Néstor Martínez tenía 10 meses cuando estuvo por primera vez en los Estados Unidos. Su familia se desplazó desde Medellín a Noteamérica en la época en la que más hubo hostilidad con la guerra contra el narcotráfico. Ahora busca materializar su sueño con la música.
Sus referentes de infancia son Julio Jaramillo y Marc Anthony. “Me conecté con Marc. Escuchar su segundo álbum fue una influencia tremenda. Me llamó la atención un hombre tan adulto que fuera tan sentimental y me inspiró a ser vulnerable en su arte”, señala el Martínez.
Sin embargo, siempre aclara que su modelo siempre fue mi madre. Ella tuvo que ser madre cabeza de hogar en un país extranjero después de la separación que tuvo con el papá de Néstor. Es entonces cuando la música termina salvándolo en la preadolescencia.
“Cantaba, pero no quería que nadie supiera, porque no quería recibir críticas porque me iba a destrozar. No me quería exponer. Mi hermano hacía teatro, él me inspiró a hacer teatro para quitarme ese miedo. Cuando hice mi primera presentación sentí una conexión con Dios y supe que la música iba a ser el vehículo de mis mensajes que puedan ayudar a la gente”, recalca el antioqueño.
Después de atravesar situaciones difíciles como mudarse más de 18 veces y algunos desalojos, ahora ve en la música su único norte para sobresalir con una propuesta que evoca el pop urbano con el toque romántico.
Luego de una década en el mundo del entretenimiento como modelo, presentador y actor en comerciales se metió de lleno en la música debutando con su sencillo Fuego. Cada vez fue su más reciente lanzamiento y está a la expectativa de estrenar un EP.
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*Foto: Cortesía