‘Victus’, una reflexión potente sobre la reconciliación

Cuando Herman Wouk hizo el prefacio de Vientos de Guerra citaba al filósofo francés Julien Benda con una frase potente: “La paz, si es que existe alguna vez, no se basará en el miedo a la guerra, sino en el amor a la paz”. Tristemente, en Colombia se habla de paz después de los acuerdos con las extintas FARC-EP, pero el miedo a la guerra está más que latente. Entre ese miedo surgió un oasis de esperanza por medio del teatro, se trata de Victus, la obra dirigida por Alejandra Borrero que pasó por el FITB (Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá).

Lo que la guerra separó, que lo una el arte, el teatro. Victus reúne víctimas del conflicto, militares y policías retirados, ex guerrilleros de las FARC y el ELN y ex paramilitares. En su desarrollo plantea como puesta en escena la exploración de la memoria colectiva de un país que tiende a olvidar, y el perdón a través de las voces de las víctimas.

Minutos antes de entrar en escena para la última función, Alejandra Borrero habla de lo que siente al saber que está cerca de culminar Victus en el marco del FITB. “Me erizo de pensarlo, ha sido un honor tener este espacio para estos personajes, creo que se lo merecen”, expresa.

De hecho, la obra es un diálogo que trasciende de las tablas y hace partícipe al público y también es un ejercicio de confrontación entre cada uno de los actores involucrados en el conflicto armado de Colombia. El único fin es la reconciliación, un proceso que aún está iniciando en el país.

“Tuvimos una reunión con todos y las lágrimas brotaban de ojos de cada uno contando lo que pasa en Colombia en este momento, pero también dando gracias por volver a vernos y aunque tengamos ideas tan diferentes nos amamos”, finaliza Alejandra Borrero.

De éxito total podría considerarse la corta temporada de Victus por el Teatro Colón durante sus tres días en el FITB. Lleno total en cada una de las funciones y emociones encontradas entre los asistentes, que seguramente salieron con miles de preguntas del teatro y con mucha satisfacción.

Aunque en el latín ‘victus’, signifique derrotado -de hecho es el génesis de la palabra ‘víctima’- con estas tres jornadas soñadas ganaron los participantes de la obra, el público y el teatro con el mensaje invaluable de creer que sí vale la pena apostarle a la paz.

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*Foto: Cortesía FITB