es un trabajo de collage experimental, un melodrama de 78 minutos que no solo es el filme póstumo de Luis Ospina, o la ópera prima de Jerónimo Atehortúa, sino también un homenaje al cine silente.

Tráiler

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*Foto: Cortesía Eva Chillon