Por: Rodrigo Ruiz-Jiménez Carrera
Ahora que estamos todos en casa podemos aprovechar para disfrutar de lo que más nos gusta. En este caso, esta es un propuesta para melómanos. Entre la amplia oferta que los grandes coliseos nos están regalando en estos días complejos, el ConfidencialColombia.com les propone un plan exquisito: Macbeth de Verdi con el gran Plácido Domingo en el rol titular, la diva rusa Anna Nebtreko y el incomparable maestro argentino Daniel Baremboin dirigiendo la Staatskapelle de Berlin. La producción está a cargo de Harry Kupfer, uno de los realizadores más aclamados de las últimas décadas. Estará disponible mañana a partir de las 2:00 pm hora colombiana en este link:
https://www.staatsoper-berlin.de/en/staatsoper/news/our-daily-video-on-demand-programme.142/
Hay que bajar un poco en la página y hacer “click” en el recuadro que pone “Zum Video”.
El inconmensurable Plácido Domingo encarna el ambicioso protagonista, profundizando en el repertorio de barítono. Esto es excepcional, ya que Domingo es universalmente conocido por su voz de tenor, que es más aguda que la de un barítono. La Nebtreko repite este papel con el que triunfó hace cuatro años en el Metropolitan Opera House de Nueva York.
El programa de mano de la “Unter den Linden” explica brevemente la obra. “Después de ganar una importante batalla, (unas brujas) profetizan a Macbeth que algún día se convertirá en Rey de Escocia. Influenciado por los susurros de su esposa, literalmente no se detiene ante nada para cumplir la profecía. Pero atormentados por la culpa, los Macbeth pronto se hunden en delirios y se convierten en víctimas de su propia sed de poder.”
Esta Ópera está basada en la obra homónima de Shakespeare. “Giuseppe Verdi hizo añicos las convenciones operísticas de la época y creó una de sus obras más oscuras y perturbadoras. Las escenas corales monumentales, que hacen eco de la rebelión y la desilusión de los dominados, oprimidos y perseguidos, demuestran las consecuencias sociales de la tiranía y el despotismo. Estos contrastan con arias y dúos altamente expresivos, en los que Verdi trasciende los abismos emocionales de los protagonistas obsesionados con el poder. Para expresar los motivos de muchas capas y las emociones de sus personajes de la manera más diversa posible, Verdi exigió niveles de actuación sin precedentes de sus actores: para mejorar el efecto dramático, las partes vocales, en lugar de brillar con un brillo virtuoso, están diseñadas para enfatizar aspectos de lenguaje y actuación y se someten sin piedad al estado psicológico específico de las figuras. Así, dio un paso decisivo lejos del ideal del bel canto hacia la veracidad musical-dramática distintiva.”