Para los estudiantes universitarios, la edad ideal para contraer matrimonio es a los 25 años, aunque para sus padres es muy pronto. Aún así, antes de pasar del “te quiero” al “sí, quiero”, la futura pareja ha de responderse una serie de preguntas clave.
El camino que conduce del noviazgo al matrimonio está repleto de interrogantes, algunos de los cuales siguen creando dudas en los futuros esposos hasta poco antes de llegar al altar o al registro civil. Uno de los más frecuentes es: ¿a qué edad conviene casarnos? ¿Cuándo es demasiado pronto o demasiado tarde?
En Estados Unidos y algunos países europeos como el Reino Unido, Italia y Portugal, la edad de consentimiento para el matrimonio es de 18 años, si bien los contrayentes pueden tener hasta 16 años edad, si sus padres lo consienten.
Japón mantiene edades distintas para que los hombres y las mujeres se casen, 18 y 16 años respectivamente, y en países, como Francia, ha sido elevada a los 18, en este caso para igualar la que se exigía a las mujeres y los hombres, que era distinta.
Una resolución del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, de 1965, indicaba que no es conveniente que contraigan legalmente matrimonio las personas que de quince años de edad, salvo que la autoridad competente, por causas justificadas y en interés de los contrayentes, lo autorice.
En los últimos años, el Comité de los Derechos del Niño de la Organización de Naciones Unidas (ONU) ha recomendado que la edad mínima para contraer matrimonio con el permiso del juez sea de 16 años, edad que también aconsejan diversos organismos internacionales y organizaciones como ‘Save The Children’ o Prodeni (Pro Derechos del Niño y la Niña).
Asimismo, durante primer Día Internacional de la Niña, conmemorado el 11 de octubre de 2012, relatores de distintas agencias de la ONU, como FNUA , UNICEF y ONU Mujeres, han llamado a aumentar la edad para contraer matrimonio a 18 años para las niñas y los niños, “sin excepción”.
Padres e hijos opinan diferente
Si los expertos, organizaciones y países no se ponen de acuerdo sobre la edad mínima para casarse, también existen distintos puntos de vista sobre la edad “ideal” para contraer matrimonio.
Los universitarios creen que el momento más adecuado para casarse es a los 25 años, aunque la mayoría de sus padres opinan que a esa edad son demasiado jóvenes, de acuerdo a una investigación dirigida por Brian Willoughby, profesor del Departamento de Vida Familiar, en la Universidad Brigham Young (BYU) en Provo, Utah (EE.UU.).
La encuesta ha sido realizada a 536 estudiantes de distintos campus universitarios, así como a 446 madres y 360 padres de dichos estudiantes, en Estados Unidos, donde la edad media del primer matrimonio es de 27 años, según el censo de 2010.
Este trabajo de la BYU ha derribado dos creencias muy frecuentes: que las generaciones más jóvenes prefieren retrasar el momento de casarse, y que dentro de una familia suele ser el padre quien prefiere que su hija se case más tarde.
Así, el equipo liderado por Willoughby ha encontrado que la “generación de los padres es más partidaria de ir poco a poco que la de los jóvenes adultos” y que “la preocupación sobre si los hijos se casan demasiado jóvenes es compartida por las madres y los padres”, por lo que el género no es un factor diferencial.
En general, los padres creían que la edad adecuada para casarse era un año más tarde de lo que dijeron sus hijos, entre otras razones porque pensaban que sus vástagos deberían conseguir primero una buena educación, según el trabajo publicado en la revista ‘The Journal of Social and Personal Relationships’.
En todo caso y para no cometer errores llevados por el arrebato amoroso, los expertos aconsejan a los miembros del futuro matrimonio que planteen una serie de interrogantes clave, con el corazón caliente pero la cabeza fría, antes de dar el “sí quiero”.
Preguntas antes de dar el sí
De acuerdo a un estudio del diario estadounidense ‘The New York Times’, en el que participaron psicólogos y especialistas en asuntos de pareja, hay una serie de preguntas clave que hombres y mujeres deberían responder para reducir el riesgo de que su futuro matrimonio se rompa. He aquí las principales:
– ¿Queremos los dos tener hijos? En caso afirmativo, ¿quién va a dedicar más tiempo a su educación?
– ¿Ambos tenemos claras cuáles son nuestras obligaciones y metas económicas y pensamos lo mismo respecto del ahorro?
– ¿Hemos hablado de la clase de hogar que esperamos formar y de cómo organizaremos las tareas domésticas?
-. ¿Es mi pareja tan cariñosa y amable como yo espero, y me llenará emocionalmente tanto como necesito?
– ¿Podemos hablar cómoda y abiertamente sobre nuestras necesidades, preferencias y tabúes sexuales?
– ¿Nos escuchamos mutuamente y tenemos en cuenta las consideraciones, necesidades y preocupaciones del otro?
– ¿Valoramos y respetamos a la familia del otro, y sabemos hasta qué punto nuestros padres podrán interferir en nuestra relación?
– ¿Confiamos en el compromiso del otro en nuestra pareja y estamos seguros de que nuestra relación es lo suficientemente sólida como para superar cualquier obstáculo que pueda surgir?
Son preguntas que a los novios les conviene reflexionar y responder con honestidad, tanto si están convencidos de la conveniencia de casarse, como si albergan dudas al respecto, pero sobre todo si los futuros contrayentes son muy jóvenes.
Asimismo, según la psicóloga estadounidense Debbie Ford, profesora del Centro Chopra para el Bienestar, en La Jolla, California (EE.UU) y autora del libro ‘Hágase estas preguntas’, “antes de tomar una decisión en la pareja y cualquier otra área clave de la vida, hay que plantearse unos interrogantes y responderlos con rigor y serenidad”.
Según Ford los puntos fundamentales que hay que contestar personalmente para tomar una decisión que nos acerque a la vida que deseamos -el matrimonio- son:
–¿Me lleva a un futuro más estimulante o me ancla al pasado?
— ¿Me aportará satisfacción a largo plazo o sólo una gratificación inmediata?
— ¿Controlo mi vida o intento complacer a otro?
— ¿Reforzará mi fuerza vital o me robará energía?
— ¿Es un acto de autoestima o de autosabotaje?
Con EFE