“No eran guerrilleros, sino población civil”, parece una frase de antaño, ubicua del gobierno de Álvaro Uribe, pero no. Fue parte de la denuncia hecha por la OPIAC (Organización Nacional de los Pueblos Indígenas de la Amazonia Colombiana) durante la última semana después de que el ministro de Defensa Diego Molano anunciara nueve bajas guerrilleras en Puerto Leguízamo, Putumayo.
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Aunque Rojo, la obra del dramaturgo Johan Velandia fue pensada para antes de las elecciones que Iván Duque ganó, ahora debuta en el marco del FITB (Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá) y mantiene su vigencia, ya que el argumento parte de un escenario preelectoral. La historia cuenta con una alta carga simbólica de distintos flagelos que Colombia ha sufrido durante el último medio siglo.
Los falsos positivos, la compra de votos, el conflicto armado, el narcotráfico y la corrupción están presentes en un retrato crudo y metafórico con distintos elementos entre los que sobresalen notoriamente las botas.
“Las botas lamentablemente son un símbolo de la guerra, ya sea desde las víctimas o victimarios”, señala Johan minutos después de que decenas de personas abandonaran el Teatro Libre de Chapinero, dónde se presenta la Rojo.
El caos en la historia se desata con una bota, con el desarrollo esta prenda sirve de metáfora reflejando parte del desasosiego que hubo entre muchos colombianos después de que se descubriera el escándalo de los falsos positivos. En el argumento se hace la analogía a las botas al revés.
En Rojo se nota la transformación de un pueblo pacifico y de un niño confundido, sus distintos actos rescatan cada característica de esa violencia que incluye las casas de pique, fosas comunes y la violencia de género. Un relato crudo en su máxima expresión.
“Es una obra muy coral, que habla de un pueblo, nosotros mismos, que es Colombia en un lugar imaginado en cómo vivíamos con esa vida sabrosa y de cómo se fue transformando en un lugar tétrico, terrorífico, de violencia y narcotráfico con masacres. En realidad es hacernos esa pregunta de cuándo pasó eso acá, cuáles son esos zapatos que hicieron que el pueblo se fuera a ese lugar oscuro de la violencia y del terror”, expresa Johan.
Son muchos los cuestionamientos que surgen cuando el espectador digiere lo que acaba de ver: ¿Qué impide salir del círculo de la violencia?, ¿Algún día llegará la tan anhelada paz en Colombia?, ¿Estamos haciendo lo suficiente como individuos para menguar el flagelo del conflicto?, ¿Cuánta empatía será suficiente para incorporar las desgracias de las víctimas y reaccionar para acompañar parte de su dolor?
Con Rojo Johan Velandia pone sobre la mesa su punto de vista de país. “Esto necesita un cambio contundente. Votar por el continuismo, por lo que representa la derecha es lo que nos ha hecho daño como país”, recalca.
Rojo es sin lugar a dudas una de las obras de teatro obligadas con la coyuntura electoral actual y estará los próximos 2 y 3 de abril en el Teatro Libre de Chapinero como parte del FITB. Está hecha con el grupo La Congregación entre quienes participan los intérpretes Diana Belmonte, Rafael Zea, Cristian Ruiz, Juana Arboleda, María Fernanda Fabre, Juan Villalobos y Daniel Maldonado.
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*Foto: Cortesía (FITB)